Tendré que armar un plan lo más rápido posible, me crucé de brazos y comencé a pensar; tenía que idear un plan lo suficientemente creíble para estar fuera de casa tanto tiempo sin que mis padres se preocupen.
—Me estas mareando, deja de caminar en círculos —me dijo Eva.
—No sé qué hacer —dije frustrada.
—Y... ¿Si te vas de tu casa?
—No quiero hacerlos sufrir —dije preocupada.
—Mira, algún día te tendrás que ir, tarde o temprano los jóvenes lo hacemos, podríamos compartir departamento... La renta la pagaremos entre ambas, ¿qué te parece? —Propuso Eva emocionada.
—¿Qué, no vives con tu mamá?
—Hace tiempo que la dejé, bueno desde que cumplí 18.
—No hay de otra —acepté.
Empezamos a planear todo, como entraría a la casa, como actuaria enfrente de Alejo y Lucio, como les diría que me iba definitivamente de la casa. Comenzaba a sentir un remordimiento más grande cada vez que ensayaba con Eva. «Ya no estoy tan segura de hacer esto» me decía en mis pensamientos mientras estaba asimilando la situación, pero sinceramente no tengo otra opción, Eva me dio un beso en la mejilla y me dijo que era hora de irnos, así fue, subimos a su auto y dejé mis cosas en su apartamento, mi mochila y libros, de todas maneras ya viviría ahí ¿no?
—¿Nerviosa?
—Demasiado, ni te imagina... —le dije mientras seguía jugando con mis manos.
El nerviosismo se apoderaba cada vez más de mí, las manos me sudaban en exceso, también las piernas me temblaban, las sentía débiles y mi voz apenas salía.
—Aquí voy —suspiré.
—Suerte, te esperaré aquí —dijo Eva.
Bajé del auto, empuñé mis manos y comencé a caminar en dirección a la puerta, abrí y ahí estaban mis padres, se encontraban en el sofá, esperándome preocupados, se me hizo todo un nudo el corazón.
—Remy, ¿dónde estabas? —dijo Alejo.
—Remy, estábamos muy preocupados —Trataban de acercarse.
Pero pasé de largo y subí por las escaleras hacia mi habitación. Tomé la pequeña maleta que tenía y comencé a guardar mi perfume de diario, mis maquillajes y la poca ropa que me quedaba; guardaba cada prenda como si tuviera rabia mientras las lágrimas salían de mis ojos. Mis sollozos se hacían cada vez más presentes.
—Remy, ¿qué haces?
—Me voy —dije sin titubear.
—¿A dónde?
—Remy, no estarás hablando enserio,¿verdad?
—Ya soy mayor de edad, no pueden impedírmelo —tomé mi maleta y bajé las escaleras.
—Remy, por favor... ¿A dónde iras?
—Eso no les importa, además no tienen para pagar mi universidad, entonces yo encontraré una forma de hacerlo.
Abrí la puerta y vi como Lucio detuvo a Alejo para que no me siguiera. Crucé la puerta y caminé al auto de Eva, subí la maleta y nos fuimos; no paraba de derramar lágrimas durante el camino, esas gotitas cristalinas desbordaban la decepción que sentía de mi misma, no pensé que les haría jamás algo así... Siempre me imaginé saliendo de su casa graduada, con un trabajo y un departamento comprado y yendo los domingos a visitarlos, quizás me iría cucando me casara con alguien a quien amara, pero ahora, solo seré un objeto de entretenimiento sexual para un hombre que page por mí.
Subimos mi maleta y Eva me ayudó a desempacar, ambas estuvimos muy calladas, ella comprendía lo que sentía y por lo tanto no quería decir nada que me hiciera romper en llanto de nuevo. Una vez llegamos a la casa, me ayudó a desempacar y me dijo que se tenía que ir a trabajar, entonces, nos despedimos con un beso en la mejilla y me dejó sola en la habitación, no traje ni siquiera todos mis libros y no podía lograr conciliar el sueño, tomé mi celular y busqué libros en formato"pdf", pero ninguno que me llamara la atención, suspiré y me quedé mirando el techo, pensando en cómo sería mi vida si Alejo y Lucio no hubiesen perdido sus trabajos, si tan solo sus jefes no fuera tan religiosos, si tan solo me hubiesen dado más opciones, las respuestas no las tenía, me sentía absurda tratando de darle vueltas a un asunto que para variar no tenía mucho sentido. No puedo cambiar la mentalidad del jefe de mis padres y mucho menos tengo el poder de controlar cada situación que viene a mis manos... Sin embargo, tengo el control de mis decisiones y de mi vida, o por lo menos así lo creo.caminé hacia la ventana y miré atreves de ella, la luna estaba hermosa, jalé una cobija y me fui adormir... eran ya las 3 am, en dos días tenía que estar lista para verme con Ián, «debo empezar a dormir más para verme lo más linda posible» pensé mientras me acomodaba en el suelo para tirarme al vacío a los brazos de Morfeo.
La alarma sonó puntual, odio despertarme temprano, pero tengo que ir por mascarillas, me puse mi ropa deportiva, me preparé mi suplemento alimenticio y salí.
El parque esta vez no estaba tan transcurrido como otros días, pero eso no me impidió correr, un señor mayor me comenzó a seguir, lo noté varias veces, pero no quise darle tanta importancia, seguí mi camino, pensé que solo era alguna paranoia mía, seguí corriendo. El reloj me marcaba que ya había corrido al menos 3 kilómetros, me detuve para tomar aire, no tenía en cuenta que el señor se acercaba peligrosamente y al estar muy cerca, me dio una pequeña nalgada cuando estaba parada.
—¡Descarado! —grité.
—¿Estás bien? —me dijo otro señor que venía con su esposa.
—Sí, todo bien, no se preocupe por mí.
—Te llevaremos a tu casa, me parece que es muy peligroso dejarte aquí, ese hombre te miraba y seguía de forma muy preocupante, deja que te llevemos —se ofreció
«No soy tan tonta, yo misma puedo cuidarme» pensé, y le agradecí, pero me negué, seguí corriendo y poco después subí a un taxi rumbo a una tienda de cosméticos;compré mascarillas de todo tipo y me dirigí a casa, entré cautelosa y abrí el refrigerador, había una amplia gama de alimentos, todos bajos en grasa y de calorías contadas. Tomé algunos y me puse a cocinar. Eva aún seguía en la cama, la podía escuchar roncar debido al aparato que usa para enderezar la nariz ya que la rinoplastia le da miedo, cociné algo ligero, tenía que mantenerme en forma. De pronto escuché una gangosa hablar.
—¡Buenos días, Remy! —gritó
—¡Buenos días Eva! El desayuno está listo.
—Bien, ahora voy.
Comí un poco mientras revisaba mi celular, cuando una notificación llegó, era un mensaje de Abdul ¿Será que se arrepintió en darme este trabajo? Lo abrí un poco temerosa y comencé a leer:
Carla, querida, disculpa, pero el cliente me acaba de informar que te quiere lista para mañana, te pasará a recoger su guardaespaldas al departamento de Eva, así que estate lista.Llegará a las 3:00 PM por ti. Besos ;).
De tal forma que enseguida le respondí:
Ok, estaré lista.
No podía estar de lo más nerviosa.
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¡Maldición Carla! [✔️]
Novela JuvenilLa vida no ha sido nada fácil. Remy con tan solo 18 años de edad se convierte en prostituta para poder pagar su universidad, lamentablemente quienes la ayudaban económicamente eran sus padres, pero debido a que sus padres pierden su empleo por su or...