la decisión

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Cuando despertamos, nos dimos cuenta de que era demasiado tarde. Eran como las seis de la tarde, pero lo bueno es que era domingo, así que los padres de Tyler no se encontraban en casa.
Era Tan hermoso ver dormir a Tyler, su cara angelical, era como ver un millón de perritos jugando y ladrando suavemente, era como estar en un lugar lleno de luz y tranquilidad.
Todo estando a lado de Tyler era un momento inesperado por vivir, todo tenía un significado diferente.
Tyler se despertó y me pregunto aún soñoliento.—Joshi, ¿Qué hora es?
—No lo sé ty, un poco tarde, eso creo.
Se levantó de golpe y me dijo.—Mis padres! No olvídalo es domingo.
Y volvió a acostarse.
—Te amo Tyler.
Le dije riendo un poco.
—Te amo Josh.
Lo dijo con voz suave y dulce.
Después de abrazarnos por un rato nos levantamos, por la incomodidad de nuestros estómagos que pedían algo de comida, rugiendo como un par de leones.
Nos dirigimos a la casa de Tyler, ya que no había nadie, para asaltar el refrigerador. Cuando llegamos allí estaba el auto de Samuel, el pastor de Tyler, estacionado frente a la casa.
Antes de entrar nos percatamos y Tyler dijo que nos fuéramos, pero yo le dije que iba a arreglar las cosas de una vez. Le dije.— Tyler quédate aquí
—Josh, n-no, no puedo quedarme aquí.
lo tomé de los hombros y lo vi a los ojos.
—Quédate Aquí.
Entré a la casa y allí estaba el tipo, sentado en el sofá, tomando una llamada, de alguna de sus víctimas necesitadas.
Me puse en frente de él y le dije.—Usted es el pastor Samuel ¿no?
Me vio con despreocupación y con su cara altiva desprendió un "sí"de su boca infernal y mentirosa.
— Bueno, yo...
He interrumpiendo me dijo.—¡Ha ya sé quién eres, el chico del otro día, ¿me has estado siguiendo verdad?
—yo...
—Shh, vamos no te preocupes, sé lo que quieres, y no te juzgo; tú quieres a alguien que te mantenga, que te cuide, y está bien.
Se acercó a mí, me tomó del rostro, lo empujé mientras me tomaba fuerte del brazo y con voz firme y violenta me dijo.— Ya te dije que no te preocupes por nada, no le voy a decir a nadie.
Me empujó al piso, y mi cabeza se golpeó con la mesa de la sala, fue algo que me noqueó. El tipo estaba encima de mi, y yo estaba perdiendo la conciencia; de repente escuché un ruido ensordecedor y sentía algo muy pesado encima de mí, sentí algo tibio escurriendo en mi pecho. Cuando por fin recobré la conciencia, me di cuenta de que el sujeto, estaba desangrándose encima de mí. Me lo quité tan rápido como pude y me hice hacia atrás con la respiración agitada y el corazón acelerado, mi torso y mis piernas estaban llenas de sangre, se sentía pesado y pegajoso. A lo lejos en la esquina cerca de una pequeña mesa de madera donde se encontraba un jarrón de margaritas encima de un horrible mantel blanco, a tejido crochet; allí estaba Tyler con el arma aún entre sus manos, de pie; como si estuviese esperando a que el tipo se levantara, con el arma lista para disparar nuevamente.
Me levanté, de dolía el cuerpo, y me sentía demasiado pesado, me tambaleaba hasta que pude llegar a donde Tyler, me apuntó; y pude ver el terror en sus ojos, como si estuviera fuera de sí, puse mis palmas extendidas a manera de rendición y le dije.— Ty, baja el arma, soy yo, Josh.
Me vió y tiró el arma, se dejó caer poniéndose de rodillas y empezó a llorar.
—Josh, no era mi intención matarlo, pero el estaba...Y yo, no pude, sólo apreté el gatillo, y-yo.

Abracé a Tyler y le dije que todo iba a estar bien, cuando ya estaba más tranquilo, me acerqué a Samuel para envolverlo en la alfombra, después lo iba a enterrar en el bosque y así tendría una cristiana sepultura el hijo de perra.
Pero en ese momento antes de hacer cualquier cosa, escuché un alarido, como de un animal. El sujeto aún seguía vivo, con su miembro flácido de fuera y dos disparos en el costado.
Llamé una ambulancia y después de eso me acerqué a Tyler y le dije.— Ty, este momento va a definir una gran parte de nuestra vida, o nos vamos, los dos ahora y nos hacemos fugitivos o nos quedamos para decir la verdad, pero toda la verdad, y esperamos a que el juicio sea justo y no vayamos a la cárcel, tú el eliges.
Obviamente sonaba muy romántico irme con Tyler, escapar, "ser libres". Pero no era lo correcto, Tyler tenía que decir la verdad y por más que quisiera que nuestro destino fuera más fácil, teníamos que afrontar esa situación, aunque Tyler era quien tenía la ultima palabra.

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