Añoranza

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Maratón 4/5 –

—Mansión Luthor —

Escasos segundos han pasado desde que la estúpida se ha marchado con esa repentina confianza inmensa, esperaba que pidiera algo diferente, no un beso, sobre todo de esa manera y sometiéndome, a mí, la princesa de Daxam y heredera al trono, maldita Kryptoniana, tenía que hacer esto justo cuando comenzaba a mentalizarme y olvidar su maravillosa presencia a mi alrededor, simplemente no es justo, no cuando sé que si esto llega a avanzar no aceptará partir conmigo, elegirá a los humanos sobre mí, y honestamente no quiero mi ego aplastado como un ave de caza. Pero ese beso me ha encantado, es todo lo que esperaba de ella, y ahora me pregunto si habrá tenido más encuentros como con la pelirroja años atrás, tal vez sí o quizás sólo sea perfecta en todo, incluso besando, y dicen que los Kryptonianos no presumen de sus múltiples cualidades. Mañana es su discurso y estoy considerando seriamente no asistir, pero no soy cobarde, nunca lo he sido, mi madre no educó a una futura reina para que huyera, y yo estaré apoyándola como prometí, ya veré si la sumerjo en Kryptonita si se atreve a sonreír de la misma manera.

Estuve un segundo en la cima cuando ella entró y me vio en albornoz, disfruté verla sonrojada, pero ella obtuvo la confianza para virar el juego y besarme, dejándome impactada, por lo que mi reacción mecánica fue golpearla, aunque al instante me reprendí por hacerlo, ¡Pero estaba avergonzada! ¡Yo, Lena, princesa de Daxam! Dioses quisiera golpearme pero mi rostro es atractivo no me atrevería a dejar una marca en mi piel, no, no. Y ahora estoy aquí en mi alcoba mirando como estúpida el balcón deseando que regrese aunque sé bien que no lo hará, quiere torturarme y lo peor es que funciona, quisiera acelerar las horas, pero no tengo ese poder, de ser así lo haría sin dudarlo para experimentar la vergüenza en tiempo veloz. Me queda simplemente dormir, aunque dudo mucho lograrlo, sobre todo cuando siento esta incomodidad y a la vez placer en mi pecho, ella me hizo emitir ese sonido de gusto, y nunca antes lo había hecho, ni siquiera en Daxam cuando tenía ciertos encuentros, siento que la odio, pero también me resulta atractiva, ¿Por qué me atormentas servil Kryptoniana?

Camino hacia el balcón suspirando para cerrar la puerta y meterme bajo las cobijas, activando el dispositivo que ella me dio como pago, observando el virtual cielo estrellado de Daxam, contemplando las 4 lunas rojizas, sonriendo al recordar las hermosas noches en casa, y pensar que estoy tan cerca de tener la original vista nuevamente. Pero mi sonrisa se borra al pensar en Kara, yo estaré en Daxam gobernando y ella aquí, protegiendo a la humanidad, y soy egoísta, la quiero conmigo, pero se han acostumbrado demasiado a convivir con ellos, pero sobre todo Kara detesta la monarquía, cree en el libre albedrio, en la democracia como le llaman aquí, así que nunca soportará verme dar órdenes a los sirvientes o comandar tropas de invasión, no, nunca aceptaría eso, ni siquiera por mí, y eso aunque no lo quiera reconocer, me duele.

Coloco la almohada sobre mi rostro ahogando un grito, frustrada por las malditas emociones, todo era más sencillo cuando compartíamos el desprecio, cuando no podíamos convivir más de una noche o día, sin verla en cada momento y darme cuenta que no es como pensé, o que ella viese en mí a la verdadera Lena y no la que su gente creó, todo era más fácil, sin dolor o suplicio del mañana, ¿Por qué aterrizó mi nave en este planeta? Cerca de ella, ¿Por qué Valor? ¡¿Por qué?! ¡Te maldigo Krypton por explotar!

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—Washington D. C. —

Me encuentro nerviosa a pesar de las prácticas de ayer con Lena, y ella no aparece, tal vez decidió declinar a la invitación que le hice por besarla sin su consentimiento, no, eso no es acorde al carácter de Lena, ella jamás huiría sin antes hacerme sentir miserable, así que sólo debe estar torturándome, sí, eso debe ser. Los medios de comunicación están preparando todo lo correspondiente para enfocar mejor mi presencia en el interior de la casa blanca, Rao nunca creí llegar hasta aquí, siempre vi en este momento a Kal-El, pero por atreverse a juzgar las leyes cuando intentaron darle como sentencia la pena a su querido y viejo amigo Bruce Wayne, entonces perdió toda credibilidad que le ha costado recuperar, incluso hay personas en Metrópolis que siguen desconfiando de él por proteger a un psicópata, yo también estaría renuente a verlo como antes, pero supongo que se perdió en los sentimientos de amistad, él fue su amigo por años, ignorando el hecho de que estaba conviviendo con un asesino.

Lena de DaxamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora