Capitulo 18:Tierra Tragame

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Refugio observo su reflejo en el ascensor, ¿y si se había equivocado al hacer caso a Camila?  Frunció el ceño, un short beige, una camiseta negra, unos tacones altísimos y el pelo recogido.  Realmente se veía atractiva, pero ¿Qué quería conseguir con ello?
-Vaya –Lucia estaba frente a las puertas del ascensor que se acababan de abrir –Pensé que nunca te vería así
-Hola –Refugio se sonrojo
-¿Todo bien? –Lucia frunció el ceño observándola
-Si –Ella se mordió el labio, salio del ascensor y comenzó a caminar hacia la mesa junto a su compañera.
-Refugio, yo tengo algo que contarte –Lucia parecía nerviosa
-Estas saliendo con mi hermano –Decidió decirlo antes de que le diera un ataque de pánico –Me parece genial
-¿De verdad? –Ella la observo feliz
-Por supuesto, mi amiga y mi hermano –Refugio le abrazo feliz –me alegro
-Buenos días –La voz de Dionisio inundo el lugar y ambas se separaron
-Hola Dionisio–Lucia le sonrió y se marcho
-Hola –Refugio le observo nerviosa -¿Un café?
-No, gracias –Dionisio la taladraba con la vista, ¿Por qué iba así vestida? Le seria imposible concentrarse con ella así  -Estoy esperando a Trived
-De acuerdo –Refugio asintió y se sentó en su lugar mientras el entraba a su despacho
Mientras organizaba todos los documentos de estos días, que había estado fuera su mente viajo a esos maravillosos días en Acapulco.  Ahora el ambiente estaba tan frío, ninguno de los dos sabia como comportarse  "Solo una noche, solo esta noche" 
-Buenas Refugio–Dereck Trived permanecía ante su mesa mirándole con una sonrisa
-Hola señor Trived –ella se levanto de su asiento y señalo la puerta –Dionisio le esta esperando
-Dereck –El la miro divertido recordándole que le llamara por su nombre
-Dereck –sonrió y camino hacia la puerta, llamo dos veces y después abrió y entro despacio –Dereck Trived esta aquí
-Buenos días Dionisio–Trived camino hacia el y apretó su mano
-Toma asiento –Dionisio señalo la silla
-¿Algo de tomar? –Refugio se acerco a Trived esperando una respuesta
-No, gracias Refugio–El sonrió y cuando ella estaba a punto de marcharse fijo la vista en su cuerpo –Fantástica la portada de la revista
-Oh –el color inundo las mejillas de ella –Gracias
-¿Empezamos con lo nuestro? –Dionisio miraba a ambos molesto
-Por supuesto pero antes –Trived saco dos sobres de su chaqueta, le dio uno a Dionisio y otro a Refugio–Espero que asistan
-¿Te casas? –Dionisio abrió los ojos sorprendido, en su sobre había una invitación para la familia Ferrer al completo
-Así es –Dereck sonrió –Han logrado atraparme
-Mi enhorabuena Dereck –Refugio sonrió sosteniendo el sobre
-Puedes traer acompañante –Dereck se dirigió a ella guiñándole un ojo
-Gracias –ella asintió ¿acompañante? ¿Quién? –Si me disculpan
Paso algo mas de dos horas en la que ambos hombres estuvieron encerrados en el despacho, Refugio decidió ir a tomar un café y allí se encontró con Lucia.
-Vaya, ¿Por qué no le dices a Camila que te acompañe? –Lucia sonrió –Estará encantada
-Si –Refugio se quedo pensativa –Se lo diré
-Refugio , prepara la sala de juntas por favor –Dionisio se paro en la puerta mirándola
-Si, claro –Ella dejo su taza sobre la mesa y se dirigió a la puerta, donde el permanecía de pie  Frunció el ceño ¿Por qué no se apartaba?  Levanto la vista hacia su cara y la estaba mirando de una forma tan intensa  -¿Me disculpa?
-Por supuesto –Dionisio se hizo a un lado dejándola pasar y cuando miro a Lucia, vio a esta observándolo con el ceño fruncido –Avisa a Gabriel
-Si –Lucia sonrió y salio en busca de su jefe
Todos estaban sentados alrededor de la mesa de juntas, discutían sobre la nueva campaña que les había sido encargada. Dionisio estaba sentado en el final de la mesa, a su derecha estaba Gabriel y tanto Refugio como Lucia permanecían a sus lados atentas a todo.
La reunión avanzaba con total normalidad, o por lo menos eso parecía hasta que Dionisio salto llamando la atención de todos.
-¡Señor Trent! –Dionisio miraba furioso a uno de sus empleados –Podrá sentarse mas en el asunto si deja de mirar las piernas de mi secretaria
-Lo siento señor –El hombre, bastante mayor, desvió la vista visiblemente nervioso
Refugio abrió los ojos sorprendida ¿Pero que demonios le pasaba a este hombre? Su cara se puso colorada al sentir los ojos de todos los de la sala en ella.   Lucia la miraba de reojo preocupada, seguramente se estuviera preguntando que era lo que estaba pasando.   Por otro lado Gabriel miraba a su hermano con una mezcla de diversión y sorpresa, fijo la vista en Refugio y le guiño un ojo.
Una vez tratado todos los asuntos, todos salieron de la sala no sin antes cuchichear acerca de lo ocurrido. Gabriel miro a Refugio se encogió de hombros y sonrió.
-La espero en mi despacho –Dionisio la miro bruscamente y salio de la sala
-Por supuesto –Refugio entorno los ojos mirando la puerta
-No seas muy dura –Gabriel la miraba divertido, ella no respondió.  Salio de la sala y atravesó los pasillos dirección al despacho. Abrió la puerta sin siquiera llamar y se paro frente a la mesa donde el estaba.
-¿No llamas? –Dionisio estaba visiblemente molesto
-¡¿Se puede saber que diablos te pasa?! –Refugio le miraba enfurecida -¡Casi le da un infarto a ese pobre hombre!
-¡Por supuesto! ¡La presión debía tenerla por las nubes después de mirar tanto tus piernas! –Dionisio se levanto de la mesa dando un golpe -¡Seguramente estaba ilusionado de  poder verlas en persona fuera de esa revista!
-¡¿De que mierda estas hablando?! –Refugio no daba crédito a lo que acababa de oír
-¡Mírate! ¡Mira como vienes vestida! –Dionisio la señalo, mirándola de arriba abajo con el ceño fruncido -¡No es de extrañar que distraigas a mi personal!
-¡Vete al infierno! –Refugio giro sobre sus talones, dispuesta a salir de allí  Dionisio la observo sorprendido ¿Le acababa de mandar al diablo? ¿Se iba? ¿Dónde? ¿Iba a renunciar?  Su respiración se agito en un segundo, no podía dejar que saliera de su despacho, corrió a toda prisa tras ella y la tomo del brazo.
-Aun no hemos acabado –La sostenía del brazo, impidiendo que abriera la puerta
-Yo creo que si –Refugio le miro a la cara, estaba furiosa, su sangre ardía  -Suéltame
-No –Dionisio respiraba agitado –No vas a salir de aquí
-¿Y que me lo va a impedir? –Refugio tiro de su brazo tratando de liberarse, y el reacciono tomándola de la otra muñeca –Dionisio suéltame o gritare
-No me importa –El la miraba a los ojos intensamente
-¡soco...  -ella sintió la mano de el en sus labios, impidiéndole gritar.  De un momento a otro se encontraba contra la puerta del despacho y el cuerpo de el sobre ella, con una mano sujetaba sus muñecas y con la otra le tapaba la boca.
-Hueles tan bien –Dionisio paso la nariz por el cuello de ella y comenzó a besárselo, poco a poco libero sus muñecas y por ultimo su boca, aprovechando la libertad para acariciar su cintura -¿Por qué no puedo resistirme a ti?
-No debiste decir eso en la reunión –Ella hablaba agitada, coloco las manos en su pecho
-Lo se –Dionisio suspiro y mirándola a los ojos asintió –Lo siento
Ambos permanecieron en silencio, mirándose el uno al otro  Refugio no podía creer lo que acababa de oír ¿Le había pedido disculpas?  Ni el mismo Dionisio era consciente de lo que ello significaba, el nunca se disculpaba, nunca, hasta ahora.
Sin dejar de mirarse acercaron sus rostros para besarse y en un abrir y cerrar de ojos, Dionisio se había abalanzado sobre ella.  La apretaba con su cuerpo contra la puerta, sin dejar de besarla y acariciarla frenéticamente. Refugio solo podía gemir, no era consciente de nada a su alrededor, no le importaba nada, solo lo que estaba sintiendo en ese momento.
Dionisio la aparto de la puerta y la guió hasta la mesa, donde tomándola por el trasero la subió, dejándola sentada.  Se coloco entre sus piernas y después de besarla una vez mas tiro de su camiseta hacia arriba para quitársela, mientras tanto, Refugio desbrochaba su camisa con las manos temblorosas.
-No te imaginas cuantas veces soñé con tenerte así, aquí, en mi mesa –Dionisio beso sus pechos desenfrenado y ella se arqueo hacia el .  La camisa de el cayo al suelo y dejo su pecho al descubierto para que Refugio pudiera acariciarlo.
Estaban tan inmensos en el cuerpo del otro que ninguno sintió la puerta abrirse ni la presencia de alguien, hasta que la persona se hizo notar.
-Veo que te ha sentado muy bien el viaje –Marta permanecía en la puerta mirándoles fijamente –Venia a darte la bienvenida y mira lo que me encuentro
-Marta –Dionisio se aparto de Refugio y la miro furioso -¿Qué estas haciendo aquí?
Refugio solo podía pensar en una cosa "Tierra trágame"  Tomo su camiseta y se cubrió con ella nerviosa  ¿acababan de pillarla en esa situación? ¿con su jefe? ¿y si hubiera sido algún compañero?
-Ya te lo he dicho –Ella sonrió caminando hacia el –Vine a ver como te había ido en tu viaje y me encuentro con las manos de esta zorra sobre ti
-Cuidado con lo que dices –Dionisio entorno los ojos con rabia ¿zorra? ¡Refugio no era ninguna zorra!
-¿A caso estoy diciendo alguna mentira? –Marta fijo la vista en ella, que estaba poniéndose su camiseta
-Cree el ladrón que todos son de su condición –Refugio camino hacia la puerta sin siquiera mirarla y cerro tras salir
-¿Has oído lo que me ha dicho? –Marta fijo su vista en Daniel horrorizada
-Tu la llamaste zorra –Dionisio respiraba agitado, hace un momento tenia a la mujer mas hermosa entre sus brazos y ahora Marta estaba frente a el  molestándolo –Estoy arto de tus estupideces
-¿Qué? –ella le miro horrorizada, pero aun se sorprendió mas al ver como Dionisio, aun sin camiseta caminaba hacia ella a grandes zancadas, la tomo del brazo y la obligo a salir del despacho. 
Refugio que estaba sentada en su mesa se sorprendió al ver como Dionisio, con el pecho al descubierto arrastraba a esa mujer fuera de su despacho ¿de su despacho? No, siguió hasta el ascensor y una vez este se abrió la empujo dentro, todos los empleados observaban sorprendidos.
-Y no vuelvas por aquí Marta –Dionisio escupió sus ultimas palabras y la puerta del ascensor se cerro.  Suspiro y entonces se dio cuenta que todos tenían la vista puesta en el, negó con la cabeza –Señores a trabajar, no hay nada que ver
-Teniendo en cuenta que estas semidesnudo y acabas de empujar a Marta al ascensor diciéndole que no regrese –Gabriel le miraba divertido –yo creo que hay mucho que ver
-Tu tambien tienes trabajo –Dionisio le ignoro y se dirigió hacia su despacho, antes de entrar paro ante la mesa de Refugio-¿Podemos hablar?
-No –la respuesta de ella fue cortante –Si necesita algo de trabajo entonces dígame, de lo contrario no hay nada que hablar.
-Como quieras –El chasqueo la lengua y se dirigió hacia su despacho
Cuando llego la hora de marcharse a casa, Refugio salio a toda prisa del edificio y se dirigió a casa.  Estaba agobiada, molesta consigo misma ¿Cómo había podido dejarse llevar de esa manera? "No te imaginas cuantas veces soñé con tenerte así, aquí, en mi mesa"  Y que el mundo se fuera al diablo si ella no deseaba lo mismo 
Ahora lo único que necesitaba era darse un baño relajante y cenar junto a su familia, su hermano y su sobrina.  Ellos eran todo lo que necesitaba .  Aparco el auto y se dirigió a su edificio, a unos tres metros de la puerta se paro.
-Oh Dios –Suspiro y siguió caminando -¿Qué he hecho para merecer esto?
-Hola –Jose la saludo al verla llegar a la puerta
-¿Qué haces aquí? –Refugio hablo cansada, sin siquiera mirarle
-Te vi en la portada de la revista –El le mostró la revista que tenia entre sus manos –Estas preciosa
-Si has venido para eso Gracias –Refugio negó con la cabeza –Ahora puedes marcharte
-La ha visto –Jose la miro atento –Y esta investigando por todos lados
-Pero no encontrara nada –Ella suspiro –Yo me encargue de eso
-Sabe donde vives –El miro el edificio –Y donde trabajas
-No, no sabe donde trabajo –Refugio sonrió –Y el jamás vendría a un lugar como este, por nada ni por nadie
-¿No trabajas en la hamburguesería? –José la observo curioso
-Gracias por avisar –Ella fijo de nuevo la vista en la entrada –adiós José  

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