Neon pieces

Reencuentro

Josh habló con Tyler todo el trayecto hacia la escuela y antes de llegar, Josh con una sonrisa amable y dulce le dijo a Tyler.—Sabes, tus ojos son tan brillantes como los rayos del sol.
Tyler sólo le sonrió y lo tomó de la mano.
Cuando llegaron a la escuela, Josh se sentía mareado, era como si su mente estuviera despierta, pero al mismo tiempo demasiado confundida.
Todo le parecía extraño, todo era como un deja vu constante. Se sentía ansioso, pero muy decidido, aunque ni siquiera sabía a qué.
Las horas pasaron y Josh sólo podía ver a Tyler, como se movían sus manos, como pasaba sus dedos por sus cabellos mientras reía cálida y despreocupadamente, como veía hacia el frente, tratando de poner atención a la aburrida clase de biología. Sus ojos que eran tan soñadores y alegres, eran tan profundos que casi podías pensar que el universo estaba allí dentro. Y Josh pensó que seguramente de allí venía él, tal vez su planeta estaba dentro de la mirada de Tyler, tal vez allí estaba el hogar que tanto había buscado.
Sólo podía verlo, tratando de descifrar sus bostezos y sus dedos inquietos que jugaban con una pluma, su peculiar forma de acomodar sus libros.
¿Por qué era tan preciado, todo lo que Tyler hacía? ¿Por qué todo parecía estar bien?
Josh se hacía esas preguntas, mientras trataba de poner atención a la intrascendente clase.