Capítulo 4

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Luego de un viaje de cinco horas desde Nueva York, al fin habían llegado a Londres. En cuanto tuvieron las maletas, tomaron un taxi para llegar rápidamente a su casa.
Una hora después se encontraban frente a ella, el rizado sentía que estaba en un sueño. Recordaba la infinidad de veces que deseo volver ahí, ahora que al fin ese deseo se había cumplido no podía creerlo.

La casa seguía igual, a excepción del color, antes era azul ahora era blanca. Supuso que eso era obra de su hermana. Se adentró a ella y diversos suceso volvieron a su cabeza, era extraño para él recordarlos, normalmente olvidas lo que viviste los primeros seis años de tú vida, sin embargo, ese no era el caso del ojiverde.

Los tres agradecían que Gemma y John hubieran acomodado los muebles. Inmediatamente se dirigieron a sus habitaciones completamente dispuestos a descansar, el rizado abrió una maleta y saco su pijama, entró al baño y tomó una ducha.

Minutos después ya estaba en la cama con la bufanda de Louis en la mano.
Cuando menos lo espero se encontraba en los brazos de Morfeo.

[…]

Al día siguiente, el ojiverde se dedicó a acomodar algunas cosas en su habitación. Desayunó con sus padres, volvió a su habitación, se dió una ducha rápida y posteriormente salió de la casa.
Decidió que empezaría con la búsqueda de empleo ya mismo, odiaba estar en casa sin hacer algo productivo.

Harry había estudiado fotografía, cuando tenía doce años descubrió su pasión por ello, era bueno, lograba capturar hermosos paisajes y transmitir sus sentimientos mediante sus fotografías. Trataría de buscar empleo como fotógrafo, sino, cualquier otro empleo estaría bien.
Llenó solicitudes y las dejó en distintos establecimientos, algunos le daban esperanzas pero no debía confiarse.

Luego de unas horas, entró a un bufete de comida china, comió un poco y después volvió a las calles de la ciudad.
Quiso pasear un poco, ver lo mucho o lo poco que había cambiado el lugar, notó que en efecto algunas cosas cambiaron y otras se mantenían igual. De un momento a otro se encontraba en el parque al que su madre solía llevarlo a jugar, niños y niñas corrían sin parar, algunos jugaban en grupo y otros simplemente se divertían solos.

Continuó caminando sin destino alguno, sin darse cuenta, sus pies lo habían llevado a casa de los Tomlinson.
La casa seguía como la recordaba, las flores que adornaban la entrada lucían hermosas. Recordó que en algunas ocasiones él y Louis ayudaban a la madre del castaño a plantar y regar las flores.

Se mantuvo frente a la casa, se debatía si debía llamar a la puerta o no. Al final se acercó a la entrada, sus piernas temblaban, sus manos sudaban y mordía su labio inferior. Se quedó helado frente a la puerta, trató de tocar el timbré pero su brazo no lo obedecía.
Comenzó a cuestionar se si lo que hacia era correcto, solo llevaba un día en Londres y ya estaba en busca del castaño. ¿Y si Louis ya no lo recordaba? ¿Y si ya no vivía allí?
Comenzó a alejarse de la residencia, lo mejor era olvidar el tema. Prefería seguir creyendo que el ojiazul aún lo recordaba a llevarse una decepción.

Dicen que el primer amor no se olvida, que es el que te deja marcado, el ojiazul había logrado eso a pesar de haber pasado poco tiempo con él y ser simplemente niños.
Su celular vibra en uno de sus bolsillos delanteros, lo toma y revisa la pantalla. Era su hermana, desliza el botón verde y lleva el aparato a su oído.

-¿Qué sucede Gems?- Dice. -Voy camino a casa... Ok, te veo ahí entonces.- La llamada termina y guarda el celular nuevamente en su bolsillo. Se acerca a la avenida, para un taxi y le indica al chófer la dirección a su hogar.

[...]

-¿Necesitas algo más mamá?- Pregunta Louis dejando una jarra con agua y un vaso sobre el buró junto a la cama de su madre.

-No cariño. Gracias.- Responde.

-Bien. Cualquier cosa usa el monitor ¿si?-

-Claro cariño.-

-Descansa.- Dice y sale de la habitación. El ojiazul no trabajaba los viernes, pues debía llevar a Jay al hospital a tomar su tratamiento, duraba dos horas y terminaba con toda sus energías. Su jefe estaba al tanto de lo que ocurría con su madre, comprendía absolutamente todo, así que cambió el día libre del castaño del domingo al viernes.

Bajó a la sala y se sentó sobre el sofá, Lottie se encontraba a su lado cambiando los canales en el televisor. El ir al hospital no solo terminaba con las energías de Jay, también con las de ellos pues pasaban las dos horas con su madre para que el tiempo fuera más ameno.

-¿Quieres que preparé la cena?- Pregunta Lottie con la vista en el televisor.

-No.- Responde. -¿Te parece si pedimos pizza?-

-Pero mamá no puede comer.- Dice. -Además olerá el queso.-

-Comeremos en el jardín. No se dará cuenta, dormirá hasta tarde, nos habremos terminado la pizza para cuando despierte.-

-No sé.-

-Lott quieres pizza tanto como yo.- Dice, la castaña lo mira y sonríe.

-Esta bien.- Dice. -Pero que sea de champiñones.-

-Mitad champiñones, mitad peperoni ¿trato?- Extiende su mano.

-Trato.- Responde y estrechan las manos.

El castaño toma el teléfono y hace el pedido, luego de unos minutos cuelga la llamada y deja el teléfono en su lugar.
Ambos miran la televisión en lo que esperan su comida, ríen con lo que sucede en la pantalla. Les gustaba mirar "Drake & Josh" a pesar de haber visto todas la temporadas millones de veces.

Media hora después el timbre suena, Lottie abre y se encuentra con el repartidor, toma la pizza y paga el costo de esta. Segundos después regresa con su hermano y se disponen a comer.

-¿Lou?-

-¿Hmm?-

-Cuenta me más sobre Harry.- El castaño frunce el ceño y mira extrañado a su hermana. Pasa el bocado que había metido a su boca y habla.

-¿Cómo sabes de él?-

-Mamá me habló un poco sobre él hace unos días.- Dice. -Incluso vi fotos.-

-¿Por qué quieres saber de Harry?-

-Curiosidad.- Dice y se encoje de hombros. -Anda dime.- El castaño lo piensa un poco, nunca le contó a su hermana sobre el rizado, no lo veía necesario pero sabía que la menor era demasiado curiosa y si no le decía algo no lo dejaría en paz.

-Esta bien.- Dice. -¿Qué quieres saber?-

-¿Cómo lo conociste?-

-Fue en el jardín de niños, en el último año.- Comienza a relatar. -Yo era nuevo, mamá me había cambiado a ese colegio, quedaba más cerca de casa y se le facilitaba recoger me. Nadie me hablaba precisamente por eso y Harry fue el único en hacerlo.-

El resto de la cena se basó en las historias del castaño, su hermana lo escuchaba atenta y reía cuando mencionaba las travesuras que habían hecho juntos. Lottie notó el brillo en los ojos de Louis mientras hablaba sobre aquel chico, era obvio que su hermano lo apreciaba mucho. Louis evitó hablar de la promesa, eso era algo que solo él y Harry debían saber.

-Entonces ¿se fue repentinamente?-

-Si.- Responde en un suspiro. -Le ofrecieron a su padre un mejor puesto en Estados Unidos.-

-¿Te gustaría verlo de nuevo?- Una sonrisa se forma en los labios del ojiazul. Claro que quería verlo, si tuviera la oportunidad lo haría.

-Si pero... Ha pasado mucho tiempo, seguro no se acuerda de mi.-

-No lo creo. Su amistad era buena y una amistad así no se olvida.-

La menor se levanta y se dirige a la cocina dejando a un Louis pensativo. Quizá su hermana tenga razón, hay amistades demasiado fuertes, creía que la suya era una de esas. Él no había olvidado al rizado y esperaba que el rizado no lo haya olvidado a él.

My First Real Crush Was || LS ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora