Capitulo 34

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Durante toda la noche mis sentimientos al igual que mis pensamientos se volvieron moustros con intenciones claras de dominarme, pero trataba de tener un poco de lógica para que no me ganaran, las horas pasaban lentas, y mirar el celular a cada seg...

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Durante toda la noche mis sentimientos al igual que mis pensamientos se volvieron moustros con intenciones claras de dominarme, pero trataba de tener un poco de lógica para que no me ganaran, las horas pasaban lentas, y mirar el celular a cada segundo no ayudaban a que pasaran más rápido, llegó la hora del desayuno, me lavé la cara y me sonreí al espejo y me dije: «lo último que me quitará alguien, será mi amor propio».Trataba de idealizar la terrible discusión que tendría con mis padres al bajar para tomar algo y desayunar, me armé de valor y bajé las escaleras, estaban sentados en la mesa con una taza de café entre sus manos. Lucio tomaba la mano de Alejo y tenían la misma expresión en el rostro que cuando los despidieron a ambos por ese maldito homofóbico.

—Pa-Papá —apenas me salían las palabras—, perdónenme —me eché a llorar, me puse de rodillas y supliqué su perdón—, fue la única solución que encontré —mis padres se acercaron y me levantaron.

Me llevaron al sofá y me abrazaron fuertemente, todos estábamos llorando y al sentir su cariño me sentí más segura.

—Mi princesa, no hay nada que perdonar, te amamos, y si fue la única salida que encontraste fue porque Lucio y yo te orillamos a tomarla, no nos dimos cuenta del peso que pusimos sobre tus hombros, mi pequeña, perdónanos tú a nosotros —me besó la frente, fueron las palabras más reconfortantes que mi corazón haya escuchado.

—Los amo —dije mientras trataba de calmarme—. Pero hay algo que deben saber... aunque será luego —finalicé.

—No te presionaremos —Lucio me besó en la frente.

Pasaron unos minutos y nos sentamos a desayunar, el ambiente había cambiado drásticamente; de lo caótico, malo y frustrante pasó a ser armonioso... tal y como antes que empezara todo esto. Platicamos libremente y les llegué a contar sobre cada cliente que tuve a lo largo de esto como prostituta y de... David, que aún no me atrevo a llamar. Alejo estaba emocionado por mi primer novio, mientras que Lucio se molestó un poco, estábamos bien, ya estábamos juntos, sin mentiras, y eso es lo que me hacía más feliz. Después de un rato le pedí a mis padres el poder volver a vivir con ellos, ellos accedieron felices de tener a su niña de vuelta, mañana probablemente iría a recoger todas mis pertenencias al departamento que comparto con Eva. Eva regresará en dos días, estoy muy emocionada por verla y decirle que mis papás también quieren que se venga conmigo, por fin podía tener una vida sin mentiras.

Me quedé viendo mi celular un buen rato, decidiéndome si llamar o no, hasta que lo hice, lo llamé:

Primer timbre...

Segundo timbre....

—Remy... —dijo con una voz de sorpresa—. No, no, ¿por qué no contestas?, espera... —colgué.

«Pero que tonta, ¿qué mierda hiciste?, nos costó tanto llamarlo para que le cuelgues... cobarde», dije cuando me di cuenta de la tontería que hice. Mi remordimiento no duró mucho; él volvió a llamar, contesté nerviosa, no sabía exactamente qué me diría.

¡Maldición Carla! [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora