Cartas al chico que no me quiere.

Catorce.

Para: El chico que no me quiere.

De: Una chica ilusa y enamorada.

Así está la cosa, me siento culpable, realmente culpable, ayer tu amigo el de ojos verdes me agrego a Facebook creo que después de todo si me busco entre tus amigos, charlamos un rato y me pregunto por ti, que de donde te conocía, que sí éramos amigos, que si estábamos juntos en la escuela, y pues ya sabes yo te conozco (pero tú a mí no), no somos amigos (ni siquiera conocidos), estamos juntos en la escuela(tú en una asiento y yo enseguida).

Tu amigo es muy divertido, pero algo falta, además del hecho de que él no eres tú.

Me he dado cuenta con lo poco que hemos conversado que él y tu son parecidos en personalidad, pero lo diferente es que cuando te veo hablar de la manera en que lo haces o actuar de esa forma tan común que tienes me doy cuenta de algo, a ti se te nota que ese no eres tú, en cambio a tu amigo parece ser... su verdadero ser, me hace sentir que siempre fue el chico popular y mujeriego por el que las chicas tontas morían, aunque, bueno, me considero una chica tonta porque muero por ti que son casi la misma persona y aun así son tan distintos.

Mientras hablaba con él no pude evitar pensar ¿Así serían mis conversaciones contigo?, tu hablar de tus fiestas y como odias la escuela y yo escuchar y darte la razón, me gustaría pensar que estoy equivocada, que realmente una conversación contigo seria tu contándome de tu día, de cómo la maestra de matemáticas te reviso mal un trabajo y que si merecías ese noventa, de cómo te preocupa que uno de tus amigos fuma demasiado y que irías el fin de semana a una fiesta llena de gente por la que no te preocupas, y me pedirías un consejo y yo te lo daría, me agradecerías por escucharte y apoyarte siempre y después me preguntarías qué tal mi día, te diría que mi padre me está enseñando a conducir, que sí debería de ver una película que me recomendaron y si la quisieras ver conmigo, te diría que el fin de semana no tengo nada que hacer a lo que tu responderías...entonces ¿Sales conmigo?

De acuerdo, una vez más exagere con mis ilusiones, es que no puedo evitarlo ojitos marrones, no puedo dejar de pensar en ti y ya no quiero hablarle a tu amigo, pero tengo el presentimiento de que gracias a él te podría hablar a ti.