Cartas al chico que no me quiere.

Treinta y uno.

Para: El chico que no me quiere.

De: ¿Una chica valiente?

No estoy segura si quiero al chico de ojos verdes, pero estoy segura de que podría quererlo, aunque también estoy consciente que no puedes forzar sentimientos de amor de la noche a la mañana, así como no puedes olvidar a alguien sólo porque despertaste un día diciendo "hasta aquí".

Ni siquiera debería de tener que elegir entre ustedes dos, uno no me quiere y el otro si, las cosas están simples, pero al parecer mi cerebro aún no logra comprenderlo.

No puedo decir que tú eres el chico malo y los hoyuelos del otro chico no confirman que sea bueno, solo ponte a pensar, no puedo creer que esté citando esto, pero:

"Cuando era pequeña solía leer cuentos de hadas. En los cuentos de hadas tú conoces al Príncipe Encantador y él es todo lo que siempre quisiste. En los cuentos de hadas el malo es muy fácil de detectar. El malo siempre va con una capa negra para que siempre sepas quién es. Entonces creces y te das cuenta de que el Príncipe Encantador no es tan fácil de encontrar como pensabas. Y te das cuenta de que el malo no lleva una capa negra y no es fácil de detectar, al contrario, es muy divertido, te hace reír, y tiene el pelo perfecto. " Taylor Swift.

¿A qué quiero llegar a esto?

Tengo algo de miedo, el chico de ojos verdes es demasiado bueno para ser verdad, no sé si es estúpido que no crea que él sea una buena persona si siempre lo ha demostrado, pero hay algo, una sensación que no puedo apagar, una inquietud en mi pecho que no se ha ido desde el día que lo conocí y eso me preocupa.

Te queda el papel de villano, lo tienes todo, la mirada que parece pecado y refleja el cielo, la sonrisa pícara, la voz tan grave y tu manera de caminar tan segura.

En un cuento es claro que tu serias el chico malo, pero esto no es un cuento y tu no me das miedo, al menos ya no.

Tu mirada que antes me intimidaba no lo hará más y tu sonrisa que antes me derretía ahora solo me hará más valiente, las cosas ya no se tratan de ti, o de él, ahora es mi turno.

Y esta vez te lo juro que te lo voy a demostrar.