Cap 9

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NARRA KIERNAN

Hoy tengo planeado un día con Abbey, creo que hasta el momento es mi única verdadera amiga, he tenido a otras pero resultaron ser hipócritas, Abbey es una persona linda y sincera. Y yo me siento mal por eso ya qué yo no soy del todo sincera con ella ni con nadie por el simple hecho de mi secreto con Frank y el trato.

Y pensándolo bien soy un asco de persona. Tengo miedo de que las cosas tomen un camino más serio y después ya no pueda escapar, realmente estoy amando a este chico como nunca a nadie jamás.

—Kiki ¿en que piensas tanto? Llevas sosteniendo la bata y no te la pones. —Interrumpió la pelirroja mis pensamientos.

—En nada, solo me fui un poco tal vez.

—Pues apresurate qué perderemos el masaje.

—Voy. —Al terminar de quitarme toda la ropa y ponerme la bata blanca, salimos de los vestidores y nos dieron un gran masaje.

—Esto lo necesitaba desde hace tiempo.

—Yo también. —Respondí.

—¿Cómo va todo con Gavin?

—Bien, es un hombre maravilloso.

—Nos sacamos la lotería con nuestros novios.

—Somos afortunadas. —Sonreí.

Luego del masaje de cuerpo, vino el de rostro, la sala de vapor y un montón de cosas relajantes qué en mi vida había probado.

Luego de eso nos fuimos a hacer las uñas, una depilación láser y el día fue muy largo y bien ocupado.

—¿Y si vamos por los chicos al estudio y luego vamos a cenar los cuatro?

—Me parece una buena idea. —Sonreí. Luego de algunos minutos de intenso tráfico por fin pusimos pie en el estacionamiento y entramos a un estudio de filmación.

Había mucha gente y en mi vida me imagine ver a tantas personas grabando una sola escena. A lo lejos vi a Gavin actuar, entablaba una conversación con Ross al parecer también eran amigos en lo que grababan supongo las cosas eran mas fáciles.

—Se ven lindos ¿no? —Dijo Abbey.

—Son tan tiernos.

—¡CORTE! ¡SE ACABO POR HOY! —Gritó el director a todos los que estaban en el set.

—¡Amor qué bueno que viniste! —Exclamó Gavin llegando hasta mi y dándome un beso en los labios.

—¿Y como les fue en su día de chicas? —Pregunto Ross.

—Demasiado relajante. —Dijimos Abbey y yo al mismo tiempo.

—Nos dejan ir a camerino y luego nos vamos.

—Claro. —Ellos dos se alejaron mientras nosotras nos sentamos en un sofá.

Después de algunos minutos aparecieron.

—¿Listas?

—Si. —Susurre.

Fuimos a cenar hamburguesas y entre risas y chistes malos se acabo nuestro día. Creo que comienza a agradarme esta vida. Creo que en verdad estoy sintiendo amor por Gavin, ya no me interesa el dinero, si no el como me hace sentir, como me trata y la forma en que me ama.


Tomando y perdiendo el control Donde viven las historias. Descúbrelo ahora