Llegué a casa con la boleta de calificaciones y una nota con la cuenta bancaria de la institución, la universidad es pesada y más cuando una persona como yo se muda constantemente. Papá, estaba en casa, lo noté porque estaba su saco en el perchero cerca de la puerta, y Alejo, no tardaría en llegar, tengo una familia homoparental, lo que significa que tengo unos padres homosexuales que me aman demasiado, Alejo y Lucio, estos son sus nombres, han sido la pareja más fuerte que he conocido, han luchado fuertemente por mantenerme a flote y sacar adelante a la pequeña Remy, si, ese es mi nombre.
Mi nombre, pues, es una historia peculiar; cuando tienes dos padres fans de Ratatouille solo te queda esperar que no se les ocurra ponerte el nombre de uno de sus personajes, no tengo la culpa de ello, aun así, me parece único, aunque siendo honesta no es lindo que tu nombre lo tenga una rata animada.
—¿Papá estas en casa?
—Ya bajamos, ratita.
Mis padres son demasiado fans de esa película y así es su apodo para mí, la verdad es que no me molesta tanto, ya cuando te acostumbras qué más da.
—¿Pasa algo? —les dije cuando los vi. Alejo tenía los ojos llorosos y Lucio tenía una sonrisa de "sí, pasa algo, pero todo estará bien" se notaba demasiado.
—Nada ratita, es hora de cenar —me evadieron el tema.
—Ya dile Lucio, por favor —decía mientras agachaba la cabeza.
—No quiero que se preocupe...
—Oh, vamos ya no soy una niña pequeña, tengo 18.
—Remy —dijo. Debe ser algo muy serio para que no me digan ratita.
Lucio, comenzó a cocinar, el aroma desprendido de la cocina me hacía abrir mi feroz apetito, papá se dio cuenta de ello y me llevó a la mesa, normalmente tenemos una charla muy amena durante la cena, pero esta vez era distinto, ambos tenían la cabeza baja y apenas comían de sus platos... Empezaba a preocuparme por la situación, no tardó Lucio en levantar los platos y lavarlos.
—Es tarde, iré a dormir, descansa ratita —dijo besando mi frente y se marchó.
—Ve a dormir Remy —asentí y me paré de la mesa.
Subí las escaleras y entré a mi habitación. Mi habitación estaba llena de tonos rosados y azules, mis colores favoritos, coloqué mi celular a cargar y me dirigí al armario a buscar mi piyama para dormir, mañana tengo un examen importante y tengo que ir bien descansada, pasee un par de veces a mi baño llevando las cosas necesarias para bañarme, cuando de pronto, un grito de lucio me hizo saltar.
—No quiero excusas, Alejo —Es raro que no le diga cariño, siempre se llaman así—. Discúlpame, no quise gritarte—dijo entre sollozos
La curiosidad me ganaba y me acerqué gateando a su puerta y pegando la oreja a la puerta para poder escuchar mejor.
—Cariño —era en definitiva la voz de Alejo—, no estuvo en mis manos la situación, pero si está en mis manos ir a hablar con la niña y decirle lo que está ocurriendo, no es justo que no sepa lo que ocurre.
—Alejo, ella se preocupará, ambos sabemos que la universidad y la licenciatura que está estudiando son importantes...
Quizá, era lo económico por lo que peleaban, mis padres son contadores y aunque ganan muy bien, los servicios son caros y más teniendo una hija en la universidad... Aunque tengo una beca por promedio sigue siendo cara, traté de escuchar un poco más, pero no soltaban información relevante que me pudiera ayudar a saber qué es lo que pasa, rendida de la situación me puse de pie, pero torpemente mi pequeña gata pasó provocando que la pisara y maullara. Inevitablemente mis padres me pillaron y me llevaron a la sala; se veían realmente molestos y algo tristes, se notaba que Alejo estuvo llorando, tenía los ojos hinchados y rojos.
—Tenemos que hablar, Remy —el tono frio de su voz me hacía sentir escalofríos, jamás imaginé que estaría tan molesto.
Solo me quedé en silencio, era realmente abrumador y tenso el ambiente, merecía una explicación...¿Porqué mi papá está así?,¿qué es lo que sucede?¿Porqué ambos están así? Tenía tantas dudas en mi cabeza que me abrumaban completamente.
—No podremos pagar tu universidad —antes de que comenzara a exigir un "porqué" mi papá siguió—. Alejo acaba de perder su trabajo.
—Cariño, ocurrió que es un delito que ame a tu padre, mi jefe es demasiado religioso y al enterarse de mi familia, pues, lamentablemente terminó despidiéndome —agregó.
—Quiero seguir estudiando, en dos semanas tengo que pagar mi segundo semestre —abogué.
—Pero no tenemos dinero, yo he estado tratando de conseguir trabajo, desde que perdí mi empleo he hecho todo lo posible para conseguir algo, pero lo único que han hecho es cerrarme las puertas por mi orientación sexual, no nos quedará otra que mudarnos de nuevo, lo siento ratita —dijo Lucio con lágrimas en sus ojos.
—Trataré de conseguir un trabajo, les prometo que no nos mudaremos de nuevo, solo denme un poco de tiempo —dije mientras los abrazaba.
—Cariño, nosotros debemos de hacer eso, no tú, no es justo para ti, tú solo debes enfocarte en estudiar, eres nuestra niña —me besaron la frente.
El abrazo duró unos minutos breves, logrando que sacara unas lágrimas, me abrazaron aún más fuerte, no quiero dejar la universidad.
Al siguiente día me desperté más temprano de lo normal, revisé mi guardarropa y lo separé, descarté las cosas que ya no usaría más, podre vender esta ropa que no he usado mucho y juntaré un poco de dinero, comencé a sacar fotos y a subirlas a paginas donde vendían ropa de segunda mano y no tardé mucho en tener ofertas, mi celular timbraba mucho tras las notificaciones de «me interesa» de las personas. Miré la ropa que me quedaba, un par de jeans, uno negro y otro azul, dos sudaderas, dos playeras y unas deportivas blancas «sobreviviré» pensé mientras guardaba en una mochila toda la demás ropa.
—¿Iras tan temprano a la universidad y con doble mochila?
—Sí, tengo muchos libros que llevar hoy —Salí
Llegué al lugar donde se reunían todas las personas para entregar las cosas y gané un par de pesos, pero, no lo suficiente para todo lo que gastaba cada semestre nuevo, perdí dos clases, pero valía la pena, entré al examen y lo realicé, me había preparado toda una semana para esto y espero una excelente nota.
Caminé por los pasillos de la universidad, no tenía amigos; solo conocidos... también tenía una rival, era la chica más popular de la universidad, presumía de cosas carísimas y de diseñador, pero la mayoría sabíamos que era una mujer "prepago" que tenía el oficio más antiguo del mundo, la prostitución.
Diccionario:
El término: "mujer prepago" está asociado a la clase de mujeres que ofrecen sus servicios sexuales a cambio de dinero, pero a diferencia de la prostitución normal lo hacen de una manera mucho más discreta y sin necesidad de mostrarse en las calles, prostíbulos o bares. Hoy en día las mujeres prepago se han vuelto algo muy normal en las universidades de Colombia ya que debido a las necesidades económicas se ven obligadas a hacerlo para subsidiar sus estudios.
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¡Maldición Carla! [✔️]
Novela JuvenilLa vida no ha sido nada fácil. Remy con tan solo 18 años de edad se convierte en prostituta para poder pagar su universidad, lamentablemente quienes la ayudaban económicamente eran sus padres, pero debido a que sus padres pierden su empleo por su or...