Me gustaría que así hubiera acabado esa parte de mi vida, con esa dignidad intacta, porque un par de semanas después, Tyler fue a mi casa y me pido hablar, le dije que sí. Ese mismo día Tyler llevaba puesta una camiseta con estampados de algún campamento cristiano; unos shorts y calzado deportivo. Se veía aseado y olía particularmente a mermelada con ropa limpia, seguro ese día había comido pan tostado con mantequilla y mermelada, tal vez su madre le había preparado el desayuno "especial" típico de; huevos fritos, tocino y pan tostado, pero aún no sé porqué lo llaman un desayuno especial si lo comen con frecuencia.
Tyler estaba de buen humor y sus manos se movían de una forma inquieta, tenía esos pequeños gestos que me hacían saber que esperaba algo o en su defecto quería algo.
Ese día mis padres no se encontraban en casa así que le di lo que quería, y por mi instinto y mis sentimientos confundidos, lo tiré al piso de la sala, ni siquiera habíamos cruzado más que dos palabras y él ya estaba en el piso mientras yo lo desnudaba.
Sus manos hombros estaban temblando y su rostro estaba cubierto por el sol de la mañana, que se colaba de entre las cortinas,iluminando sus hermosos ojos. Lo besé con profundidad y pasión, tanta que nos costaba trabajo recobrar el aliento. Mi corazón se aceleraba y todos los sentimientos que poseí; el terror el deseo la tristeza, el odio y la desesperación se desbordaban en besos y caricias con demasiada pasión y ligera violencia.
Tyler estaba completamente desnudo, sus labios estaban humedecidos con su saliva al igual que la comisura de su boca. Lo tomé de la nuca y de sus cabellos para poder besarlo en el cuello y en sus delicados hombros. Sentía furia y coraje al recordar lo de ese hombre, a quién Tyler dejaba que le hiciera todo lo que quisiera; en en ese momento lo puse de espaldas haciendo que Tyler terminara en una posición conveniente, para poder entrar en él. Estaba dentro de Tyler, me movía al compás de mis deseos y sentimientos rotos, lo hacía sin ninguna consideración. Tyler empezó a gemir y a gritar, de dolor y placer. Quería ver su rostro, así que cambié de posición para que quedáramos frente a frente y poder ver lo sonrojado que estaba, como el sudor de su frente se deslizaba en forma de hermosas y pequeñas gotas de lluvia, al igual que sus ojos que estaban llorosos y brillantes. Sus labios pronunciando mi nombre me volvían loco, pero sabía que tenía que tomar ese momento, porque las cosas no volverían a ser, ni de la misma forma y tampoco volverían a ser.
Estando dentro de Tyler, mirándolo a los ojos y disfrutando la melodía de su voz, a veces en gritos a veces en gemidos, me sentí completo, pero melancólico y cuando estábamos llegando al clímax, sólo pudieron derramarse lágrimas de mis ojos, junto al incipiente espasmo de placer.
Tyler tenía los ojos cerrados y empecé a acariciar su rostro en sinónimo de disculpa por haber sido tan rudo con él. Mi corazón estaba lleno de amor y paz, hasta que los recuerdos vinieron a mí, como buitres picoteando lo único vivo que quedaba dentro de mí.
Empecé a llorar tal vez como nunca en mi vida lo había hecho y me arrodillé frente a Tyler, repitiendo una y otra vez que no me dejara. En ese momento mi cuerpo estaba siendo ocupado, por un extraño sentimiento de agonía profunda.
Tyler me abrazó y me dijo; te amo.
Siguió abrazándome hasta que por fin me tranquilicé. Ese día fuimos al parque, incluso fuimos al cine y después a comer un helado.
Me sentía feliz, después de tanto tiempo de no sentir nada parecido. Creía que estaba cayendo de nuevo en ese juego, pero no podía parar de engañarme pensando que esta vez las cosas serían diferentes.
Las cosas estaban relativamente bien, incluso podía soportar más el hecho de que Jenna siempre estuviera con Tyler, sin dejarlo solo un segundo. Además entendía que él tenía una relación con ella, no conmigo, yo sabía que Tyler la había elegido a ella no a mí y eso estaba claro.
Esos días de verano, eran claros y calurosos, pero no demasiado. Tyler estaba junto a la piscina, tomando el sol con los hombros hacia atrás y sus pies sumergidos en el agua. Jenna estaba nadando como una sirena y yo estaba del otro lado de la piscina, observando a Tyler. Él me miró y sonrió, no pude evitar suspirar y devolverle la sonrisa. Jenna se acercó a Tyler y le preguntó que porqué no nadaba y se divertía, Tyler sólo la miró a los ojos la tomó del rostro y le dijo:—Porque lo único que quiero hacer es verte, tu belleza es lo único que quiero ver este día.
Después procedió a besarla mientras me veía a los ojos de una forma descarada.
Algo se quebraba en mi interior con todas esas pequeñas cosas que hacía Tyler, algo se destruía sin reparo, ese algo era mi corazón y yo lo permitía porque esa era la única manera de seguir viendo a Tyler.Podría seguir contando pequeñas cosas y anécdotas, de cómo mi mente se iba enloqueciendo, como mi corazón se rompía día con día, de cómo Tyler engañaba a Jenna conmigo, de como terminamos teniendo una relación desagradable y tóxica, llena de mentiras, y por si fuera poco, como Tyler seguía frecuentando a su "pastor" de mierda. Pero no tiene sentido que cuente todo eso, porque el día que decidí irme de mi casa y empezar de nuevo, fue cuando Tyler cumplió 19.
Ese día, el cual recuerdo perfectamente; Tyler tenía una camisa azul cielo, con estampado de flores de un azul rey, la cual era mi favorita, de hecho él lo sabía. Ese día Tyler me pidió que desde el techo arrojara unos pétalos de flores, que estaban en un cesto, le pregunté qué era lo que iba a hacer, pero él me respondió que era una sorpresa. Me quedé muy extrañado porque el cumpleaños era de Tyler, así que no tenía demasiado sentido. Fue entonces que desde el techo recibí la señal, lancé los pétalos y vi a Tyler arrodillándose y entregándole un anillo de compromiso a Jenna.
Después de eso no recuerdo absolutamente nada, sólo que estaba en la sala de la casa de Tyler con un plato desechable en mis piernas que contenía una rebanada de pastel de cumpleaños, música y algunos familiares irse y viniendo, como en una casa de citas.
El tiempo parecía una goma de mascar, se estiraba y se volvía de nuevo a su forma, se rompía y se volvía a estirar. Es decir, perdí la perspectiva completa del tiempo y del espacio, ni siquiera sabía qué hacía allí o quién era.
ESTÁS LEYENDO
Neon pieces
FanfictionTyler, sólo quédate conmigo, si estamos juntos todo va a estar bien.