El secreto de Mishal. [+18]

[ESM] Capítulo 11: Peón.

Peón.

Mantenerse a la expectativa tan dócilmente no me emocionaba en lo mínimo, mi cuerpo quería acción, mi boca se encontraba sedienta por tirar veneno. Admitía nacer para crear caos. El sólo tener el descaro de hacerlo el mismo dia que el propio heredero, fue una tormenta provocada por mí antes de nacer. Y con todo eso juntado, el caminar detrás, el verme envuelta con estos chicos casi cómo si no quisiera que nadie me viera y a la vez que me llevaban a lugares poco concurridos del basto terreno, fue desquiciante.

—¿Por qué hacemos ésto si igualmente lo verá?

Preguntó Isral deteniendo este circo ridiculo. Le agradecí mentalmente. La presión constante de querer explotar estaba llevandome a un punto inimaginable. No debí de esperar de Mishal más que esto.

—Es divertido.

Respondió sonriente Minerva. El nudo en mi garganta se engrandecia conforme mi cuerpo seguía a sus espaldas.

—Ya debió de verlo.

Dijó Ihan.

—¿Sabes a lo que nos referimos?

Me preguntó mi hermano. A ver... algo raro...

—Vi el fuego.

Sus miradas eran intensas, Jaidev no perdió el tiempo para sonreír ligeramente.

—No entiendo porqué habríamos de cegarla a algo que ya ha visto ciertamente.

Su voz cómo siempre neutra pero elegante, de por sí, hablaba de manera formal, quizás demasiado acostumbrado a estar entre hombres de negocios. La emoción empezó a circular por mis venas cómo parte más de mi sangre.

—Jaidev.

Su nombre entre los labios de Mishal era una obvia advertencia que con tan sólo ver los ojos de Jaidev pudé ver que o no estaba acostumbrado o era lo suficientemente independiente y orgulloso cómo para no acostumbrarse a que lo traten de una manera tan vaga. A lo lejos atras de Jaidev pudé observar a mi salvación, y la misma me vió nervioso. Tragó saliva, antes de corraspear y dejarse mandar por mi mirada. Titubeó bastante al separarse de su padre que de hecho parecía ser alguien importante. Habia pensado que él era algo así cómo un nuevo heredero de un empresario bastante reciente, pero por la manera cómo todos se mantenían amables entorno a su padre, sobraba decir que era alguien ya conocido y demandado.

—U-un gusto.

Saludó hacia los chicos. Su figura temblando cómo uno de esos muñequitos movibles que ponías en la encimera del auto. Sonreí.

》¿Qué tan bajó he caído cómo para necesitar este tipo de trucos?《

Anteriormente en las sombras era mucho más respetada que ahora mismo en esta secta. En los tiempos que podía mover los hilos atrás de un escenario armado, pero quizas yo no lo armé.  Miré a mi hermano, que a su vez se dirigía al insignificante chico frente suyo. Liam no era imponente, su postura revelando su indefenso ser, sus ojos marrón oscuro temblando ligeramente al enfrentarse hacía todos ellos, pero parecía tener sentido del deber, por lo menos lo suficiente cómo para arriesgarse a mojar sus pantalones para venir a buscarme.

—Justamente había quedado con Mishail, ella es mi pareja asi qué...

Intentó dar un paso a mi dirección pero pronto fue bloqueado por Lenay quién seguía sosteniendo la expresion amable en su rostro de manera casi descarada.

—Resulta que nosotros la estamos acompañando.

Minerva expresó con una ligera sonrisa entre labios. Corraspeé utilizando el mismo descaro para sonreir ligeramente con amabilidad.