Capitulo 4

209 56 0
                                    

Dimos una larga caminata hasta llegar con un hombre alto y pelirrojo de unos 24 o 25 años de edad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dimos una larga caminata hasta llegar con un hombre alto y pelirrojo de unos 24 o 25 años de edad.

—Amor mío, por fin llegas —se dirigió a Eva.

—Mucho tráfico —le besó.

—¿Ella es mi nuevo dulcecito? —dijo escaneándome.

—Sí... —pausó—, Es muy bonita ¿No?

—Vaya que lo es...¡Contratada!

—¿Qué?¿Así de simple?

—Pues...Firmaras el contrato que te traerá mi secretaria y estarás dentro —se acercó a mí.

Tronó los dedos y su secretaria no tardó en pasar y entregarme el contrato, después salió, lo leí cuidadosa y minuciosamente, explicaba mis horarios de trabajo, cuáles serían mis derechos y deberes; cabe recalcar que en Colombia la prostitución es legal, por ello la prostitución y el proxenetismo está bien organizado mientras cumpla ciertas normativas que el estado especificaba en la ley. El contrato estaba lleno de cláusulas, se protegían muy bien con temas como el embarazo, había una sección completa de ello, había otras normas muy a lo interno de la organización donde tipificaban clausulas bastante serias en el sentido sexual, pero también me daba la libertad de solo ofrecer servicios sexuales solo a quienes yo quisiera. Los márgenes de ganancias me parecían bastante buenos, sorprendentemente buenos, sentía que de ahora en más podría pagar todo. «Vaya que son profesionales» pensé ello y firmé.

—Bienvenida dulcecito —me dijo sonriente.

Volvió a tronar los dedos y entró la secretaria por el bolígrafo y el contrato, sin embargo, esta vez dejó una hoja sobre el escritorio y con ella otro bolígrafo de tinta roja.

—Tendrás que otorgarme tu número, correo y también tu cedula de identidad para verificar la validez del contrato, necesito saber cuál será tu seudónimo, si es que lo vas a usar... —dijo mientras coqueteaba descaradamente con Eva.

—Bien —dije y empecé a escribir.

Le entregué la hoja y él la leyó, salió la secretaria y regresó con una botella de vino y con tres copas para festejar, destapó el vino y me entregó mi copa.

—Bienvenida, Carla, has escrito que ese será tu seudónimo desde ahora, así te conocerán los clientes y todos nosotros aquí mientras trabajes.

Le sonreí y bebí un sorbo mientras que Eva me miraba sorprendida. Salimos en cuanto todo terminó y ya en el auto Eva comenzó a hablarme intrigada.

—Remy, así que usaras un seudónimo...

—Tengo miedo que mis padres se enteren, ¿sabes lo que los decepcionaría? no puedo permitirme que lo sepan, por favor, ayúdame a mantenerlo oculto, no te pido nada más —dije y sequé una lagrima apenas saliendo de mis ojos. Sabía que todo esto estaba mal, pero en la vida hay cosas que debes hacer por el bien de tu futuro, eso lo entendía perfectamente—. Ayúdame, como amiga y colega —finalicé.

Casi partíamos cuando recibí una notificación del pelirrojo


Carla, tengo un cliente para ti, Eva me ha hablado de tu problema con la colegiatura, así que sin problemas te daré el dinero si haces este trabajo. He priorizado darte el primer trabajo que ha salido para que salgas de deudas con la universidad; tú, además, coincides perfectamente con las características que pidió el cliente, espero que hagas un buen trabajo, confío en ti.

Abdul

Así que se llama Abdul, le comenté la situación a Eva y me acompañó por el adelanto del dinero y para conocer a quién sería el sujeto que pagó por tenerme, sinceramente mis emociones estaban muy alteradas, era mi primer cliente ¿Sera que lo haré bien?

Por fin llegamos, Abdul nos estaba esperando con un sobre en las manos de color amarillo, en cuanto me lo entregó, me lo pasó con otro sobre más pequeño de color rojo.

—Aquí está el dinero —señaló el sobre rojo—, y aquí, todo lo que necesitas saber sobre tu primer cliente —agradecí y nos marchamos.

El viaje de vuelta a casa se me hizo tan largo. De la pura emoción de tener mi dinero para la universidad no paré de tratar de abrir el sobre, pero cada vez que lo intentaba Eva me regañaba diciéndome que lo haríamos cuando llegáramos a su departamento que estaba algo alejado del vecindario. En el departamento hacia cosas de trabajo, como también lo usaba para guardar el dinero que regularmente era entregado en efectivo. Por fin habíamos llegado, casi rompo un tacón de lo rápido que bajé y corrí a la puerta; Eva realmente era lenta, entramos y por fin abrí el sobre y estaba una fotografía de un joven de 29 años de edad de nombre Ián. Ián tenía una enfermedad en la piel llamada Vitíligo, me pareció de lo más interesante.

—Es apuesto —le dije a Eva mostrándole la foto.

—A veces llega cada cliente. Debes tener cuidado "Carla" —dijo acentuando mi nuevo nombre.

—Está bien —acepté.

—No se ve que sea un ­pervertido ­­­­­—dijo mientras miraba la fotografía.

—Pues no lo sé,¿no son los pervertidos quienes finalmente optan pagar una puta? ­—suspiré

Es cierto, era un poco apuesto y no parecía pervertido, husmeé entre el sobre y encontré unas notas:

· El cliente a pedido que estés dos semanas completas con él. Por la universidad, no te preocupes, yo tengo un acuerdo con los directivos y me permiten darle a mis chicas ciertos beneficios, así que tomaras tus clases en línea y también entregaras tus trabajos igual, no necesitas llevar ropa porque el cliente a mencionado que te dará un guardarropa especial, siempre tendrás que lucir bien por lo que te contratará un maquillista que estará a tu disposición las 24 horas del día, aparte de ello necesitas estudiar todo lo que tenga que ver con cine y entretenimiento para tener charlas amenas con él debido a que es cineasta ¡Suerte querida Carla!

­ «Qué bueno que no tendré que llevar ropa» me dije pensando mientras terminaba de buscar dentro el sobre un poco más.

—Estaré con él dos semanas —le informé a Eva.

—Bien —dijo mientras le daba un sorbo a su jugo—. Ahora... ¿Qué haremos con tus padres?

—¡Demonios!, eso no lo había pensado. 

Diccionario:

Proxenetismo

El proxenetismo es un delito que consiste en obtener beneficios económicos de la prostitución a costa de otra persona. El proxenetismo en la mayoría de los países es un delito por constituir una grave vulneración de los derechos humanos.

¡Maldición Carla! [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora