Al amanecer comenzamos el día haciendo el desayuno, una vez comimos y luego vimos películas juntas, nos hicimos mascarillas caseras y nos expresamos de la manera más cursi posible; nos decíamos de todo, sobre todo el cariño inmenso que sentíamos por la otra y al hacerlo, recordé como éramos apenas unos meses atrás, nos odiábamos, no puedo creer como mi enemiga pasó a ser mi mejor amiga en un tiempo record, nos dormimos un poco tarde, los boletos de avión habían llegado con los sobres, de manera que a nuestros nuevos clientes los veríamos en ese maravilloso destino.
—¡Eva, es muy tarde! —le grité—. ¡Llegaremos tarde al aeropuerto!
Por suerte, las maletas ya estaban listas, me arreglé lo más rápido que pude, me duché y obligué a Eva a levantarse.
—Es tardísimo, ¿Dónde está mi otra zapatilla? —buscaba hasta que la encontré—. ¿por qué diablos estaba adentro del horno? —me lo coloqué y seguí buscando mis llaves.
—Yo llevaré las mías tranquila, regresando las buscaremos —dijo Eva tratando de sacarme de mis prisas y la presión que sentía porque nuestro vuelo era en...
—Estamos muy tarde, muy tarde.
Tomamos el taxi, y corrimos; casi me rompo el tobillo, ¿A quién se le ocurre correr con zapatillas cuando apenas puedes caminar con ellas?, pues... sí, a mí, estaban anunciando que cerrarían el vuelo y llegamos de derrapando, tan pronto abordamos sentimos alivio.
—¡Nos vamos a las Bahamas! —gritamos juntas emocionadas.
El viaje se hacía tedioso, estaba ansiosa por aterrizar y ver a esos sugar esperando por su mercancía. Pronto así fue, Eva y yo salimos y un piloto nos estaba esperando.
—Carla, Eva, soy Jackson volaremos hasta la casa de Oscar e Israel.
—¿En jet? —Eva estaba boquiabierta.
—Así es, señorita.
—Bien — y le entregó sus maletas, subió sus lentes de sol y subió al Jet.
—Yo te ayudaré un poco —dijo Jackson, mientras trataba de cargar todas las maletas de Eva, por suerte, yo solo traje una, que estaba perfectamente organizada y le ayudé a cargar las maletas de Eva.
—Gracias ¿Tu eres?
—Soy Carla —coqueteé un poco.
—Una señorita tan bonita de prostituta, no me sorprende, lo que si me sorprende y atrae al mismo tiempo es que eres distinta, se nota.
—Bueno es que sucede que estoy en esto por necesidad.
—como todas, pero no es eso, tienes... un algo —acomodó las maletas mientras que Eva disfrutaba de un Martini—. Toma, tal vez un día tengas disponible —me acaba de dar su número, esto es increíble.
—Tal vez, quizá mi cliente no sea tan especial y me deje salir contigo.
Me senté y miré la tarjeta de presentación, ¿Cómo es que un piloto necesita tarjeta de presentación? Eva estaba curiosa por lo que tenía y por lo que peleamos un poco, después lo olvidó, pasamos unos minutos en el avión, tiempo suficiente para retocar mi maquillaje y cambiarme de ropa así como de zapatos, por suerte traía mis deportivas.
— ¡Vaya pero que guapa has quedado Remy! —Me abalancé sobre ella y le hice callar—. Perdón, Carla.
—Gracias por el cumplido, pero no vuelvas a cambiar mi nombre ¿Vale? —Asintió como cachorra triste—. Vale, venga, que ya casi estamos a punto de llegar con nuestros dueños, arréglate un poco y quita esa cara de pocos amigos —dije burlona.
—Te pareces a mi mamá...
—Qué asco —dije sarcástica y reímos
El aterrizaje no duró mucho, bajamos del avión y vimos a un par de gotas de agua esperándonos, eran Israel y Oscar, nuestra cercana aventura, las fotos los describieron tal cual, sus ojos eran preciosos, captaron mi atención desde el primer contacto visual.
—¿Tú eres? —estrecho su mano, tenía una sonrisa hermosa y una forma de coqueteo bastante discreta.
—Carla, mucho gusto Oscar —le recorrí con la mirada y luego mordí mi labio, «Vaya que me la voy a pasar bastante bien» pensé.
—Carla, mucho gusto, soy Isra, espero que nos llevemos muy bien —este gemelo se me hacíamás fiestero y el que anda en un jate con muchas mujeres de fiesta día y noche.
—Yo también —le respondí, no podía quitarle los ojos de encima a Oscar, era un bombón.
Eva se acercó y me miró seductora, me hizo una seña para que nos alejáramos un momento, me disculpé y así lo hice, ella me siguió y no tardamos en estar un poco lejos de ellos, lo suficiente para que no escucharan nuestros planes.
—No te lo vayas a comer con la mirada amiga —jugaba, era vidente que lo seducía de una forma grotesca.
—Es bastante apuesto, la verdad ya quiero tirármelo, ¿le viste el paquete? se nota que no está nada mal —sonaba desesperada, era como si nunca hubiese tenido sexo en mi vida.
—¡Carla, compórtate! —me dijo y reímos a carcajadas.
Caminamos de vuelta con nuestros clientes, seguimos platicando sobre los acuerdos de convivencia que debemos de tener al estar en su casa, también las reglas, nos enseñaron nuestras habitaciones, llegué y me tiré a la cama, estaba cómoda, los tonos azules, amarillos y rosas, envolvían todo el cuarto.
—La mandé a decorar para ti, espero te guste —dijo Oscar mientras entraba lentamente a la recamara.
—Gra... Gracias —tartamudeé
—Tranquila, no haré nada, de lo que no quieras — tocó mis piernas y las froto un poco, eso estremeció mi piel, podía sentir su electricidad coincidir con la mía uniéndose en un mismo momento.
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¡Maldición Carla! [✔️]
Roman pour AdolescentsLa vida no ha sido nada fácil. Remy con tan solo 18 años de edad se convierte en prostituta para poder pagar su universidad, lamentablemente quienes la ayudaban económicamente eran sus padres, pero debido a que sus padres pierden su empleo por su or...