Flor.
Killian observó su mano vacía, la figura de Mishail Becka ya no se veía en ningún lado. Tapó su rostro con sus manos, su piel estaba ardiendo. No paraba de pensar en lo impertinente que habia sido, lo duro e insistente con ella. No le sorprenderia que la respuesta que obtenga sea una negativa a la oferta establecida. Suspiró antes de dar una vuelta para dirigirse a los vestidores del equipo de fútbol, de todos modos sería un desperdicio entrar a clase a ese punto.
No tardó demasiado en llegar, encontrandose con Ctirad, Isral y Sirus alli. Sabia la tendencia de Ctirad por saltarse las clases, Isral probablemente tendría lección con alguna profesora a la que le irrité su voz y Sirus... bueno, no era común. Se sentó en la banca apoyandose ruidosamente contra la pared. Era evidente que seguia rojo.
—Ya somos bastantes aquí.
Isral se quejó teniendo su vista fije en su juego. Miró a Sirus.
—No llegué a tiempo por ir al baño. ¿Tú? ¿Qué hiciste con la pequeña Becka?
Sirus le preguntó. Killian volvió a suspirar. Debía de soltarlo si no queria explotar.
—Nos detuvimos a hablar y se me hizó tarde.
Apoyó una de sus manos en la mitad de su cara cerciorandose que efectivamente su rostro seguía rojo.
—¿Y por eso te ves cómo un puto espermatozoide de elmo?
Ctirad fue el primero en atacar con dureza. Él le lanzó una mirada dura por sus críticas y palabras burdas.
—Más bien como la próxima versión roja de los Minions.
Tomó un balón a su alcance y lo tiró en dirección a Isral, quién lo esquivó mientras seguia jugando.
—Sólo hablamos, no necesitan saber más.
Detuvó sus palabras al darse cuenta de lo agresiva que se oían, pero fue tarde para cuando ya habia captado la atención de los tres. Se culpó nuevamente por ser tan explosivo, cosa que era muy extraña y diferente a su ser cauteloso. Sirus fue el primero en preguntar con cierta precaución.
—Todo lo que tenga que ver con Mishail nos concierne ahora y lo sabes, Killian.
No podía enojarse mucho con un tipo tan comprensivo como Sirus. Frunció el ceño.
—Hace poco ni siquiera sabíamos de una tal Mishail Becka.
Se quejó. Entendía un poco porqué era precavida con ellos, con pensamientos asi implantados en cada uno, era de esperarse sentirse asfixiada.
—Concuerdo, no es nuestro problema.
Isral dijó. Pero él no lo había dicho con tal intención.
—Todo lo que le pasé a ella o lo que haga afecta a cada uno indirectamente.
Opinó Sirus.
—No sobrevivirá mucho de todos modos, no importa cuanto guardemos su espalda, sigue siendo inexperta y frágil. ¿Has visto sus brazos? Puedo utilizar mi pulgar y anular para rodearlos.
Acusó Ctirad para Isral dejó su celular a un lado después de terminar.
—Es la misma mierda que dijiste antes, y mírala, la mocosa a logrado pasar la prueba, encima se atrevió a exigir ser una Viru I.
Isral opinó abiertamente contra Ctirad.
—Tuvó la suerte de sobrepasar sus limites por la adrenalina, no es cosa que se pueda repetir dos veces. La vi contra Kenia, sonriendo tan casualmente sin darse cuenta que seguramente la perra debería de estar intimidandola o algo asi.
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El secreto de Mishal. [+18]
RomanceMishail Becka era la definición de mujer fatal. Tramposa, seductora y victimista esperando como una víbora para atacarte a la yugular. Pretendía ser una buena hija en el Imperio Becka que creyó podia dominar... todo hasta que Mishal Becka la traici...