-Diviértete después –Damián guiño un ojo a su hermana
-Procurare hacerlo –Ella sonrió y dio un beso en la frente de su sobrina que estaba sentada a la mesa desayunando –Camila llegara a las ocho ¿te viene bien?
-Si, no te preocupes Yo entro a la nueve –El suspiro –Relájate y disfruta. Te mereces un poco de diversión.
-Ya –Ella rodó los ojos y volvió a mirar su reloj –Me voy, no quiero llegar tarde
Salio del departamento con su habitual traje chaqueta, en esta ocasión marrón claro y una camisa blanca. Una bolsa en su mano derecha, donde llevaba el vestido y los zapatos y otra en la izquierda, donde llevaba el maquillaje y perfume. Lucia le había explicado que había unos servicios y vestuarios en el edificio, todo para empleados. No era la primera vez que tenían una cena o almuerzo seguida del trabajo o que tenían que salir de viaje inmediatamente. Así que hoy en cuanto terminaran de rodar el anuncio de Champán podría regresar a la agencia ducharse y arreglarse para salir con sus compañeros.
En esta ocasión se dirigió a la empresa en autobús, sabia que en la noche tomaría y no quería coger el auto. Al llegar se encontró en la puerta con Lucia y juntas se dirigieron a los vestuarios para dejar sus cosas.
-¿Me dejaras peinarte después? –Lucia la observaba ilusionada –Tienes un pelo precioso
-Gracias –Refugio sonrió y se encogió de hombros –De acuerdo, me pondré en tus manos
-Genial –Lucia le guiño un ojo –Bueno que tengas un buen día, nos veremos después
Al llegar a su mesa Refugio vio varias carpetas con informes sobre ella, claramente su labor era clasificarlos. Le llevo toda la mañana su trabajo y para su asombro su jefe no apareció por allí en ninguna ocasión. Algo cansada del trabajo que le había llevado toda la mañana se dirigió en busca de un café.
-¿Mucho trabajo? –un chico moreno de ojos claros la miraba sonriente con una taza de café entre sus manos
-Un poco –Refugio sonrió tímidamente
-Soy Mark asesor de dirección en publicidad –extendió su mano para saludarla a ella
-Refugio, secretaria de Dionisio Ferrer –Ella tomo su mano
-Por supuesto se quien eres –El sonrió divertido –Eres la primera secretaria que mantiene a Gabriel al margen. Todo un logro he de admitir.
-Es un buen hombre –Refugio se encogió de hombros –Solo un poco arrogante
-¿Quién es arrogante? –Gabriel apareció en la puerta mirando a ambos
-Tu ¿Quién si no? –Mark le dirigió una sonrisa divertida
-Eso hiere mi orgullo –Elevo una ceja mirando a Refugio -¿Opina lo mismo de mi hermano?
-Supongo que es cosa de familia ¿no? –no pudo evitar sonreír al contestar ¿Su hermano? ¿Arrogante? Prepotente, egocéntrico. Estaba segura de poder encontrar muchos mas adjetivos, pero su mente se atraganto al ver a su arrogante jefe en la puerta mirándola –Buenos días señor Ferrer, los informes ya estan clasificados
-Bien –Dionisio asintió levemente, después miro a su hermano –Tenemos que irnos, el anuncio esta previsto en media hora
-Por supuesto –Gabriel asintió y salio de la sala
-Usted tambien nos acompañara señorita Chavero –Dionisio la miro de manera fría –Prepárese, la veré en la puerta en diez minutos
-Si –Ella asintió un poco sorprendida, ¿Por qué tenia que ir?
-Y mas trabajo –Mark le guiño un ojo –Supongo que nos veremos después
-Si, algo de diversión me vendrá bien –Refugio sonrió y dejo su taza para dirigirse a su mesa
En cinco minutos estaba en la puerta, esperando a su jefe, como siempre el portero de la agencia la saludo. Vio un mercedes negro pararse frente a la puerta y un hombre se bajo de el con la llave en su mano.
-Gracias Alfred –Refugio se sobresalto al oír la voz de Dionisio junto a ella, le observo tomar las llaves y dirigirse a la puerta del copiloto, la abrió y la miro –Señorita Chavero
-Gracias –avanzo y se introdujo en el auto sin poder evitar estar nerviosa ¿Iba a estar con el a solas en el auto? Observo de reojo como el se acomodaba en el asiento y avanzaba con el auto. El silencio era incomodo entre ambos.
-¿Ha trabajado alguna vez en una agencia de publicidad? –Dionisio la miro fugazmente
-No –Ella se encogió de hombros ¿Y ahora?
-Ya veo –Dionisio frunció el ceño, paro el auto en un semáforo en rojo y tras suspirar soltó su cinturón de seguridad y se estiro hacia Refugio.Ella contuvo la respiración al ver la cercanía de su cuerpo, observo como abría la guantera y sacaba un sobre de ella volvió a su asiento y se coloco de nuevo el cinturón –Tenga –Le dio el sobre a ella que lo tomo sorprendida –Es un pequeño incentivo, por su ayuda con el logo de publicidad. Quedo francamente bien con sus detalles.
-Oh –Refugio abrió los ojos sorprendida ¿un incentivo? abrió el sobre ¡había demasiado dinero hay dentro! –Esto es demasiado señor Ferrer
-No es mas que una cuarta parte de lo que cobra mi director de publicidad –El la miro de reojo mientras aceleraba de nuevo con el vehiculo –Por un trabajo que usted a mejorado con creces
-Eh gracias –ella espero una respuesta, pero nada ¿Ni un de nada? O un gracias a usted por su ayuda. Suspiro, no podía esperar habilidad de ese hombre.
-Hemos llegado –Dionisio paro el auto frente a una plaza, en la que se podía distinguir todo organizado para el rodaje de un anuncio
Al bajarse del auto, Gabriel se dirigió hacia ellos y para alivio de Refugio, Lucia tambien estaba allí. Ambos hermanos estuvieron hablando y organizando todo mientras ellas dos obedecían sus peticiones después charlaron durante largo rato mientras se rodaba el anuncio. A la hora de regresar a la oficina Gabriel se ofreció a llevar a ambas ya que su hermano debía quedarse mas tiempo y como era la hora del almuerzo, comieron en una cafetería cercana. De regreso en la oficina el trabajo se había acumulado de nuevo para Refugio, sellar algunas facturas, revisar contratos y muchas llamadas para su jefe.
-Al fin –Suspiro al ver su reloj, las seis y media de la tarde. Se levanto de su asiento y se marcho hacia los baños.
-¿Ya acabaste? –Lucia estaba en el vestidor maquillándose –Vamos dúchate y arréglate, que tengo muchas ganas de peinarte
-Y sus peinados son geniales –Una chica bajita y delgada de grandes ojos marrones y pelo oscuro se acerco sonriente –Yo soy Ana, encantada
-¡Hola! –Una mujer de pelo corto y pelirrojo entraba a los baños con una sonrisa –Tu debes ser Refugio, yo soy Marta, directora de campaña
Poco a poco, fue conociendo a mas compañeras de trabajo, todas muy amables y graciosas que no paraban de elogiar su temperamento a la hora de mantener a raya a Gabriel. Estaba claro que le tenían mucho cariño a ese hombre, pero le conocían a la perfección, un autentico mujeriego. Su fama le precedía.
Lucia la peino y maquillo y una vez con su vestido y tacones, parecía una mujer totalmente distinta. Se miro al espejo sonriente, estaba sexy.
-¿No viene tu hermano? –Lucia la miro de reojo -¿Cómo se llamaba?
-Damián –Ella sonrió levemente
-¿Y su hija? –Lucia terminaba de pintarse los labios -¿Y su mujer?
-Mi sobrina se llama Sophia –Refugio suspiro –Su madre murió en el parto
-Oh, lo siento –Lucia contrajo el rostro –Debe de ser duro
-¡Chicas vamonos! –Marta saltaba eufórica con una sonrisa en su rostro -¡Fiesta!
Dionisio y Gabriel se pararon frente a las puertas del ascensor, esperando que esta se abriera
-Hoy es día de fiesta para empleados –Gabriel miro a su hermano de reojo
-¿Si? –Dionisio frunció el ceño, ¿tambien iría Refugio? Su pregunta quedo resuelta cuando las chicas, todas juntas llegaron
-Vaya vaya –Gabriel las miro a todas con una sonrisa –Que preciosidades
-¿Te apuntaras como siempre Gabriel? –Lucia le sonrió cariñosamente
-Por supuesto –El le guiño un ojo –No perdería la oportunidad de estar tan bien acompañado ¿tu que dices Dionisio?
-¿Eh? –El miraba de reojo a Refugio, ¿Qué le pasaba con esa mujer? No podía apartar la vista de ella, estaba tan arrebatadoramente sexy con ese vestido corto, podía ver sus piernas –No, tengo trabajo
-Como quieras –Gabriel se encogió de hombros
Las puertas del ascensor se abrieron y todos entraron, Refugio estaba parada junto a Lucia y delante de ambos hermanos.Saco su teléfono del bolso y miro si tenia alguna llamada o mensaje de Camila.
-¿Es Sophia? –Lucia señalo la foto de la pantalla del móvil, ella asintió sonriente, sin darse cuenta que tanto Dionisio como su hermano la estaban observando –Es muy guapa
-¿Se queda con su padre esta noche no? –Marta pregunto desde atrás
-No, Damian tiene turno –Refugio sonrió levemente –Una amiga mía se queda con ella
Dionisio estaba tenso, ¿Por qué le molestaba tanto oírla hablar de su marido y su hija?
Las puertas del ascensor se abrieron y todos salieron, mas empleados estaban esperando abajo, todos charlando animadamente.
-Vaya, que cambio –Mark se acerco sonriente a Refugio y ella se ruborizo –Estas preciosa
-Gracias –le miro divertida –Tu tambien estas muy elegante
-Tenemos prisa –Lucia miro al chico divertida –Podes coquetear en el bar
-Bueno, en mi coche hay espacio –Gabriel se paro frente a todos -¿Quién viene conmigo?
Dionisio camino de mal humor hacia su auto y aun se ponía peor al verse tan enojado. ¿Qué diablos estaba pasando con el?Condujo a toda velocidad hasta llegar a su casa y tras dejar el coche en su garaje se fue directo a la ducha. Bajo el agua no dejaba de dar vueltas a todo, ella estaba casada, tenia una hija, se habian acostado, era su secretaria, le había puesto en su lugar, claramente no le tenia miedo, era buena en su trabajo.
-¡Mierda! –Apago el agua y se enrollo una toalla alrededor de la cintura -¿Qué pasa contigo?
Se miraba al espejo molesto Pensar, pensar y pensar. Eso no era bueno y menos si lo único en lo que pensaba era ella. ¡Pero maldita sea iba a salir esta noche sin su marido! Así fue como tuvieron su noche de pasión y claramente Mark estaba interesado y ella no parecía muy molesta . ¿Se la dejaría a el? ¡No! ¡Si esa mujer se acostaba con alguien esta noche seria con el!
Cuando llego al bar en donde todos estaban, aun no podía comprender que le había impulsado a vestirse corriendo y salir a toda prisa hacia allí ¿Estaba loco? Y entonces la vio, estaba bailando con Lucia y varias chicas mas. Se movía tan perfectamente, tan sexy, por todos los Santos, se había vuelto loco.
-¿Dionisio? –Gabriel le miro sorprendido -¿Qué haces aquí?
-Decidí tomarme una copa –El se encogió de hombros
-Ya –Sonriente guiño un ojo a su hermano –Al menos sales a divertirte un poco
-Voy por algo de beber –Dejo a su hermano con la palabra en la boca. Pero tenia que aprovechar la oportunidad, Refugio se había alejado del resto. Estaba en apoyada en la barra en una esquina lejana, bailando mientras esperaba que le sirvieran una copa había tanta gente allí que claramente nadie podría distinguirles.
Camino entre la multitud nervioso, tratando de no perderla de vista. Cuando se paro tras ella la miro de arriba abajo, no paraba de mover su cintura y tenia ganas inmensas de sostenerla entre sus manos. Se acerco y colocando las manos en la barra, a ambos lados de ella se pego a su cuerpo.
-No debería moverse de esa manera señorita Chavero –Hablaba en su oído mientras rozaba su oreja con la nariz –podrían pensar que va provocando
-¿Usted aquí señor Ferrer? Pensé que tenia trabajo –Refugio giro levemente su rostro para mirarle a los ojos, claramente el alcohol ya estaba haciendo efecto. Tenia ganas de tontear con ese hombre y estaban fuera de la oficina ¿Qué se lo impedía? –Sinceramente me importa poco lo que piensen.
-Ya veo –Dionisio coloco las manos en la cintura de ella y se pego mas a su cuerpo para sentirla –He de admitir que baila muy bien
-Vaya ¿me esta dando un cumplido? –sin saber porque se movió contra el cuerpo de el deliberadamente –No esta actuando usted como un jefe respetuoso
-Ahora mismo no estamos en la oficina –respondió con voz grabe mientras notaba el trasero de ella en su entrepierna –Y lo que menos quiero ser con usted es respetuoso
-¿Y que quiere ser? –ella se giro para quedar frente a el, mirándole a los ojos
-Mas bien que quiero hacer –No sabia porque había dicho eso pero tampoco le importaba. La empujo contra la barra con su cuerpo y junto sus rostro dejando sus labios muy cerca, casi rozándose.Estaba a punto de besarla cuando el rostro de ella cambio, frunció el ceño y bajo la cabeza al mismo tiempo que movía las manos en su bolso ¿Qué estaba buscando? Saco el teléfono y lo coloco en su oreja ¡¿Estaba contestando una llamada?!
-¡¿Qué pasa Camila?! –Refugio paso por el lado de el y camino entre la multitud claramente nerviosa -¡No te oigo espera!
Sin saber porque Dionisio la siguió, bastante molesto. Estaba apunto de besarla y se marcha hablando por teléfono. Salio del bar tras ella y la encontró en la misma puerta aun hablando por teléfono.
-Esta bien, estaré allí enseguida –Estaba visiblemente nerviosa, colgó la llamada y guardo el teléfono en el bolso. No parecía darse cuenta de que el estaba allí, miraba a todos lados –Necesito un taxi
-Yo te llevo –Dionisio dio un paso hacia ella con el ceño fruncido Algo iba mal, estaba nerviosa, preocupada –Ahora no encontraras taxis, solo dime la dirección
En cuestión de diez minutos habian llegado al lugar que Refugio le dijo, el paro el auto frente al edificio y sin darle tiempo a decir nada ella se bajo corriendo. Sin saber porque bajo tras ella y la siguió, entro al lugar, no era muy elegante, para nada. Subió las escaleras nervioso y entro en el apartamento en el que ella había entrado.
-¿Dónde esta? –Refugio pregunto a Camila
-En el sofá –Camila señalo a la niña allí tumbada, después miro a la puerta y le vio a el, frunció el ceño –Oh Hola
-Hola –Dionisio asintió con la cabeza y después fijo la vista en Refugio,estaba sentada en el sofá, mantenía a la niña entre sus brazos y la miraba muy preocupada
-Tiene mucha fiebre –sostenía la mano sobre su cabeza –Vamos a llevarla a urgencias
-Pensé llamar a Damián –Camila la miraba preocupada
-Cuando lleguemos al medico –Refugio se levanto y cogio a la niña entre sus brazos, que se removió mientras lloraba –Las llaves de mi auto estan en mi apartamento, ve por ellas Camila
-Yo las llevo –Dionisio se anticipo –Has bebido
-Esta bien –Ella asintió
En el viaje al medico, Dionisio permanecía con su mirada fija en la carretera, conducía rápidamente. Miro fugazmente por el retrovisor y se le partió el alma Refugio estaba llorando mientras apretaba entre sus brazos a su hija, su mirada era intensa llena de preocupación, de sufrimiento. Aparco el auto rápidamente y abrió la puerta para que ella bajase con la niña, Camila estaba en el asiento del copiloto y se bajo a toda prisa.
Entraron en urgencias y un medico se acerco a ellas y cargo a la pequeña para dejarla en una camilla. Se la llevaron mientras Refugio trataba de seguirles y una enfermera se lo impedía.
-Refugio tranquila –Camila la miro a la cara –Voy a llamar a Damián
-¿Es usted familiar de la pequeña? –Una enfermera se acerco con un formulario entre sus manos
-Soy su tía –ella respondió nerviosa y Dionisio abrió los ojos sorprendido ¿había dicho su tía? ¿No era su madre? Era su tía ¡Su tía! Una sonrisa se dibujo en su rostro a pesar de que no era el mejor momento
-¿Es alérgica a algo? –La enfermera la miraba atenta, ella negó con la cabeza –Bien el doctor le informara enseguida
-Tu hermano viene de camino –Camila se acerco a ella –Lo siento tendría que haberte llamado antes
-No, yo lo siento –Refugio negó con la cabeza –No debería haber salido. A veces olvido cual es mi deber
-¿Tu deber? No digas tonterías –Camila frunció el ceño –Eres una gran tía es mas, eres como una madre para esa pequeña. Eres su madre –Le acaricio la cara con cariño –Voy a buscarte un poco de agua.
-Eres su tía ¿Por qué no me lo dijiste? –Dionisio se acerco a ella mirándola a los ojos
-Ahora no por favor –Ella suspiro –Tu lo diste por hecho
-Se pondrá bien –Y dejándose llevar se acerco a ella y la abrazo
-¿Refugio? –Un doctor alto y moreno con los ojos verdes estaba parado observándolos, ella se aparto de Dionisio y se giro para mirarle sorprendida
- ¿José? –Le miraba sin saber que hacer -¿Trabajas aquí?
-Si –El asintió sin dejar de mirarla a la cara -¿Estas bien?
-Es Sophia –El abrió los ojos sorprendido –Tiene mucha fiebre
-No te preocupes, ire a verla –El la observo preocupado -¿Alan?
-Viene de camino –no le miro a la cara, y Dionisio que estaba pendiente de todo supo que había algo entre ellos. O por lo menos lo había habido.
-Aquí traigo el agua -Camila se paro entornando los ojos al ver al medico -¿Tu?
-Voy a ver que puedo averiguar de Sophia –Y rápidamente Troy se marcho
-Genial –Camila suspiro -¿Ahora tendrás que darle las gracias?
-Camila –Refugio reprendió a su amiga mirándola fijamente
-¡Refugio! –Damián corria por los pasillos dirección a su hermana -¿Dónde esta? ¿Qué le ocurre?
-Tenia mucha fiebre –Y ella comenzó a llorar de nuevo
-Los médicos se la han llevado –Dionisio respondió al ver que ella no era capaz
-¿Y tu eres? –Damián le miro con el ceño fruncido
-Damián Ferrer, el jefe de Refugio–El alargo su mano para estrecharla –Las traje
-Gracias –Sonaba claramente agradecido, estrecharon sus manos
-Sophia esta bien, la fiebre ha bajado pero la mantendrán esta noche en el hospital para tenerla vigilada –José se paro frente a ellos -Damián
-¿Qué haces tu aquí? –La voz del hermano de Refugio sonó ruda, con desprecio
-Trabajo aquí –El agacho la cabeza para no mirarle –Tu hija esta en la habitación 212
-Gracias –Fue Refugio quien respondió, Damian se marcho sin siquiera mirarle hacia la habitación
-¿Podemos hablar un momento? –José avanzo hasta ella con precaución
-Esta bien –Refugio asintió y bajo la mirada atenta de su amiga y de su jefe se alejo junto con el
-¿Quién es? –Dionisio pregunto a Emilie sin dejar de mirarles
-¿Y ese interés? –Ella levanto una ceja y sonrió –Pregúnteselo a ella
-¿Qué quieres Jose? –Su voz sonó baja y suave, cansada
-Refugio lo siento –El suspiro –Yo te necesito
-¿Qué? –Ella sonrió amargamente –No José, tu necesitas alguien que de seguridad económica a tu familia ¿recuerdas?
-Soluciona las cosas –El la miraba esperanzado –Podemos estar juntos
-No, no podemos –Ella suspiro –Esta es mi vida, esta soy yo y quiero que siga así. Tu escogiste y yo tambien. Ahora discúlpame, voy a ver a mi sobrina.
-ADIOS –Camila se despidió con énfasis mirando al medico y camino hacia la habitación de la niña, Refugio le seguía
-Refugio , espera –El mismo se sorprendió al llamarla por su nombre, aunque lo había hecho en otras ocasiones, pero siempre de manera fría, en el trabajo. Ahora era distinto.
-¿Dime? –Ella se giro para mirarle a la cara
–Espero que tu sobrina se mejore-Dionisio la miro atentamente a los ojos –Si necesitas algo
–Agradezco tu ofrecimiento pero no olvidemos nuestro lugar –Refugio suspiro amargamente, jefe y secretaria. Eso había dicho el y eso era lo mejor –Adiós Dionisio
El permaneció observando como ella se marchaba despacio por el pasillo del hospital ¿Nuestro lugar? Ni siquiera sabia cual era su lugar, o cual quería que fuera.
¿Por qué la vida era tan complicada? Bueno al menos ahora sabia que ella no estaba casada, así que no sentiría remordimientos al acostarse con ella ¡¿Un momento?! ¡¿Acostarse?!Denle like y Comenten
ESTÁS LEYENDO
La Secretaria
RomanceBueno aquí les traigo esta nueva historia espero que les guste y es una adaptación