—Bien, prepárate. Mañana pasaré por ti a las 3 de la tarde. No me hagas esperar.
Finalmente, y casi sin querer había aceptado la propuesta de Eva.
Colgó, no puedo creerlo, lo había dicho, estaba emocionada por ello, pero ahora que es lo que me pondría, ¿cómo debe lucir una prepago?
Fui a mi armario y traté de conjuntar la poca ropa que tenía para que fuese algo decente, o... ¿quizás y tenía que ser algo indecente? Posiblemente sería una entrevista de trabajo, aunque no lo sé, puede ser también un sitio web. Caminé a la ducha y me bañé, sentía el agua correr por mi cuerpo desnudo, me regresaba, a decir verdad, es la mejor sensación del día.
Tomé las toallas y una la enredé en mi cabello y la otra en mi cuerpo, caminé al espejo y le pasé la mano provocando que este me reflejara.
—Te tocaran, tendrás una vida sexual activa, aunque siendo sincera, ambas sabemos que ya no eres pura en el sentido sexual —parezco loca hablándole a mi reflejo.
Caminé de nuevo a mi armario, tomé mi piyama y me senté en el pie de la cama;
miraba mi armario dándole vueltas y vueltas pensando qué ropa usaría mañana, tengo que causar buena impresión. Me dirigí al cuarto de mis padres y tomé una camisa y un saco de Alejo, «tiene tantos, de seguro no se enterará» pensé mientras me los llevaba a mi cuarto, entonces le mandé un mensaje a Eva diciendo:Tengo solamente esto para ponerme mañana.
Y le agregué al mensaje una foto del conjunto. Mi celular timbró y era una notificación de ella que decía:
No te preocupes, te presto ropa, el saco si nos sirve lo demás no, y tranquila con este empleo tendrás un nuevo guardarropa :).
«Sí, lo necesito» pensé y devolví la camisa a su guardarropa, aunque el saco no.
Tomé mi mochila y lo metí a modo de que no quedara tan arrugado. Me fui a dormir deseando que me dieran ese trabajo.Mi alarma sonó como todos los días; caminé a mi baño, lavé mis dientes, cepillé mi cabello, lavé mi cara, me coloqué perfume, rímel y ricé mis pestañas. Tomé algo de ropa de mi mochila y me marché.
Las clases se volvieron cada vez más desesperantes, estaba ansiosa por ir a ver a Eva, también tenía un poco de miedo. La campana sonó para cambio de clase, pero iba a ser la última para mí debido a que ya tenía excelencia en la última clase, por ello decidí no tomarla, pues, no pasará nada si por una vez en mi vida no tomo una clase. Caminé a la cafetería y en el mostrador estaba un delicioso trozo de pastel de coco, estaba fresco y se veía que era la primera rebanada, procedí a meter mis manos a mis bolsillos y tenía tan solo la mitad de lo que costaba, mis papilas gustativas comenzaron a saborearlo, la boca me salivaba aún más.
—¿Lo quieres? —Preguntó Eva.
—Claro que sí.
Eva habló con la encargada de la cafetería y me entregaron el pastel completo; Eva pagó y yo estaba extasiada y feliz, nos sentamos en una mesa cerca del mostrador y le serví un trozo a Eva, quien diría que llegaríamos a ser amigas después de odiarnos.
—Jamás había comido pastel con una amiga —dijo llevándose un trozo a la boca.
—Jamás una amiga había sido tan amable conmigo —comenté.
—¿Recuerdas cuando tú siempre vestías con tus largos vestidos de princesas y tu corona?
—Sí, eso fue en preescolar —afirmé.
—Te tenia envidia —dijo mientras seguía comiendo—. Tus papás siempre estaban para ti, tienes los mejores papas del mundo Remy, yo quisiera a veces tu vida... Mientras que yo tenía que lidiar con una mamá drogadicta que apenas podía cuidarse a ella misma, tu tenías a padres profesionales que estaban para ti cada segundo —suspiró.
—No sabía que te sentías así — dije con la cabeza baja.
—No te preocupes —limpió un poco sus lágrimas que apenas salían de sus ojos —¿Lista para tu entrevista de trabajo?
—Más que lista.
—Pero antes te daré una arregladita —me dijo.
Caminamos en dirección al baño, cerró la puerta y le puso seguro, sacó de su bolsa una hermosa blusa a rayas de tono azul, un pantalón de vestir azul ajustado y unos tirantes en color vino.
—El saco nos ayudará —me dijo pidiendo que se lo entregara—. Me encanta ese color crema del saco —agregó y me mandó a vestir.
Me colocaba cada prenda y me sentía tan bien, era de diseñador, se lograba notar, salí con las deportivas en mano y descalza, vendí hasta mis calcetines así que mis pies estaban totalmente expuestos a la intemperie.
—Listo —le dije acercándome a ella.
—Falta esto.
Tenía una caja forrada de papel metálico y un moño color plata. Me lo entregó y lo destapé, haciéndome ver que eran unas zapatillas hermosas en color vino en charol.
—¡Te ves hermosa! —dijo mientras me colocaba las zapatillas.
Le abracé y agradecí. Me sentía la chica más feliz mirándome al espejo, poco después comenzó a maquillarme y arreglar mi cabello.
—Estas lista —finalizó.
Caminamos a su auto «Es realmente incomodo usar tacones» pensé mientras estábamos en el auto rumbo a mi nueva oportunidad de trabajo «Si tan solo le hubiese aceptado las clases de taconazos con Alejo seguro no estaría en esta situación» seguía pensando, la radio sonaba con varios temas pop, y Eva disfrutaba cantarlos.
Llegamos a un lugar un tanto secreto, tenía mucha vegetación por cualquier lado que miraras y humedad, «que misterios esconde esto» pensaba mientras caminamos a una puerta enorme donde dos guardaespaldas nos estaban esperando; Eva se colocó sus gafas de sol y cambió radicalmente su actitud.
—¿Dónde está? —dijo Eva
—La está esperando adentro.
—Bien, quítense, me estorban —dijo agitando su cabello—. Camina Remy, no tengo todo el día —dijo mientras seguía caminando como una diosa.
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¡Maldición Carla! [✔️]
Novela JuvenilLa vida no ha sido nada fácil. Remy con tan solo 18 años de edad se convierte en prostituta para poder pagar su universidad, lamentablemente quienes la ayudaban económicamente eran sus padres, pero debido a que sus padres pierden su empleo por su or...