Llegamos a casa, me miró con deseo y comenzó a besarme, subimos torpemente las escaleras y abrí la habitación, pequeño inconveniente en esta, Eva estaba dormida en mi cama esperándome, cerré de nuevo y susurré.
—Parece ser que dormiré con alguien más —le besé y él me pegó más a su cuerpo.
—Esta mi habitación libre, ¿recuerdas? —le guiñé el ojo y lo halé de la corbata.
Entramos a su habitación y cerró muy bien, me quitó el vestido y quedé en ropa interior, comenzó a quitarse la ropa lo más rápido posible mientras me besaba, tocaba mi entre pierna y pasaba sus dedos por mis bragas rosándolas, pero sin meterme las manos, gemía y el estaba cada vez más impaciente.
—Cuando estoy tan cerca de tocar las nubes contigo me late demasiado y no precisamente el corazón —dije entre gemidos.
Recorrió un par de veces más mi cuerpo, para después colocarme en cuatro y penetrarme lentamente, los gemidos se hicieron presentes, sujetaba mi cadera mientras me penetraba cada vez más fuerte, esto es lo que deseaba; la obscuridad inundaba la habitación y nuestras sombras en aquella posición de perra se reflejaban en la pared, gracias a la luz de la luna, era excitante, paro después de un rato, me señaló que subiera a la cama y sacó su cinturón, me hizo hincarme y me ató las manos detrás de mi espalda, me observó un rato y luego me besó.
—¿Te gustaría intentar algo nuevo? —dijo mientras me besaba el cuello.
—Sabes que sí.
—Tienes el rostro más angelical que he visto en mi vida Carla — me dijo mientras me recorría con sus manos.
Me dio un par de nalgadas, sus ojos grises volvieron a estar enfrente de mí, es tan perfecto para ser verdad, me acarició el rostro y luego me bajó para estar en otra postura, abrió mi entre pierna y colocó su cabeza abajo, su pene estaba en mi boca mientras el disfrutaba con su lengua de mi vagina, unas gotas de fluido pre-seminal logro llegar a mi estomago, pero eso no me importaba, lo quería tragar todo.
—Esta vez quiero usar condón, pero quiero que me lo pongas tú con la boca ¿Me complaces? —tenía el condón en la mano. Asentí y lo tomé.
Lo coloco un poco para que me fuera más fácil, sin las manos libres esto era nuevo y a su vez un reto, lo comencé a subir con mi boca hasta lograr que estuviera en la posición perfecta, después me desató y me acostó en la cama y tapó mis ojos con una venda, esto es interesante, sentí un liquido en mis piernas, mordí mi labio e hice un gesto, por lo que él paró y de pronto sentí su legua comerlo, no pude evitar gemir y mojarme un poco, se acercó a mi vagina e introdujo dos dedos y mordí mis labios, luego volví a sentir que estaba encima de mí, me tranquilizó cuando sentí su calor, rozo mis labios con los suyos, su perfume llegaba a mis fosas nasales, era delicioso, me convertí en su postre preferido, ese por el cual cualquier niño lucharía por tener, comerlo y saborearlo. Su respiración recorría mi cuerpo mientras que mi espalda se arqueaba y estremecía a su vez.
—No sabes cuánto deseaba que llegara este momento desde que te vi bajar en ese vestido que ahora está en el suelo, deseaba tenerte así —decía mientras besaba mis senos.
No éramos consientes de la hora, la excitación a su máxima intensidad llenaba nuestros cuerpos, me colocó encima de él y comencé a mover mis caderas, de arriba abajo, circular y haciendo un cuadrado, apliqué técnicas como el gusanito que era la más común, mis senos rebotaban varias veces y él los sujetaba y los frotaba, tuve varios orgasmos; el disfrutaba tanto eso, cambiamos de posición, ahora él estaba en el mando, me penetró intensamente subiendo mis piernas y teniéndolas sujetas, esto es tan satisfactorio, estuvimos un buen rato así hasta que sentí que se corrió, por suerte el condón evito que mancháramos mas las sabanas por culpa de los fluidos.
Se acostó y pasó su mano debajo de mi para abrazarme, me miró y sonrió, «Es muy bueno en la cama, mejor de lo que imaginé» pensé mientras cerraba mis ojos, él me besó la frente y nos quedamos profundamente dormidos.
Desperté por los rayos de sol que entraban por la ventana.
—Buenos días —le dije mientras él apenas abría los ojos.
—¿No podemos dormir un poco más? —Me abrazó más—. Fue una noche muy buena, pero también demasiado cansada.
—Levántate, tienes cosas que hacer —besé sus labios y me paré, tomé una camisa y me la coloqué.
—Tenemos... —me corrigió—. Te llevaré a comprar ropa, desayunamos y nos vamos,así que apúrate —advirtió antes de voltearse a dormir otro rato.
Tomé el vestido, al igual que todas mis cosas y salí de su habitación, entré a la mía y por suerte Eva estaba dormida.
—¡Te pille! —se levantó—. Eres una golosa —la intentaba callar.
—No hagas un escándalo Eva.
—¡Tienes que contarme todo, absolutamente todo! —me decía.
—Toma, esto es tuyo, que la servidumbre le dé una lavada, gracias por prestármelo.
—Funciono a la perfección, ¿o no?, Eva nunca se equivoca —Festejaba porque había tenido sexo, vaya amiga tengo.
Logró sacarme todo contenido con alto grado de detalles, nunca olvidaré sus gestos cuando le contaba todo lo que hice durante la noche con Oscar
.
—¡Carla! ¿Quién te conociera así? Fuiste sumisa por una noche.
—Ya apúrate Eva, tengo que arreglarme —Reí
Me duché y tomé mi mejor atuendo, unas deportivas y me coloqué un poco de maquillaje, cepillé mi cabello y bajé junto con Eva, desayunamos, mientras que Oscar y yo no nos parábamos de mandar miradas evidentes, pero a su vez, Eva lo hacía con Israel; sin embargo, ella no me había comentado nada de él, por lo que asumí que no han tenido sexo aun... o, ¿Acaso me he perdido de algo?
Oscar interrumpió mis pensamientos, cuando me hizo señas para que nos retiráramos.
—Iré a comprar algunas cosas Israel, por favor no hagas ninguna tontería mientras tanto.
—Tranquilo hermano, estaré muy entretenido —contestó mientras miraba a Eva, si no han tenido sexo por lo menos hoy lo harán.
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¡Maldición Carla! [✔️]
Teen FictionLa vida no ha sido nada fácil. Remy con tan solo 18 años de edad se convierte en prostituta para poder pagar su universidad, lamentablemente quienes la ayudaban económicamente eran sus padres, pero debido a que sus padres pierden su empleo por su or...