Capitulo 19:Secretaria o Enfermera?

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Refugio llevaba ya dos horas en su mesa, había rellenado todo los informes y clasificado los presupuestos. Miro su reloj de nuevo, las once de la mañana ¿Dónde estaba Dionisio?
-Refugio–La voz de Gabriel la sobresalto, estaba parado frente a su mesa
-Hola –Ella se levanto sonriente pero frunció el ceño al ver la cara de el -¿algo va mal?
-Anoche atacaron a Dionisio –El hablo mirándola con precaución
-¿Qué? -¿Atacaron? ¡Atacaron! Tuvo que apoyarse en la mesa tratando de recobrar la respiración -¿Esta bien?
-Si, un poco magullado –camino hacia ella y dejo un papel y unas llaves sobre la mesa
-¿Y esto? –Ella frunció el ceño
-Es la dirección de su apartamento y las llaves –El se encogió de hombros –Ya sabes lo cabezón que es, insiste en trabajar.  Pero el medico le mando reposo.
-¿Y que quieres que haga yo con esto? –Refugio tomo las llaves y las miro
-Pues ir a su casa –Gabriel sonrió divertido –Necesita a su secretaria
-¿Ehm? –ella se sonrojo de inmediato ¿Su secretaria? Se puso roja, ¿para cuidarle?
Refugio aparco el auto frente al inmenso edificio, doce plantas y como no el vivía en el ático.  Entro e inmediatamente el portero se dirigió a ella
-Disculpe señorita ¿puedo ayudarla? –la miraba desconcertado
-Vengo al apartamento de Dionisio Ferrer –Ella le mostró la llave y el papel –Soy su secretaria
-Ah, señorita Chavero -¿Cómo? ¿El sabia que venia? –Adelante por favor
-Gracias –entro al ascensor y pulso el ático ¿Cómo estaría Dionisio? No podía evitar sentirse preocupada ¿Atacado? ¿Qué le hicieron? ¿Por qué?
Las puertas se abrieron y camino hacia la puerta, se quedo unos segundos mirando la cerradura ¿Abrir o llamar? ¿Y si el no podía levantarse? Quizás estaba mal herido
Se decidió por abrir la puerta, entro despacio mirando a su alrededor.  Un apartamento frió, de soltero, en tonos grises y blancos.   Dejo las llaves sobre el mueble que había en la entrada y avanzo hasta el salón.
-Déjame ayudarte –Merianne colocaba dos cojines tras la espalda de su hijo
-¿Quieres que te traiga algo de tomar? –Melanie le miraba preocupada
-Estoy bien –El suspiro -¿Pueden dejar de atosigarme?
Refugio permanecía parada observándoles, aunque no estaba cerca pudo distinguir los golpes en el rostro de el.  Tenia el labio hinchado y el ojo morado, su muñeca izquierda estaba vendada y como no llevaba camiseta se podía ver el morado en su estomago.

-La planificación esta en la cocina –El asintió suspirando
-De acuerdo –Refugio camino hacia la cocina y observo el papel colgado en el frigorífico, regreso al salón –Tienes que tomarte dos calmantes ¿Desayunaste?
-No –El se encogió de hombros e hizo una mueca de dolor –Apenas me desperté hace una hora
-Bien ¿Qué te gustaría desayunar? –le pregunto mirando al suelo, ¿Por qué estaba tan nerviosa?
-¿Qué puedes prepararme? –El se incorporo lentamente –Sorpréndeme
-¿Dónde vas? –corrió a ayudarle
-A verte cocinar –sonrió mirándola de reojo
Mientras Refugio se movía por la cocina, Dionisio permanecía sentado en el taburete de la barra observándola con una sonrisa.  Jamás había pensado tener a esa mujer en su apartamento y menos en su cocina, haciéndole el desayuno.
-Deja de mirarme las nalgas–Ella hablo mientras terminaba el zumo
-¿Cómo sabes que estaba mirándote las nalgas? –El levanto una ceja
-Tu asistenta hace un buen trabajo –Se giro hacia el y le coloco delante el zumo y el plato con tortitas y fruta –Te veo reflejado en los azulejos
-Vaya –El miro el plato sonriente –Voy a tener que subirle el sueldo
-Te lo agradecerá –Refugio negó con la cabeza, le dio una botella de agua y las dos pastillas –Toma
-¿No puedo librarme? –Miro divertido como ella negaba con la cabeza, suspiro y se tomo los medicamentos  después comenzó a desayunar lentamente, mientras Refugio le observaba –Cocinas muy bien
-Es necesario cuando tienes que alimentar a una niña –se encogió de hombros mirando el desayuno
Dos horas mas tarde se encontraban sentados en el salón, con papeles desperdigados por todas partes. Dionisio estaba en el sofá, con varios cojines a su alrededor, ella sentada en el suelo frente a la mesa donde estaban todos los papeles.
-¿Cerraste la presupuestación de la campaña? –Dionisio la miro fugazmente
-Si, aquí esta –cogio una carpeta de la mesa y se la paso –Fue algo mas cara de lo que esperabas
-¿Alguna idea de porque? –Dionisio abrió la carpeta y comenzó a leer
-podrías simplificar mas el decorado –Refugio se encogió de hombros
-El cliente es el que manda –Dionisio suspiro
-Pero tu puedes hacerle cambiar de opinión –Ella se giro para quedar mirándole a la cara –Muéstrale algo que le maraville y que sea mas económico para la empresa.  Manéjale, asómbrale, sorpréndele y será tuyo.
-¿Quién te enseño eso? –El sonreía observándola
-Alguien –El rostro de Refugio cambio, se puso seria y volvió al trabajo
Para el almuerzo encargaron comida china y después de nuevo regresaron al trabajo.  Durante toda la tarde Refugio estuvo al pendiente de el, que tomara sus medicamentos, que estuviera cómodo.  Y Dionisio no podía engañarse, le gustaba tenerla ahí, a su lado, cuidándolo.
-¿Me escuchas? –Refugio le observaba con el ceño fruncido -¡Dionisio!
-¿Qué? –El reacciono, se había perdido en sus propios sueños  -¿Qué pasa?
-Tu hermana acaba de llamar –dejo el teléfono sobre la mesa -¿Tienes alguna enfermera que venga a ayudarte?
-¿Eh? No ¿Por qué? –Dionisio la observo confundido
-Ah –ella frunció el ceño ¿y ahora? –No pueden venir esta noche
-¿Y quien necesita que vengan? –Daniel negó con la cabeza –Puedo quedarme solo, no necesito que me cuiden
-Ya –Ella le miro con una ceja levantada –Melanie dio por echo que me quedaría yo
-No tienes por que hacerlo –Dionisio la observaba atento ¿Su hermana? Como no –no quiero molestar
-No es molestia –Refugio respondió desviando la vista hacia su teléfono –Avisare a Damián
-¿Tienes que quedarte con tu sobrina esta noche? –Dionisio la observo coger el teléfono
-No, trabaja por la mañana –Con su teléfono en la mano salio del salón para llamar a su hermano.   Cuando regreso Dionisio no estaba en el salón -¿Dionisio?
-¡Estoy aquí! –Ella siguió la voz de el y se paro ante la puerta de una habitación –Pasa Refugio
-¿Estas bien? –Entro despacio buscándole
-Si, solo pensé que te apetecería darte una ducha –El la miraba divertido –Puedo dejarte ropa mía
-Oh gracias –se sonrojó mirando el pantalón de chándal y la camiseta de manga corta que había sobre la cama y al lado toallas.
-El baño esta ahí –Señalo la puerta que había frente a la cama –Te espero abajo
Tras coger las cosas entro al baño, era amplio, en azul con una gran bañera blanca, se dio una ducha rápida.  No podía dejar de pensar que estaba en el baño de Dionisio y nunca mejor dicho, porque cuando vio la espuma de afeitar, la colonia y la maquinilla supo que ese era su baño y afuera su habitación  ¿Por qué Dionisio la había dejado su baño? ¿No había mas en la casa?   Recogió su ropa y la doblo con cuidado, dejo la toalla en la cesta de la ropa que había junto al lavabo y salio a la habitación.  Cuando bajo se encontró a Dionisio en la cocina.

-¿Te gusta la pasta? –El la miro de arriba abajo y sonrió –Estas muy guapa con mi ropa
-¿Estas cocinando? –Ella le ignoro y camino hacia el -¿No se supone que eres tu el enfermo?
-Solo es un poco de pasta –se encogió de hombros –No se hacer nada mas
-¿No me digas? –Refugio sonrió y le quito el cucharón de la mano –Déjame, yo me ocupo
-Esta bien, yo ire a ducharme –Dionisio se paro junto a ella y le hablo al oído –Ahora mi baño olerá a ti
Refugio se puso tensa ¿Qué? Se giro para contestarle pero ya se había marchado ¿Estaba loco? ¿Por eso le había dejado ducharse en su baño?  Ahora estaba nerviosa.
Cuando Dionisio regreso al salón, ya duchado y con un pantalón del pijama, sin nada por arriba, la mesa estaba puesta y Refugio a estaba colocando los platos con pasta en ella.
-Huele bien –El sonrió mirando la comida
-Sabe aun mejor –Refugio le contesto y de repente se puso roja "Ahora mi baño huele a ti  Huele bien  Sabe aun mejor"  Esperaba que el se estuviera refiriendo a la pasta, pero por la forma en que Dionisio sonreía se podía esperar cualquier cosa –Siéntate, voy a por tus medicinas
-Si señor –Dionisio se puso recto y cuando ella negó con la cabeza y se marcho a la cocina comenzó a reír
Aunque Dionisio insistía en que su asistenta fregaría mañana, Refugio no quiso dejar los platos en el fregadero.  Después juntos subieron a la habitación de Daniel para hacerle las curas, el se sentó en la cama y ella saco todo lo necesario y lo dejo sobre le mesilla de noche.
-Si te hago daño avísame –Le miro a la cara y al ver que el  la observaba intensamente desvió la vista hacia su estomago de nuevo.  Alargo el brazo para tomar el algodón y una vez mojado lo paso despacio por el morado  -¿Bien?
-Si –El suspiro cerrando los ojos, no era un dolor muy intenso, pero dolía
-Voy a extender la crema –Refugio dejo la crema sobre sus dedos y después acerco estos despacio a su estomago.  Comenzó a extender la crema con delicadeza, tratando de no hacerle daño, un suspiro salio de los labios de el y ella le miro preocupada -¿Te hago daño?
-Me gusta –Dionisio la miro a los ojos, coloco su mano sobre la de ella y la guió por su estomago despacio –Me gusta que me toques
-Dionisio–Refugio respiraba agitada ¿Por qué unas palabras lograban ponerla de esa forma?  Trato de alejarse pero el la sostuvo por la mano –He acabado
-¿De verdad? –El sonrió al verla nerviosa -¿No hay un beso para que se cure?
Ella abrió los ojos sorprendida ¿un beso?  ¿se estaba riendo de ella? Si, se estaba riendo de ella.   Con delicadeza libero su mano y se agacho despacio ante la mirada atónita de el, deposito un suave beso en su estomago y el gruñido de Dionisio inundo la habitación.
-Tambien me duele aquí –Señalo su labio con una ceja levantada
Refugio entorno los ojos ¿Enserio quería jugar?  Suspiro y se acerco despacio para depositar un beso casto en sus labios, pero rápidamente el la tomo por la cintura e intensifico el beso.
Ambos se dejaron caer en la cama sin dejar de besarse y en unos segundos sus manos recorrían el cuerpo del otro.  Refugio procuraba no hacerle daño y evitaba acaricia su estomago, se dejo quitar la camiseta y los pantalones, quedando solo en ropa interior.  Dionisio se deshizo de su pantalón y se tumbo sobre ella, colocándose entre sus piernas y haciéndole sentir su erección.
-Agh –llevo una mano a su abdomen, ¿Por qué tenia que dolerle en este momento?
-¿Estas bien? –Refugio se alejo rápidamente -¿Te duele?
-No es nada –Dionisio volvió a abalanzarse sobre ella pero Refugio coloco las manos en su pecho parándole –No te alejes, no ahora
-Estas herido Dionisio–miro su estomago preocupada –Necesitas descansar
-Tu eres lo único que necesito –Estaba desesperado y Refugio pudo notarlo. Lo peor era que ella tambien le quería, le necesitaba y poco le importaba lo demás.  Con cuidado le empujo tumbándolo sobre la cama y se subió a horcajadas sobre el, sonrió y acerco su rostro para besarle.
-Um –Dionisio se agito en la cama con el rostro contraído  Refugio se sobresalto al oírle y le observo preocupada ¿Le dolía?
-Dionisio–Llevo la mano a su rostro tratando de despertarle, cuando el abrió los ojos dejo la mano caer sobre su pecho -¿Te duele?
-Solo un poco –respondió en voz baja
-Voy a buscarte un calmante –Refugio tiro de la sabana cubriéndose, se sentó en la cama y recogió del suelo la camiseta del pijama.  Se la puso y salio deprisa de la habitación.  En tan solo unos minutos estuvo de vuelta, le dio la pastilla y una botella de agua.
-Gracias –Dionisio se incorporo despacio y se tomo el medicamento
-Pronto se calmara el dolor –dejo la botella en la mesilla y se incorporo pero el la tomo del brazo mirándola alarmado
-No te marches –parecía una suplica en lugar de una petición –regresa a la cama
Refugio se quedo observándole unos segundos ¿Por qué sentía la necesidad de regresar junto a el?  Esto no podía ser bueno, no era bueno, nada de esto era bueno.
Pero por mas que lo intentaba no podía alejarse de ese hombre, asintió y volvió a introducirse en la cama, para su sorpresa Dionisio rodeo su cintura con los brazos y apoyo la cabeza en su hombro.
En unos minutos pudo oír la tranquila respiración de el, se había dormido  permaneció mirando el techo de la habitación, no podía ocultar su preocupación.

No se ustedes perro esta pareja me gusta❤️❤️

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