La nueva Super

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Las calles nocturnas de este planeta son demasiado coloridas y ruidosas, con esa música horrenda y humanos tambaleándose por no controlar el consumo de alcohol, al grado de caerse o provocar malestar a quienes como yo, los observamos, así que no me siento del todo cómoda cuando Lex decide este tipo de cosas como cenar al aire libre, aunque en esta ocasión no pude rehusarme, dice que es por negocios, pero los hombres presentes no tienen la menor idea sobre el universo, dicen llamarse expertos, ¡bah! No son más que novatos, y Lex sabe lo que pienso al sonreír oyendo sus incoherencias, pero al parecer no podremos avanzar en el proyecto si la organización llamada NASA, no acepta así como el gobierno de este país.

Opino al respecto en forma moderada sobre mis conocimientos, ellos parecen impresionados y si estuviéramos en Daxam, ya estarían en las más lejanas celdas por tal falta de respeto. Hago algunos cuestionamientos que demoran en responder, escucho sus corazones palpitar al sentirse inseguros o nerviosos, es justamente lo que necesitamos, ya que conforme avanza la cena se ve convencidos, hasta que acceden a nuestras peticiones, ahora tenemos control total de satélites importantes además de los nuestros para llevar a cabo el proyecto, ya que Lex planea crear una nave que logre viajar a través del sistema solar, será sencillo con mi ayuda, aunque también tengo mis propios planes.

Los llamados científicos se marchan, Lex y yo continuamos nuestra cena como hermanos, y entonces en el televisor comienza a transmitirse un noticiero, en realidad no he visto alguno desde ayer, y creo que ahora comprendo la razón. En la pantalla puede verse el combate entre Kara y los marcianos, pero no sólo ella, yo también aparezco deteniendo al que prometió contactar a mis padres, Lex me mira con sorpresa y comprendo su asombro, aunque no me gusta nada lo que dice debajo de las imágenes corriendo.

¿Una nueva Súper?

-Así que ayudaste a Supergirl — Lex parece divertido con mi gesto nauseabundo.

-En este momento me arrepiento, ¿cómo se atreven a considerarme una servil Kryptoniana?-

-Técnicamente tienes las mismas habilidades que Supergirl, así que es comprensible te consideren una Súper, con la diferencia de que tú no eres vulnerable a la Kryptonita-

-Tendré que hablar con esa inútil para que ordene eliminar esos videos, no pretendo ser conectada a ellos-

-Ya entendí — Él sonríe levantando la mano para llamar al sirviente, o mesero, es igual — Será mejor ir a casa, tenemos mucho trabajo mañana ahora que la NASA no tiene problema con nuestros planes-

-No entiendo cómo se atreven a llamarse expertos sí no conocen lo básico de astrofísica — Viro los ojos mientras él paga la cuenta.

-Mis disculpas por nuestra primitiva especie — Bromea, y ambos caminamos a la salida.

-Te disculpo a ti, no a ellos-

-Ya eres toda una Luthor — Me abraza sobre los hombros.

-Claro, pero necesito quitarme esto — Le entrego mis gafas y blazer — Es incómodo portarlos todo el tiempo, además tus amigos me sofocaron-

-No creo que sea buena idea que te los quites-

-A diferencia de Supergirl, no me gusta llamar la atención, estaré bien-

-Pero...-

-Lex — Un hombre lo interrumpe, es de tez oscura — ¿Podría hablar contigo?-

-De acuerdo, ahora regreso hermanita-

Les había dado la espalda ya que no tengo las gafas puestas. Decido caminar un poco observando los objetos del otro lado del cristal, ayer llamó mi atención aquel anillo, pero ahora creo que me gusta más el collar dorado, tal vez pueda comprarlo, pero antes debo hablar con Lex, él me ha obsequiado excelentes joyas, pero esta sin duda alguna es fantástica. Observo a Lex a la distancia, parece entretenido así que tengo tiempo. Continúo observando, hasta que escucho un golpe, inclino la cabeza y hay otro. Guiada por el sonido llego hasta un callejón donde tres hombres golpean a otro en el suelo, me pregunto ¿En qué momento aparecerá Supergirl? Y miro al cielo pero no hay señal de ella, bien, quizás no demore y yo deba dar la vuelta, pero también está el hecho de que nunca me ha gustado el combate en desnivel.

Lena de DaxamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora