Me llevó hasta la cama cargando y en ese momento recordé tanto a David, lo abracé fuerte y evité decir su nombre. Cuando llegamos hasta la cama me dejó suavemente caer sobre ella y se levantó a cerrar la puerta.
—¿Esto es lo que quieres? —saco un pequeño liquido—. esta te causara un mayor efecto.
—Vamos a probarla —dije entusiasmada.
—Tranquila, antes te haré el amor —me besó.
—Quiero estar drogada para disfrutarte más —lo empecé a excitar.
—Está bien... —gimió—. Toma, te la inyectaré —se apartó un momento.
Tomó una jeringa del botiquín de primeros auxilios y una liga; esto me daba un poco de miedo, pero si esto me haría deshacerme de mis estúpidos pensamientos lo haré, me ato con la liga el brazo y me inyectó, podía sentir la sensación de embriaguez entrando por mi cuerpo, una felicidad envolvente que me hacia reír y perderme de este estúpido y repugnante mundo. él estaba maravillado con lo que veía, lo comencé a besar y me senté encima de él frotando mi trasero contra su pene, entre besos y caricias la situación se volvió más candente hasta que... el efecto comenzaba a irse, necesitaba un poco más, pero me resistí. «Quizá cuando obtenga lo que quiera, yo obtendré más de lo que necesito», pensé y seguí teniendo sexo con él. Las penetraciones eran más y más fuertes; nalgadas y varias posiciones, esta vez no me lastimó ni dejó marcas, eso me alegraba un poco, sus manos me satisfacían, su cuerpo me deliraba, tenía un maravilloso cuerpo con el cual cualquier mujer soñaría para tener intimidad, el sudor era más abundante, ambos teníamos gotas bajando de nuestra frente y llegó la hora de demostrar mis dotes de twercking, él abajo mío a mi merced, comencé a moverme y él gemía pidiéndome más mientras mi culo rebotaba en su pene, arriba abajo como si fuera el suelo de una discoteca, el famoso cuadrado hizo su actuación especial e Ián estaba más que feliz. Terminó corriéndose dentro de mí.
—Te preñaré, cariño —dijo antes de soltar cada gota de semen dentro de mí.
Terminamos y me paré a limpiar ya que el semen escurría entre mis piernas, era pegajoso e incomodo, lo escuché levantarse también y entró al baño, nos bañamos juntos, y cuando salimos le dije con una sonrisa.
—Me puedes inyectar otra vez —me miró contento.
—Claro que sí, mi amor —dijo y sacó una jeringa nueva.
Me volvió a inyectar y esta vez me dejó ahí, siendo feliz hasta que... una espuma blanca salía de mi boca, y de repente me vi tirada en el suelo, desnuda y con una sobredosis en mi acta de defunción marcada, entraron un par de gorilas de Ián y me llevaron con él que estaba sentando en la sala fumando un puro y con una copa de vino.
—¿Ya está muerta? —les preguntó.
—Sí, señor, la mezcla de drogas fue un éxito y el examen forense saldrá que fue por drogas —comentó uno de ellos.
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¡Maldición Carla! [✔️]
Teen FictionLa vida no ha sido nada fácil. Remy con tan solo 18 años de edad se convierte en prostituta para poder pagar su universidad, lamentablemente quienes la ayudaban económicamente eran sus padres, pero debido a que sus padres pierden su empleo por su or...