Capitulo 24

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—¡Ferrán!, esto es acoso,¿sabías? —dije riendo

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—¡Ferrán!, esto es acoso,¿sabías? —dije riendo.

—No cuando lo haces por amor, ¿sab as? me mandó una mirada coqueta, es fantástico.

¿Entonces? Muero de hambre —rodé los ojos.

—Vámonos —casi salta de alegría.

Logr tapar mis moretones con maquillaje, la ropa ayuda bastante, no me veía desarreglada pero es un conjunto bastante casual. Se veía tan tierno como trataba de tomar mi mano, pedí algo ligero, algo que a mi parecer, no es para un desayuno, se la pas haciendo chistes malos, pero era más divertido la forma en que los contaba que el chiste en sí, la pas bastante bien, la hora de irme, ltenía un turno más en la cafetería donde lo conocí.

—Quiero volver a verte, Remy, eres muy hermosas —los nervios no lo dejaban en paz, pobre chico.

—Quizá, ya tienes mi dirección, salgo mucho por mi trabajo, pero... quizá otro día quieras salir conmigo —bes su mejilla—. Adiós —entr a la casa, tenía las mejillas rojas, reí y el al parecer estaba igual que yo.

—¿Qué fue eso? —pregunt Eva esperando detalles.

—Tú eres la que me tienes que explicar, ¿cómo conociste a Ferran? —crucé mis brazos.

Me cont lo suficiente, al parecer ella y l eran compañeros en la preparatoria, ex mejores amigos, lo encontró husmeando y preguntando por una tal Remy, platicaron y en resumen le dio autorización para salir conmigo, parece mi papá, ya ni Lucio es como ella, «me recuerda mucho a él» pensé, le pedí que me contara como le fue con mis padres y afortunadamente todo salió bien, su casa volvió a pasar a su propiedad. Me camb de ropa por algo más cómodo y me acosté un rato junto a Eva, vimos una película juntas y nos quedamos dormidas, mañana tendría que retomar mis actividades cotidianas. Un nuevo cliente, la cuenta del banco había disminuido por el contratiempo, pero lo excelente de este trabajo es que tengo suficiente para las cosas necesarias, renta, comida y lavandería por mencionar algunas de ellas, me par y era el mar rojo andante, me había llegado mi menstruación, me metí de nuevo a la ducha y le grit a Eva.

—Necesito una toalla y ropa interior limpia —refunfuñ , no tard en llevarme las cosas necesarias—. Gracias, eres la mejor —cerró y me cambi .

¿Debía llamar a Abul y contarle esto? Esa es mi gran duda, esto puede llegar a ser un inconveniente para estar con mi cliente, ni modo, no sexo. Lo llam y de inmediato contest .

—Hola, llamo porque me ha llegado mi periodo y quiero saber si... —él carcajeó és de la línea.

—Tranquila dulcecito, él solo busca compañía, por ahora no pidió nada de sexo, así que estas de suerte

vaya que sí tenía suerte, normalmente los clientes buscan sexo y no compañía.

Colgó después de unos segundos, me dese suerte al finalizar la llamada, esperaba que me odiara pero no fue así, ni siquiera se notaba una pizca de soberbia o enojo e incluso indiferencia en su tono de voz, al contrario, fue amable y parecía hasta que se había olvidado del asunto anterior. Me dirigí a la cocina y busqué una pastilla que me calmara los cólicos, pero no encentré nada, sentía que me moría, mi celular volvió a timbrar.

¡Maldición Carla! [✔️] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora