Después de andar por al menos media hora, Eren y Levi se encontraban ahora en la capital de Geschite, un reino pequeño al sur del continente, temidos por muchos en la antigüedad, pero su poder ahora se había reducido hasta ser olvidado.
El castaño vestía su capucha para ocultarse entre la multitud, en cambio el más bajo no llevaba ningún tipo de disfraz, esta vez caminaba como cualquier otro ciudadano. Entraron al mercado, pocas personas se encontraban comprando, la época no era favorable para los geschitenses, pues la cosecha era escasa y sus técnicas dejaban de dar frutos, las tiendas ahora permanecían cerradas al siquiera contar con producto de venta, las carnicerías en cambio elevaban sus precios y pocos eran los que podían tener acceso a esta.
–Que lugar tan triste.– Mencionó Eren para sí mismo. Se fijaba en cada detalle de la zona, inclusive su peculiar arquitectura, mientras tanto esperaba a que Levi finalizara con su compra.
–¿Dónde estamos?– Una vez que el pelinegro se desocupó, Eren aprovechó para preguntar al respecto.
–Es Geschite.
Empezó a caminar y el castaño le siguió, poco a poco empezaron a alejarse de la zona, regresaban a la cabaña.
–Participó en la guerra de hace treinta años, después de que Marley ganara se encargó de dejar en ruinas este reino, robó sus tierras más prósperas y asesinó a la nobleza, la mayoría murió.
Eren escuchó con sorpresa su relato, definitivamente no podía confiar en Marley ¿Qué pecado habría cometido un reino para ser acabado? Ahora era él quien presenciaba tan horrible escenario y ya no habría persona que le contara cuan bello fue el paisaje en su pasado.
Por su puesto conocía la historia, su memoria aún la resguardaba en algún sitio de su cabeza, pero ahora solo se mantenía sellada, además la perspectiva narrada había cambiado. La destrucción final de la ciudad era lo único en que llegaban a coincidir.
–¿Tú naciste aquí?– Habló Eren, inmediatamente obtuvo una respuesta negativa.
Estuvieron de regreso en la cabaña, el castaño feliz de verla cuando se encontraban ya cerca, pues sus piernas empezaron a cansarse de la caminata, su resistencia no era demasiada en comparación a la de Levi, quien había sido entrenado durante varios años. Al entrar Eren fue directo al sofá. Que alivio estar de vuelta.
Levi fue testigo de tan simple acción, le sorprendía la rapidez con la que cambió la comodidad de un palacio por la de un simple sofá. Eren no había sido su primera misión, personas cualquiera se habían apegado más a sus bienes que aquel príncipe ahora frente a él. Aveces le daba grandes sorpresas, incluso se había acostumbrado a su precencia de gran forma, tantos meses a su lado no habrían sido en vano.
Eren al notar la mirada del contrario se acomodó en un solo situó, dejando de ocupar la totalidad del sofá.
–También está cansado, debería sentarse.
No quería admitirlo, pero Eren tenía razón, quizás no estaría tan cansado como él, sin embargo también quería descansar. Se sentó a un lado y por algunos minutos solo hubo silencio. El menor miraba de reojo a Levi, al principio disimulaba esta acción, pero pronto logró que el otro se percatara de esto.
–¿Tengo algo en la cara?
–No se parece en absoluto a esa mujer.– Mencionó. Siquiera parecía avergonzado de haber sido descubierto.
—Si así fuera entonces no tendría sentido vestir de esa forma. – Lo miró con indiferencia, pero empezaba a cansarse de ser comparado con un personaje que él mismo había creado.
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Captive | Levi ˣ Eren
Hayran KurguEl día en que se coronaría al próximo rey había llegado, el pueblo entero fijaba sus ojos en su nuevo representante, sin embargo alguien más logró robar toda esa atención; Eren Jaeger, el hijo menor de la corona. Una noche de primavera fue la últim...