Tengo los nervios de punta. Se me ha pasado el tiempo volando; a las 7:00 AM llegó el maquillista profesional que me contrató mi cliente para que me preparara. Estaba dormida, me dijeron que me prepararían para una reunión de trabajo. Me duché y empezaron a hacer su labor, me dieron unos shorts y saco de un tono celeste junto un top blanco, fue lo que el experto decidió para mí con tan solo verme. Mi figura con esa ropa resaltaba y se hacía ver que era apropiada y a la vez casual, me gustaba, el maquillaje era natural, nada cargado o demasiado llamativo y el peinado sencillo, me colocaron zapatillas y me miré al espejo, la tela se sentía muy fina, aun no me acostumbro a la sensación de tener ropa puesta de diseñador; un collar sencillo me hizo completar el vestuario. Cuando estuve lista, llamaron a la puerta, era el guardaespaldas de Ián que estaba esperando por mí.
—¡Deséame suerte Eva! —le grité, mientras me iba solo con mi celular y una bolsa de mano.
— ¡No la necesitaras!
Subí al auto y en cuanto el guardaespaldas me abrió la puerta, agradecí por el acto y me di cuenta que aquí comenzaba mi aventura con mi primer cliente. Estoy tan emociona. La carretera se me hizo eterna, miraba por la ventana y parecía solo haber vegetación, seguimos así un par de horas hasta que llegamos a un salón en una especie de jardín que era lo suficiente grande para recibir a unas 50 o 100 personas. El guardaespaldas abrió la puerta y bajé, lo primero que vi fue a un hombre, era exactamente el de la foto,Ián, se veía aún más apuesto en persona, me miró de arriba abajo y quedó boquiabierto.
—Jamás pensé que me darían una chica tan hermosa—dijo Ián sorprendido.
—Gracias, yo soy la persona que estará contigo estas dos semanas, me presento, me llamo...
—Me alegro en tenerte acá Carla —interrumpió.
—¿Dónde conseguiste mi nombre?
—La agencia me lo otorgó, lo que no me otorgó fue tu fotografía, quien diría que esa agencia es tan buena... Normalmente las elijo, pero me dijeron que esta vez me sorprenderían; vaya que así lo hicieron.
Reí ante su comentario y me hizo una seña para tomar su brazo, así lo hice, Ián me guio hasta un salón con una increíble variedad de personas, mujeres hermosas por todos lados que acompañaban hombres haciéndolas lucir como si fueran su mayor adquisición. Ián me dio una copa con champagne y la bebí, estuvimos ahí un par de horas, riendo y coqueteándonos como si nos conociéramos de años, muchas veces me alagaron más hombres, sin embargo, Ián se mostraba un poco incómodo por ello, por lo que opté por solamente agradecerles y no prestarles mucha atención. Cuando por fin Ián me dijo que nos iríamos, nos salimos, le ordenó a su guardaespaldas irse solo, no quería que nadie estuviera con nosotros.
—Te llevaré yo ¿Te gusta la idea?
—Claro que sí.
Me llevó al lugar donde había estacionado su auto, cuando llegamos no podía creerlo, tenía un Chevrolet Beat en color negro.
—Me encanta tu auto —dije asombrada.
—¿Conoces este auto?
—Bromeas, tiene Potencia de 81HP y 80 lb-ft de torque y una Transmisión manual de 5 velocidades
—¡Vaya! —estaba sorprendido —No eres una chica tonta.
—Lo siento, ¿te molesté?
—No, para nada. Vamos, súbete.
El auto estaba increíble, me sentía cómoda, empezó a manejar y la carretera estaba algo sola, de manera que aceleró, la adrenalina comenzó a llenar el ambiente, «Esto es genial» pensé mientras aceleraba más, por fin llegamos a su casa, era una casa linda, con un jardín bien cuidado, me bajó y nos dirigimos a la entrada; abrió la puerta y entré, era una casa hermosa, era muy grande. Subimos y me enseñó donde me quedaría a dormir, era una habitación grande con una cama donde podían dormir hasta cuatro personas. Me enseñó el guardarropa que preparó para mí y me instruyó en que tengo que hacer para poder llamar al maquillista.
—Cuando terminen las dos semanas, si quieres podrás quedarte con la ropa que te he comprado, puesto que a mí ya no me sirve en absoluto.
—Gracias.
Iba a salir, pero algo lo hizo arrepentirse, y se acercó a mi peligrosamente, me tomó del rostro con delicadeza y me dio un pequeño beso en la frente.
—Descansa princesa.
Salió. Me quedé delirando y con una sensación hermosa, me recosté sobre la inmensa cama y suspiré, me paré y me dirigí al baño; me duché y me puse ropa interior limpia. Había una selecta colección de bellísima ropa interior de encaje, tan sexy que, siendo franca, me vería excelente, enseguida comencé a probarlas, daba vueltas frente al espejo mirando mi bella figura al igual que los pequeños gorditos que tenía mi abdomen y mis estrías por la subida y bajada de peso constante. La piyama estaba lista para usarse. «Que más da, dormir en ropa interior o sin ella»me quité la ropa de mi cuerpo y me recosté en la cama, pero de pronto, algo hizo que me exaltara un poco y es que la puerta se abría, la luz del pasillo comenzó a dejarme ver a Ián, entonces halé las cobijas cubriendo mi cuerpo.
—Lo siento, pero, te deseo tanto...
Caminó hasta la cama ... Pero antes de llegar a mí,echó un vistazo al suelo y «La ropa interior»odio ser tan descuidada a veces, sin embargo, no se veía molesto, mordió su labio y siguió caminando, se veía tan sexy, me haló las cobijas tan fuertes que mi cuerpo quedó desnudo y a la intemperie... Entonces se acercó y me besó, el beso se extendía y rápidamente lo tomé de la mano, el apretaba mi trasero con fuerza y unos gemidos salieron de mi boca, el no pudo evitar ocultar su erección, así que la tomé y comencé a jalar, arriba abajo, gemía tan delicioso, miré su cuerpo tonificado y me hizo pensar aúnmás en la gran pregunta:¿Qué tan bueno será en la cama?
Me apoyó en la cama con delicadeza y comenzó a frotar su pene en contra de mi vagina provocándome que mi vagina se humedeciera.
—Esto tiene un precio extra —le advertí entre gemidos.
—Ya lo sé, pero ambos nos deseamos tanto que eso no importa...
Se quitó un momento de mí y se colocó un condón para después comenzar a penetrarme, las embestidas se hacían cada vez más rápidas y llenas de placer, el gemía mientras que yo sentía el mayor placer de mi vida, un aroma peculiar comenzó a inundar la habitación y con él, una mancha en la sábana blanca que cubría mi cama color café por los fluidos que provenían de mi vagina a causa de la excitación, ambos estábamos ambicionando desquitar nuestros más primitivos instintos.
Las embestidas pasaban de ser un poco lentas a después aumentar su prontitud, aun así, no impedían hacerme sentir placer hasta que... vi en su rostro, deleite, y sentí un pequeño estallido dentro de mi vagina, era su semen saliendo de él para quedarse en el condón.
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¡Maldición Carla! [✔️]
Novela JuvenilLa vida no ha sido nada fácil. Remy con tan solo 18 años de edad se convierte en prostituta para poder pagar su universidad, lamentablemente quienes la ayudaban económicamente eran sus padres, pero debido a que sus padres pierden su empleo por su or...