Espejo.
De alguna manera sentía mi corazón palpitando más lento de lo normal, como si fuera a quedarse inmóvil en cualquier momento. Killian parecía desconcertado por mi cambio de actitud repentino.
—Fingir muchas expresiones podría arruinar tu rostro.
Tan pronto lo dijé fue fácil para él comprenderlo. Tampoco tomó mucho tiempo para que me tomará la muñeca y me arrastrará por todo la institución llamando de por si más la atención de los alumnos y ciertos profesores que nos ignoraron de alguna forma. Mis pasos parecían zancadas, al ser mas alto y yo más baja era cómo si tres pasos míos fueran solo uno de los suyos. Su mano que me sujetaba no ejercía fuerza para lastimarme o siquiera considerarla significante, lo que era más impresionante considerando que se mantenía firmemente alrededor de mi muñeca, cómo si calculara cuidadosamente el radio de ésta para ser delicado conmigo.
—Mishail.
No sé si fue por la impresión de ser llevada o por la irritación que todavía seguía en mí, que seguía igual que antes, asi igual a un objeto sin vida. El lugar era solitario y tenía un aire a que nadie se enteraría de lo que se escuchara allí.
—Mira... ah...
Titubeó lo suficiente para notarse confundido con inclusive sus propias palabras. Me obligué a quedarme quieta esperando sus palabras.
—Soy una persona algo paranoica.
Afirmó con dureza. Sus manos se movían algo nerviosas, por más que su expresión y su voz no sonaran tan afectadas.
—Y tiendo a llegar a ser negativo, asi que si mi preocupación te resulto tediosa de seguro es por eso. Te prometo que no he fingido para ti nada.
Parpadeé para recuperar el brillo natural en mi rostro. De alguna manera me resultó tierno... y me irritó aún mas.
—Tú...
Se me fue el aliento por un escaso segundo. La regeneración fue del todo veloz al reprimir mis emociones en lo más profundo que pudé de mi pecho.
—¿Por qué el amigo de mi hermano estaría comportándose tan amable conmigo? Un chico que vale milllones, con las personas en la palma de su mano. ¿Qué le haría dar explicaciones de esta forma? A menos... claro, que su amigo le encargara vigilar a su hermana.
Mis acusaciones fluyeron determinadas a impactarlo sin resentimientos. El aire me resultó pesado de por si.
—A su torpe, ingenua, inocente hermana menor que era inútil y hasta estorbosa para asuntos de seres superiores cómo ustedes, que son capaces e inteligente... no cómo yo que termino cayendo en lo simple.
Acusé sin un mínimo de delicadeza. Tan pronto lo dijé observé sus ojos ligeramente abiertos.
—¿Qué...?
Fue capaz de decir después de unos segundos que me parecieron casi eternos. De hecho, fue sólo eso lo único que pudó soltar antes de que me aburriera de esperar a por explicaciones absurdas que me harían querer colgarlo de la copa de un pino. Mis pies pisaron el terreno con genuina seguridad, ni siquiera dejarlo ahora me haría detenerme. Lo había empezado desde hace ya un tiempo... iba a revelar cada uno de los oscuros secretos de Mishal así me partiera descubrirlos.
Cada segundo intenté ser plenamente confiable, manejé los asuntos internos para protegerlo, y la única razón por la que no le conté exactamente todo lo que hacía por nosotros fue porqué me imploró que no se lo contara. Creí que tenía una razón, sigo creyendolo pero estaba empezando a pensar que no era una tan rosa. En Reveira algo cómo el sincero interés hacía alguien era casi imposible de ver, asi qué, pensar que justamente 11 chicos harían una excepcion por la misma chica era absurdo.
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El secreto de Mishal. [+18]
RomanceMishail Becka era la definición de mujer fatal. Tramposa, seductora y victimista esperando como una víbora para atacarte a la yugular. Pretendía ser una buena hija en el Imperio Becka que creyó podia dominar... todo hasta que Mishal Becka la traici...