Refugio saludo como todos los días al portero y entro en el ascensor, esperaba que el día de hoy fuera menos tenso. ¿Cómo se atrevía Dionisio a pensar que ella quería volver a acostarse con el? Aunque lo cierto es que fue fantástico, pero ¿usar eso para avanzar en su vida profesional? Solo ella podía tener tan mala suerte de volver a encontrarse al hombre de una sola noche y que encima este sea tu jefe.
-Buenos días –Lucia estaba frente al ascensor sonriente –Quería preguntarte algo
-Hola –Refugio sonrió y salio del ascensor para dirigirse a su mesa caminando junto a ella –Dime ¿ocurre algo?
-No, bueno si –Lucia se sentó en el borde de la mesa –Mañana vamos a salir los de la empresa y pensé que querrías venir. Será divertido.
-¿Salir? –Refugio frunció el ceño
-Claro, aquí todos nos llevamos muy bien Iremos a tomar algo y así conoces al resto del personal –Le guiño un ojo –Vamos anímate
-¿siempre lo hacen? –Aunque lo que realmente quería preguntar era si Dionisio tambien iría
-Si, una vez cada dos meses. Es bueno reforzar las relaciones laborales y además los jefes estan de acuerdo –Lucia movía las manos ilusionada –Gabriel se anima a veces a venir.
-¿El señor Ferrer tambien? –Los ojos de Refugio se abrieron sorprendidas
-¿Señor Ferrer? Por favor ¿llamas así a Dionisio? ¿Y el aun no te ha pedido que le llames por su nombre? –Lucia fruncía el ceño mirándola fijamente
-No –Refugio se encogió de hombros Realmente dudaba que se lo pidiera ¿Dionisio quieres un café? ¿Y que tal un polvo después? ¡Por Dios Refugio céntrate!
-Que extraño, bueno el nunca ha venido, no es de divertirse mucho –Lucia bajo de la mesa -¿Vendrás? Puedes decirle a tu novio que te acompañe.
-¿Novio? ¿Qué novio? –Refugio no daba crédito a lo que estaba oyendo
-Ese chico tan guapo que vino a recogerte, con tu hija -Lucia se paro ante la puerta mirándola –O perdón, es tu marido.
-¡No! ¡¿Estas loca?! ¡Es mi hermano! –Refugio comenzó a reír –Y Sophia es su hija, mi sobrina.
-Oh vaya –Lucia se rasco la cabeza nerviosa –No es extraño que meta la pata, siempre lo hago.
-¿así que te pareció guapo? –levanto una ceja mirándola divertida –Puedo presentártelo
-Esto, yo tengo que irme –Lucia se puso nerviosa mirando a todos lados y Refugio comenzó a reír de nuevo
-Buenos días –Dionisio entro al despacho observándolas con el ceño fruncido, había oído la risa de su secretaria desde que salio del ascensor. Y le parecía realmente deliciosa.
-Hola Dionisio –Lucia recobro la compostura enseguida –Me marcho, tengo trabajo que hacer.
-Buenos días señor Ferrer –Refugio se tenso inmediatamente al verle frente a el y su mente dejo de estar relajada y comenzó a dar vueltas a las miles de situaciones que había vivido con ese hombre. Desde aquella noche en la que perdió la razón hasta la ultima palabra que le dirigió en el despacho -¿Puedo ayudarle en algo?
-A las doce llegara el señor Trived hágale pasar a mi despacho –Dionisio permanecía de pie frente a ella, sin dejar de poder mirarla atentamente. De nuevo llevaba pantalón y chaqueta, en esta ocasión blancos. ¿Por qué demonios esa mujer le parecía atractiva llevara lo que llevara? Daría lo que fuera por quitarle la ropa y hacerla suya ahí mismo sin importar nada ni nadie –Llamaran de la compañía Monecter para concretar una cita, procura que sea por la mañana y antes del viernes que viene. Y le mandaran los detalles del próximo anuncio de la campaña de Champán.
-De acuerdo señor –Refugio asintió y rodeo su mesa para sentarse a trabajar, mientras Dionisio se dirigía a su despacho
Paso algo mas de dos horas hasta que un hombre alto y delgado de cabello rubio y ojos verdes se paro frente a la mesa de ella.
-Buenos días –La miro con una sonrisa torcida en su rostro -¿Eres nueva?
-Si, ¿en que puedo ayudarle? –Refugio se levanto de su asiento
-Soy Dereck Trived, tengo una cita con Dionisio Ferrer –No dejaba de mirarla atentamente
-El señor Ferrer lo esta esperando –Refugio rodeo su mesa y se paro frente a el señalando la puerta –Sígame por favor –Camino hacia el despacho de Dionisio y dio dos leves toques en la puerta, después la abrió despacio –El señor Trived acaba de llegar –Dicho esto abrió la puerta dejándole paso
-Dionisio –Dereck Trived se acerco y le estrecho la mano
-Hola Dereck –El le señalo una silla frente a su mesa -¿Algo de tomar?
-Un café por favor –Dereck asintió
-Un café para señor Trived, señorita chavero –Dionisio miro a Refugio a los ojos y después regreso a su lugar tras la mesa.
Refugio salio rápidamente del despacho y se dirigió en busca del café, lo sirvió en una taza blanca con su platillo y coloco un sobre de azúcar y una cucharilla. De nuevo toco la puerta antes de entrar y se acerco al escritorio.
-Su café señor Trived –Dejo la taza sobre la mesa
-Gracias, pero llámeme Dereck, me siento viejo con el señor –El le guiño un ojo y le sonrió -¿Y cual es tu nombre preciosa?
Refugio Chavero –Ella miro de reojo a su jefe sin saber si estaba haciendo bien en contestar, para su sorpresa Dionisio permanecía sentado con los ojos puestos sobre Dereck Trived y sus labios apretados en una fina línea.
-Un nombre precioso, si señor –Dereck no dejaba de mirarla con esa sonrisa fanfarrona
-Refugio –Ella se sobresalto al oír a Dionisio pronunciar su nombre ¿Acababa de llamarla por su nombre? Desde su lugar le tendió un taco de papeles –Necesito que haga fotocopias a estos documentos.
-Si señor Ferrer -¿debía llamarle ella Dionisio? Ni siquiera sabia si simplemente se había equivocado en llamarla por su nombre. Pero le había encantado oírlo en sus labios Tomo los papeles y salio del despacho dirección a la sala de copistería.
Tuvo que esperar, a que uno de los empleados de publicidad acabara para usar ella la fotocopiadora. Cuando al fin se quedo sola en la sala comenzó a repasar en su cabeza los motivos por los que su jefe podía haberla llamado por su nombre. Suspiro y comenzó ha hacer las fotocopias.
-¿Y ese suspiro? –Rober, aquel hombre que había conocido en la primera reunión permanecía tras ella, bastante cerca mirándola con una sonrisa -¿Es demasiado exigente tu jefe?
-No –Refugio se encogió de hombros –Simplemente estoy algo cansada
-Pero eso no puede ser –Rober avanzo un paso mas hacia ella y levanto la mano para tocarle la barbilla –Una hermosa joven como tu se merece estar como una princesa
-Tengo demasiado trabajo –Refugio se aparto y se giro para tomar las fotocopias de la maquina. Al girarse de nuevo el estaba impidiéndole el paso –Si me disculpa
-Yo podría tratarte como te mereces –sonrió picaramente mirando su escote
-¿Me permite pasar? –Refugio comenzaba a ponerse nerviosa y ese hombre cada vez se acercaba mas a ella –Tengo que trabajar
-Yo te permitiría muchas cosas preciosa –Y en un momento ella sintió la mano de ese hombre en su trasero. Sus ojos se abrieron sorprendida ¡¿Le estaba tocando el culo?! ¡Ese cerdo engreído creía que ella se dejaría! Pues no conocía a Refugio Chavero.
Totalmente molesta levanto la mano y le dio una sonora bofetada, el se aparto sorprendido mirándola con los ojos abiertos de par en par.
-La próxima vez que me ponga una mano encima se la corto –Refugio hablo clara y decidida
-¿Ocurre algo? –Dionisio estaba en la puerta de la sala mirando a ambos con los ojos entornados
-No señor –Refugio se puso recta inmediatamente y miro a Rober de reojo –Ahora mismo iba a llevarle los informes.
-Guarde las fotocopias en el archivador de anuncios de este mes –Dionisio no la miraba, tenia la vista fija en Rober
-Claro señor –Refugio camino hacia la salida y el se hizo a un lado para que pudiera marcharse.
Inmediatamente Rober intento salir pero el volvió a ponerse en la puerta impidiéndole el paso.
-¿Quieres algo Dionisio? –sonrió nerviosamente
-Si –Dionisio camino hacia el sin dejar de mirarle a la cara Hacia cinco minutos que estaba observando todo lo que ocurría en esa sala. Cuando había llegado había podido ver a Refugio pidiéndole que se apartara y oír las proposiciones no muy decentes de el. Lo ultimo que su mente pudo imaginar es que se atreviera a tocarla y el impulso de entrar y golpearlo brutalmente se apodero de el, pero se vio interrumpido al ver como ella le abofeteo. Sin duda esa mujer sabia mantener a un hombre en su lugar, después de todo lo había hecho con el tambien.
-¿Qué? –Rober camina hacia atrás nervioso hasta dar con la fotocopiadora, que le impedía seguir alejándose
Dionisio extendió los brazos y le agarro del cuello de la chaqueta levantándole en el aire y sin dejar de mirarle a los ojos.
-Si vuelves a tocarla te parto los brazos –Dionisio apretaba la mandíbula fuertemente –Si tan siquiera la miras te juro que te saco los ojos ¿Queda claro?
-Si –Robert le miraba con los ojos abiertos, con una mezcla de sorpresa y temor.
-Muy bien –Dionisio le soltó y coloco bien el cuello de la chaqueta –Y ahora regresa a tu trabajo antes de que me arrepienta y decida despedirte.
-Si –Rober no era capaz de decir nada mas, camino nerviosamente fuera de la sala
Dionisio tomo aire tratando de relajarse, aun le hervía la sangre y necesitaba descargarse con alguien. Solo pensar que ese asqueroso pusiera las manos sobre esa hermosa piel.
-¿Dionisio estas bien? –Gabriel estaba parado frente a el con el ceño fruncido –Acabo de ver a Rober salir de aquí muy nervioso
-Se ha propasado con Refugio-lo dijo soltando un gruñido profundo
-¿Qué? –Gabriel miraba a su hermano sorprendido -¿Esta bien?
-Si, ella misma le paro Le dio una bofetada –Por un momento Dionisio se pregunto si tambien seria capaz de abofetearlo a el. Claro que si.
-Vaya esa mujer es de armas tomar –Gabriel rió divertido y después se puso serio –Si se lo cuenta a su marido, Rober va ha tener problemas.
Dionisio se puso tenso de inmediato ¿Marido? ¿Su marido? Si claro, ese hombre y la niña ¡Su marido y su hija! Sin decirle nada mas a su hermano se dirigió hacia su despacho, pero antes se paro frente a la mesa de Refugio.
-Vaya a mi despacho señorita Chavero –dicho esto se dirigió a su despacho
-Si –Refugio le miraba sorprendida ¿Estaba enfadado? ¿Con ella? ¡¿Qué diablos le pasaba ahora a ese hombre?! Se levanto de su lugar y entro al despacho despacio, el estaba apoyado en su mesa, mirando hacia la puerta -¿Necesita algo señor Ferrer?
-Si Rober vuelve a molestarla solo avíseme –Dionisio la miraba fijamente -¿Queda claro?
-Si, señor –Refugio asintió sorprendida -¿Algo mas?
-No –El contesto bruscamente, ella se giro para salir del despacho pero se paro al oír de nuevo su nombre –Refugio
-¿Si? –Se volvió hacia el sorprendida de nuevo, ¿había vuelto a llamarla por su nombre?
-Usted estudio publicidad ¿no es así? –Cuando ella asintió, Dionisio dio la vuelta a su mesa y saco de un cajón una carpeta –Mire los diseños y dígame que le parecen
-¿Yo? –Refugio se acerco a la mesa al ver que el no respondía, solo la miraba fijamente. Tomo la carpeta y la abrió para ver los distintos logos publicitarios de lo que parecía ser una discoteca. Estaba bien trabajado pero en su opinión los trazados eran demasiado finos y el color de fondo muy oscuro para unas letras en negro. No sabia que hacer, ella no era mas que una secretaria ¿y si le sentaba mal que dijera algo?
-¿Y bien? –Dionisio la miraba impaciente
-Esta muy elaborado –Refugio trago saliva tratando de tranquilizarse, volvió a meter los documentos en la carpeta y la dejo sobre la mesa -¿Algo mas?
-En mi empresa exijo respeto y fidelidad señorita Chavero -¿De nuevo la llamaba por el apellido? ¿Y a que se estaba refiriendo ahora? Dionisio camino hacia ella para quedarse parado muy cerca –No me gusta la traición y el engaño
-¿A que se refiere? –Refugio le miraba con el ceño fruncido ¿Qué le pasaba ahora a ese hombre?
-Sabe muy bien a lo que me refiero –Dionisio entorno los ojos mirándola recriminatoriamente -Una mujer que es capaz de engañar a su marido tambien es capaz de engañar a su empresa . No me gustan los mentirosos y menos los traidores ¿esta entendiendo?
La boca de Refugio se abrió en una perfecta O ¿La estaba llamando cualquiera? ¿SU marido? ¡Ella no estaba casada! Entonces recordó lo que Lucia le dijo en la mañana, ¿su hermano? así que Dionisio tambien pensaba que Damián era su marido y Sophia era su hija.
-No me gusta arriesgarme con mi empresa –Dionisio seguía mirándola fijamente –Y no se si puedo fiarme de una mujer que es capaz de engañar a su marido y su hija.
-¿Me esta diciendo que no puede fiarse de mi señor Ferrer? –Este hombre ya se estaba pasando ¡Y ella no tenia que darle ninguna explicación! Algo dentro de ella exploto, ni por que fuera su jefe le permitiría hablarle así -¿Tengo que recordarle que usted es mi jefe y yo su secretaria? Mi vida personal no es asunto suyo.
-¿Cómo dice? –Dionisio abrió los ojos sorprendidos, ¿había oído bien?
-Lo que ha oído –Refugio le miro molesta –Si usted mismo quiso dejar clara la situación de jefe y empleado. ¿Por qué diablos se mete en mi vida? Lo que yo haga o deje de hacer fuera de la oficina solo es asunto mió y de nadie mas. Y que yo sepa hasta ahora no le he dado ningún motivo para desconfiar de mi, pero si no se siente cómodo con mi trabajo puede echarme cuando quiera. Yo solo soy su secretaria, recuérdelo –se giro para salir del despacho, pero se paro en la puerta y miro su reloj –Es mi hora de irme ¿necesita algo mas?
-No –Dionisio aun estaba parado en el mismo lugar sin dar crédito a lo que acababa de oír
-Muy bien, hasta mañana señor Ferrer –Refugio abrió la puerta pero de nuevo se paro antes de salir. Ahora estaba decidida y nada le impedía decir lo que pensaba –En cuanto al diseño del logo, el trazado es demasiado fino, uno mas gordo recalcara la forma del icono. Y el color de fondo es demasiado oscuro para las letras negras, yo le metería un rojo pasional para llamar mas la atención.
Y salio del despacho cerrando la puerta tras ella, fue a su mesa, tomo su bolso y salio de la empresa aun con la garganta ardiendo. Se sentía mas libre pero aun tenia ganas de gritarle muchas cosas ¡La había tomado por una cualquiera! ¡Ella no estaba casada! ¡Era libre para acostarse con cualquiera!
Dionisio avanzó por los pasillos hasta el despacho de su hermano, con la carpeta en la mano y sin dejar de dar vueltas a lo que Refugio le había dicho. Ni siquiera saludo a Lucia al pasar frente a ella, entro directamente al despacho.
-Gabriel necesito tu opinión –Camino hacia la mesa y dejo la carpeta en ella
-Hola a ti tambien –Gabriel frunció el ceño y tomo la carpeta, la abrió y después de mirar los documentos dirigió la vista a su hermano –Ya habíamos elegido este logo para la publicidad de la discoteca ¿Qué pasa?
-¿Y si ponemos un trazado mas grueso y cambiamos el color de fondo por rojo? –Dionisio hablaba pensativo
-Puede funcionar –Gabriel tecleo en su ordenado y comenzó a mirar fijamente la pantalla –Queda mucho mejor
-Ese rojo no –Dionisio se coloco junto a su hermano y tomo el ratón para cambiar el tono del dibujo en ordenador. Un rojo pasión, la frase de ella se repetía en su cabeza –Ahora
-Genial –Gabriel sonrió –Buena idea
-No es mía –Dionisio suspiro –Es de Refugio
-¿Refugio? –Levanto una ceja mirando divertido a su hermano -¿Quieres decir la señorita Chavero?
-No te burles –Dionisio se sentó en la mesa frente a el –Se los mostré y le pedí opinión
-Vaya, realmente es buena –Miraba la pantalla del ordenador fijamente
-Si –Dionisio asintió pensativo –Muy buenaComo la ven refugio se le encaro a Dionisio cada vez se está poniendo buena la historia,comenta y dale like
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La Secretaria
RomanceBueno aquí les traigo esta nueva historia espero que les guste y es una adaptación