Capitulo 8:Proteccion

2.8K 189 12
                                    

-¿A Acapulco? –Damian no daba crédito a lo que estaba oyendo -¿Y tienes que ir tu?
-Si –Refugio rodó los ojos –Soy su secretaria y tenemos dos campañas en marcha, una para el turismo de allí y otra para uno de sus hoteles.
-Esta bien –el suspiro –No te preocupes, nos las arreglaremos sin ti ¿Cuándo te marchas?
-El miércoles –sin saber porque sonrió, tenia ganas de ir.
-Vas a llegar tarde –Damián hecho un ultimo vistazo a su reloj.
-Mierda –Refugio se levanto rápidamente de la mesa tomo su chaqueta y su bolso y salio del apartamento.
Tardo unos quince minutos en llegar y conseguir aparcar, salio a prisa de su auto y se dejo la chaqueta en el interior.Como de costumbre saludo al portero y entro al ascensor.
-Buenos días –Mark entro tras ella con una amplia sonrisa –Estas muy guapa
-Gracias –Refugio frunció el ceño ¿guapa? Iba como siempre, un pantalón beige la camisa blanca y su chaqueta ¿su chaqueta? Se había olvidado la chaqueta y es blusa no era precisamente tupida.Genial, trataba de venir a la oficina lo mas tapada posible, ignoraba sus faldas y ahora esto.
-¿Estas bien? –Mark la observaba atento
-Si, es que pensé que llegaba tarde –Suspiro, era cierto, aunque mas bien estaba nerviosa.Se había marchado el viernes de la fiesta sin despedirse ¿estaría molesto Dionisio?
-Tranquila, si el jefe te hecha la bronca tu avísame, que yo te defiendo –Le guiño un ojo y Refugio tuvo que reír ante sus palabras. Justo en ese momento la puerta del ascensor se abrió y la casualidad quiso que fuera Dionisio quien estaba pasando frente a ellos, se paro y les observó con el ceño fruncido.
-Hola Dionisio–Mark asintió con la cabeza y se dirigió a su mesa
-Buenos días –Refugio salio del ascensor y camino hacia su mesa
-Te fuiste de la fiesta sin avisar –Dionisio a su lado aun con el ceño fruncido ¿de que se estaba riendo en el ascensor?
-Me surgió algo –Refugio se paro junto a su mesa y dejo su bolso –Pide disculpas a tu familia de mi parte
-Bien –Dionisio se marcho a su despacho molesto. Estaba claro que ella no iba a decirle porque se fue Y maldita sea, el quería saberlo.
-Buenos días Refugio –Gabriel le sonrió ampliamente -¿Esta mi hermano en su despacho?
-Si –ella asintió y se sentó a su lugar observando como el entraba
Paso algo mas de media hora desde que Gabriel había entrado, Refugio estaba concentrada en su trabajo y se sobresalto al oír la voz de el por el interfono.
-Refugio¿puedes venir un momento? –Ella se levanto inmediatamente y entro al despacho
-¿En que puedo ayudaros? –Camino hacia la mesa donde ambos hermanos estaban
-Veras tenemos una joyería, su nombre es Aris –Gabriel le mostró una foto
-Tenemos en mente varios slogan pero no estamos convencidos –Dionisio miraba los papeles de la mesa
-Queremos tu opinión –Gabriel le sonrió –Las mujeres sois las expertas en joyas
-¿Y cuales son? –Refugio asintió pensativa ¿una joyería? Inmediatamente la película que mas le gustaba le vino a la cabeza Desayuno con diamantes.
-Joyerías Aris, detalles que marcan la diferencia –Gabriel leía sus papeles
-Demasiado frío –Refugio negó con la cabeza
-Elegancia por excelencia, calidad por conveniencia –Dionisio fue el siguiente en hablar
-Me recuerda a anuncios de centro comercial –hizo una mueca –No, no es elegante
-Pues solo nos queda uno –Gabriel suspiro –El detalle que te hace  brillar
-No, ¿Cómo se os ocurre? Dile eso a una mujer y te tira la joya a la cabeza –Ella sonrió divertida –El detalle que te hace brillar, como si necesitase una joya para estar guapa.
-Tiene razón –Dionisio se levanto de su asiento –No tenemos mas ideas
-¿Qué tal? –Refugio se quedo pensativa, ambos la observaban –Aris, una joya vale mas que mil palabras.
-Genial –Gabriel sonrió satisfecho –Es como si les dijeras, ven y te ayudaremos a encontrar lo que necesitas para ella.
-Si –Dionisio la miraba atento
-Y ahora el cartel –Gabriel señalo el ordenador -¿Por qué no hechas un vistazo?
-De acuerdo –Refugio camino hacia el asiento de Dionisio y ante el asentimiento de el se sentó, observo el ordenador con el ceño fruncido –No me gusta
-Lo sabia –Dionisio se acerco y se paro tras ella agachándose para quedar a su altura, podía sentir su sensual aroma -¿Qué cambiarias?
-Creo que el cartel debería ser mas simple –contuvo el aliento al sentirle tras ella, se obligo a concentrarse –El fondo blanco, las letras en un trazado fino y plateado y en una esquina una cajita de joyería verde oscura con un lazo en plata.
-Estupendo –Gabriel les miraba con una sonrisa divertida ¿su hermano se había acercado tanto? decidió que seria mejor dejarles a solas –Tengo que irme
-Espera –Dionisio frunció el ceño al ver a su hermano marcharse –Bueno creo que lo pondremos como has dicho
-Bien –Refugio se levanto de la silla y quedaron muy cerca -¿Necesitas algo mas?
-Si, espera –Dionisio se apoyo en la mesa y comenzó a cambiar el diseño en el ordenador, ella le miraba atenta -¿así?
-¿Qué tal una letra mas fina? –Refugio tomo el ratón para seleccionarlas -¿Qué tipos tienes?
-Espera –Dionisio se acerco a ella y coloco la mano en el ratón, sobre la de ella  Ambos contuvieron el aliento al darse cuenta de la situación en la que se encontraban. Ella estaba agachada y el en la misma situación tras ella, sus cuerpos se estaban tocando y su boca quedaba muy cerca del oído de ella.
-¿Interrumpo? –Una voz aguda, muy conocida por desgracia para Dionisio sonó desde la entrada.Ambos levantaron la cabeza para encontrarse con ella, que les observaba con los ojos entornados.
-¿Marta? –Dionisio se aparto de Refugio con el ceño fruncido -¿Qué estas haciendo aquí?
-Vine a verte cari –Ella sonrió con malicia mirando a Refugio
-Yo me marcho –Refugio se levanto y miro a Dionisio–Ya esta listo, si necesitas algo mas avisa
-¿Nueva secretaria Dionisio? creía que era tu hermano el que se las llevaba a la cama –Marta hablo bastante alto para que ella le oyera, se acerco a Dionisio–Ella no puede darte lo que yo
-¿De que estas hablando? ¿Te has vuelto loca? –Dionisio miraba la puerta por la que Refugio acababa de salir  ¿Pero que le importaba a Marta lo que el hiciera? -¿Qué estas haciendo aquí?
-Verte ¿acaso no puedo? –Marta le miro ofendida
-Tu y yo no estamos juntos, no puedes presentarte aquí cuando te venga en gana –el inspiro profundamente tratando de tranquilizarse –Vete
-¿Me estas echando? –Ella le miro sorprendida
-No, solo te estoy invitando a abandonar mi despacho –Dionisio entrecerró los ojos –Por supuesto tambien mi empresa y mi vida
-Esta bien –Ella se giro pero paro antes de salir de aquel lugar –Cuando te canses de ella ven en mi busca
Refugio estaba sentada en su despacho tratando de concentrarse de nuevo en su trabajo, pero le era imposible  ¿Quién era esa mujer?
-adiós bonita, disfruta mientras no se canse de ti –Marta le sonrió falsamente y se marcho caminando hacia el ascensor
¿Acababa de oír eso? ¿Mientras no se canse de ti? ¿Pero de que estaba hablando? Entre ellos no había nada y no lo habría.  Miro la puerta del despacho, quizás el fuera ahora a darle una explicación, nada, la puerta no se abría ¿Por qué debía darle explicación? Dios se estaba volviendo loca, miro el reloj.  Era la hora de su almuerzo, se levanto de su silla y cogio su bolso.
-¿Vas a comer? –Melanie estaba parada frente a su mesa con una sonrisa
-Hola Refugio–Merianne que estaba junto a su hija le sonrió
-Hola –Ella las miro sorprendida -¿Qué estan haciendo aquí?
-¿Tan poco te alegra vernos? –Melanie rió divertida
-No, no me malinterpreten –Refugio se puso colorada –Dionisio esta en el despacho, le avisare que estan aquí
-No venimos a ver a mi hijo –Merianne miro la puerta y volvió la vista hacia ella
-Venimos a buscarte a ti –Melanie se encogió de hombros –Fuimos de compras e íbamos a almorzar aquí cerca  así que pensamos en invitarte
-Oh gracias -¿invitarla? ¿Almorzar con ellas? ¿Qué diablos le pasaba hoy a todo el mundo?
-Estoy lista –Lucia se apareció junto a ellas con su bolso –¿Nos vamos?
-Claro –Merianne asintió -¿Vienes Refugio ?
-Por supuesto –Cogio su bolso y todas juntas se dirigieron al ascensor
Para ser sincera Refugio se lo estaba pasando muy bien con la madre y la hermana de Dionisio.Estuvieron charlando sobre los hermanos Ferrer y ella averiguo cosas bastante embarazosas.
-Oye ¿no me dijiste que tenias que ir de compras? –Lucia sonrió ampliamente –Antes de irte
-¿Irse a donde? –Merianne frunció el ceño
-A Acapulco –Sin poder evitarlo Refugio se sonrojo –Tenemos dos campaña allí
-¿Vas con mi hermano? –Los ojos de Melanie se abrieron sorprendidos, cuando ella asintió
-¿Vamos mañana? –Lucia bebió un poco de agua mientras la miraba
-Si, le diré a una amiga que nos acompañe –seria buena idea decírselo a Camila, se volvía loca en las tiendas y además así podrían conocerse
-¿Os importa que os acompañemos? –Melanie se mordió el labio ansiosa –Me encanta ir de compras
-No claro –Refugio le sonrió
Merianne hacia rato que había perdido el hilo de la conversación, básicamente desde que supo que irían de viaje juntos  ¿su hijo llevando a su secretaria  a un viaje? Si algo estaba claro es que le gustaba esa mujer.
Cuando Lucia y Refugio regresaron a la oficina, las Jonson las acompañaron, Dionisio y Gabriel abrió los ojos sorprendidos al verlas a todas.
-¿Fueron a comer juntas? –Dionisio miro a su hermana con el ceño fruncido
-¿Qué tramas? –Edward levanto una ceja
-Dionisio hijo, tengo que hablar contigo –Merianne señalo el despacho y se dirigió hacia el, su hijo la siguió confundido
-¿Qué pasa mama? –cerro la puerta tras el
-¿Te vas de viaje con Refugio? –Ella le observaba atenta
-Si –El trago saliva nervioso ¿a que venia eso? –Tenemos trabajo en Acapulco
-Trabajo, bien –Merianne suspiro –Solo recuerda una cosa, esa chica vive de su trabajo y no es una de esas barbies sin cerebro que tu hermano solía contratar.Piensa bien en lo que haces, es valiosa.
-¿A que viene eso? –Dionisio abrió los ojos sorprendido
-Yo solo te estoy dando mi opinión –camino hacia la puerta pero dijo algo mas justo antes de abrirla –No empieces algo que no quieres continuar
Dionisio se quedo solo en el despacho ¿algo que no quiera continuar? ¿A que se refería? ¿su madre estaba protegiendo a Refugio? Por todos los santos, su madre protegía a su secretaria de el, ¿Qué pasaba con esa mujer? ¿Es que tenia que hechizar a todo el mundo?
Pues claro que no iba a empezar nada, no había nada, ellos no eran nada  y en Acapulco no pasaría nada, aunque el lo deseara.
Salio del despacho al tiempo justo para despedirse de su hermana y su madre.
-Adiós Refugio–Merianne le dio un beso en la mejilla, después se acerco a dar un beso a cada uno de sus hijos
-Nos vemos mañana en la tarde –Lucia le guiño un ojo y después miro a Lucia –Hasta mañana
-¿Mañana por la tarde? –Gabriel pregunto observando como su madre y hermana se iban
-Vamos a ir de compras –Lucia sonrió
Cuando Refugio llego a casa se dio una larga ducha y se tiro en el sofá a ver la tele, Damián hoy estaba en casa, así que no tenia que cuidar a su sobrina.  La verdad es que le venia bien una noche libre para descansar. El timbre la desperto, se había quedado dormida en el sofá, se levanto bostezando y abrió la puerta.
-Buenas –Camila la miraba sonriente -¿Por Dios ya estas en pijama?
-Estoy cansada –se hizo a un lado para que su amiga pasara y cerro la puerta después de que lo hicieras
-Pues lo siento pero tendrás que cambiarte –Ella se encogió de hombros –Tenemos que irnos
-¿Irnos a donde? –Refugio frunció el ceño ¿a estas horas?
-Mi hermano llego esta mañana, pasara aquí la semana entera –camino hacia la habitación de ella –Esta con unos amigos y vamos a unirnos a ellos
-¿Unirnos? –Refugio abrió los ojos sorprendida –Mañana trabajo
-Solo un ratito –Camila empezó a hurgar en su armario en busca de ropa, saco un vestido rojo corto que ella misma le había regalado por su cumpleaños –Vamos póntelo
Donisio tomo asiento en una de las mesas del bar del hotel, ¿Por qué tenia tan mala suerte? Cuando había llegado a su edificio se entero de que una tubería reventó y esta noche tendría que dormir fuera ¿En serio? Pues si y ahí estaba en ese hotel, en el bar, como aquella noche en la que la conoció.  Pero por desgracia en esta ocasión ella no vendría.
-¿Pero que? –abrió los ojos sorprendido ¿No vendría? ¿Entonces porque la estaba viendo entrar, con un vestido rojo de impacto?  A su lado iba su amiga Camila,¿Qué estaban haciendo aquí?
-¡Ey! ¡Al fin! –Uno de los chicos de la mesa de delante se levanto y camino hacia ellas, abrazo a Camila y después miro a Refugio de arriba abajo -¡Sigues tan buena como recordaba!
-¡Luís! –ella sonrió y le abrazo cariñosamente, después se acerco a la mesa –Hola chicos
-¡Refugio! ¡Refugio! ¡Refugio! –Los cuatro gritaban al unísono -¡Ronda!
-¿Solo me queries para beber? –Ella se sentó negando con la cabeza mientras sonreía
-¿Y tu te querías perder esto? –Camila se sentó a su lado y Luís, su hermano junto a ella
-Tienes razón –Refugio asintió solemne –A estos no se les puede dejar plantados
-¡Eso es! –el que estaba sentado junto a ella la abrazo eufórico
-¡Y aquí llega la invitada de honor! –Uno rubio señalo a un camarero que traía una botella de tequila y los vasos
-¡Tequila!Tequila! –Todos vitoreaban riendo
-¡Sal limón y un tequila! –Luís se levanto de la silla de un salto
-¡Mejor que el ron! –Refugio y Lucia gritaron al mismo tiempo levantando las manos
Dionisio ofuscado se levanto de su asiento y salio del bar por la puerta que estaba a su lado, mejor que ella no le viera.Aunque lo que verdad quería era acercarse ¿Y si esta noche alguno la emborrachaba y se aprovechaba? Pero parecían conocerse, ¿de que? ¡¿Y por que le estaba dando tantas vueltas?!  subió a su habitación, se ducho y se recostó en la cama, estuvo dando vueltas al menos una dos horas entre las sabanas, hasta que de un salto se puso en pie.¡Que todo se fuera al infierno! No podía estar allí acostado mientras ella bebía con cuatro tíos en un bar. Se vistió y bajo rápidamente a la planta baja, cuando entro en el bar su animo volvió a cambiar ¿Dónde se habian metido? ¿Se habian ido?
-¡Mierda! –un camarero lo miro extrañado, giro sobre sus talones y regreso a la habitación
Pero en toda la noche no hizo mas que pensar en ella, estaba tan hermosa, tan sexy. El vestido rojo pegado a su cuerpo, su pelo rizado cayendo sensualmente por su espalda, esos labios pintados de rojo.

A petición de Raffis y Ana aquí está otro capítulo

La Secretaria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora