Cap 18

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Han pasado algunos años, Kiernan y yo dejamos de tener cualquier tipo de contacto desde hace mucho tiempo, por el momento no he tenido nada serio con nadie, Maggie y yo hemos tenido varios encuentros ahora si en estado sobrio, pero nada sentimental.

Me he enfocado más en mi trabajo y en mi carrera qué en relaciones amorosas, y como siempre los medios tratando de meterse en la vida personal de todos, han hecho preguntas sobre porque nada de nada con nadie, lo único que respondo es que me interesa en estos momentos más mi trabajo qué tener una vida amorosa, y que si la tuviera no la gritara a las cuatro vientos a menos que mi pareja este de acuerdo, hubiese pasado con Kiernan pero todo se arruino.

Ahora si que estamos en la misma sintonia voy en camino a una cafetería, preparar el desayuno me da una pereza exagerada.

Me senté y comencé a textearle a Ross para ver a que hora comenzaban las grabaciones.

—Hola buen día. Le dejo la carta vuelvo en unos minutos para pedir su orden. —No vi a la chica pero su voz se me hacia demasiado conocida.

Después de algunos minutos tal y como lo prometió volvió.

—¿Qué voy a servirle? —Alcé la mirada y la vi a ella, a la chica rubia qué fue mi novia años atrás. Algo dentro de mi estómago se movió y no era el hambre, recordé las palabras de la mamá de Ross.

—¿Kiernan? —Pregunté asombrado.

—¿Gavin? —Se sonrojo, como amaba qué sé sonrojara.

—¿Cómo haz estado? Ha pasado tanto tiempo. —Me levanté para darle un abrazo, pero se adelanto a hablar.

—¿Qué va a pedir? —Alguien aquí no ha olvidado el pasado.

—Una charla contigo. —Trate de jugar.

—Eso no lo veo en la carta, ¿algo más? —Se dio la vuelta y la tome del brazo provocando qué quedáramos muy cerca.

—¿Podemos hablar?

—Actúas como si nada hubiera pasado y quieres hablar, ¿sabes cuánto tiempo espere a que pasara esto?

—Tienes razón. —Y este reencuentro me ha abierto los ojos a que no la he olvidado.

—¿Me permites tengo que trabajar?

—No puedo decir arreglemos las cosas, es demasiado tarde, pero podemos ser amigos, pasamos por mucho.

—Ahora no tengo tiempo Gavin trabajo las 24 horas de los siete días de la semana.

—¿Sigues en tu negocio?

—Pensé que habías cambiado, y no. Ese negocio lo deje el mismo día que terminamos porque yo en verdad quería arreglar bien las cosas contigo.

—¿Querías que te buscará? Qué linda.

—Eres un tonto. —Se soltó de mi agarre qué ya se me había olvidado que teníamos.

—¿Me podrá atender alguien más?

—Si, espero y ella si te de la charla qué pides.

—En realidad quiero un café con leche y unas donas.

—Ok mandare a alguien más. Adiós.

—Espera. —La volví a tomar del brazo y me acerque tanto como pude a su oído y susurre. —No hagas esto complicado, dime donde vives quiero charlar.

—Ahorita le traere su orden.

Después de algunos minutos se sentó frente a mi y dejo en la mesa las donas y el café.

—Gavin Leatherwood, las cosas cambiaron hace tiempo así que es mejor que te alejes.

—Quiero charlar con alguien.

—Eres muy famoso, puedes charlar con quien sea.

—Así que si estas al tanto de mi vida. —Levanté una ceja y tome un sorbo de café.

—Eso fue hace tiempo, por...cosas. —Se puso nerviosa.

—¿Puedo saber que cosas?

—No, es personal. Mucho gusto en verte, adiós.

—Ten en cuenta que te tendré vigilada y daré con tu ubicación.

—Eso veremos.



Tomando y perdiendo el control Donde viven las historias. Descúbrelo ahora