-¿Todo en orden? –Dionisio miro la maleta de Refugio de reojo
-Si –Ella asintió nerviosa, todo estaba en orden menos ella misma ¿Por qué sentía esa presión en el estomago que apenas la dejaba respirar?
-Bien ¿vamos? –Dionisio camino hacia su aturo y abrió la puerta para que ella subiera
-¿eh? Si –Refugio echo un vistazo al portero que acababa de cerrar el maletero en el que había puesto su maleta.Se subió al auto inspirando aire profundamente y fijando su vista en el frente.
El trayecto al aeropuerto fue eterno y cargado de tensión, ninguno de los dos hablaba, ambos estaban nerviosos.Dionisio aparco su auto y después de ayudarla a bajar se dirigió al maletero para sacar las maletas.Para sorpresa de ella, el no le permitió coger la suya.
Se sentía extraña caminando por el aeropuerto junto a el, como si fueran una pareja ¿enserio acababa de pensar en eso?
-¿Estas bien? –Dionisio la observo con el ceño fruncido –Tenemos que embarcar
-Si, no te preocupes –Refugio suspiro
-De acuerdo –El se encogió de hombros -¿Vamos?
Ambos facturaron las maletas y se prepararon para entrar al avión, cuando estaban en la cola a punto de entregar los billetes los gritos de un hombre llamaron su atención.
-¡Refugio ! ¡Refugio! –Damian corria por el aeropuerto con su hija entre sus brazos
-¿Damián? –Ella se alejo de la cola sorprendida, camino hacia el deprisa -¿Qué haces aquí?
-Esther quería darte algo antes de que te marcharas –El sonrió con cariño mirando a su hija
-Toma tata –La niña le entre un cordón negro con una piedra colgada
-Para que la recuerdes cada día –Damián le guiño un ojo sonriente
-No necesito nada para recordaros a ambos –Refugio abrazo a su hermano y a la niña fuertemente –Siempre estás en mi corazón
-Cuídate hermanita –Damian le guiño un ojo –Y no seas demasiado mala
-Damián –Dionisio se acerco a ellos con una sonrisa Ver a Refugio sonreír y abrazar a su familia era algo maravilloso
-Dionisio, espero que me la cuides –Damián miro a su hermana de reojo
-¿Desde cuando necesito yo que cuiden de mi? –Refugio se hizo la ofendida –Es otro el que necesita ser cuidado
-Tata –Sophia se lanzo a los brazos de su tía que la tomo cariñosamente y le dio un beso en la mejilla
-¡Dionisio! ¡Dionisio! –Al oír su nombre el se giro para encontrarse con la imagen de su hermana corriendo hacia el y a su lado, ¿su madre? ¿Qué estaban haciendo allí?
-¿Melanie? ¿Mama? –El frunció el ceño
-¿Pensabas irte sin despedirte de tu madre? –Merianne abrazo a su hijo
-¿Despedirme? -¿desde cuando el se despedía cuando se iba de viaje de negocios?
-Refugio –Melanie se acerco a ella con una sonrisa -¿Llevas los vestidos?
-Si –ella asintió confundida ¿a que venia esa pregunta?
Al contrario Dionisio rodó los ojos ¿venían a despedirle a el? Lo dudaba, mas bien venían a ver si realmente Katherine se marchaba con el ¿Cómo se las apañaban siempre para estar en todos lados?
-Pero que niña tan preciosa –Merianne se acerco a ella mirando a la niña
-Esta debe ser Sophia –Melanie le guiño un ojo a la pequeña
-Si –Refugio frunció el ceño ¿Quién les había hablado de su sobrina? ¿Quién? ¿Quién si no? Gabriel ¿Por qué esa familia parecía estar enterada de toda su vida? Bueno ¿de toda? NO –Y el es mi hermano Dionisio
-Encantada, yo soy Melanie –Ella se acerco a darle dos besos –Soy la hermana de Dionisio y Refugio y yo somos buenas amigas
Dionisio miro a Refugio rápidamente ¿Buenas amigas? Si solo se habian visto dos veces, frunció el ceño. Se anuncio la ultima llamada para el embarque de ellos y Dionisio suspiro.
-Tenemos que irnos –miro a su madre –¿te llamo cuando lleguemos?
-Por supuesto –Melanie sonrió divertida –Si no te acuerdas yo llamare a Refugio, así me mantiene al corriente de todo
-¿Estas de broma verdad? –Dionisio abrió los ojos sorprendido ¿desde cuando su hermana estaba interesada en sus negocios? ¿O mas bien era otra cosa lo que quería saber?
-Será mejor que embarquemos –Refugio dio un beso a su hermano en la mejilla y una vez mas estrecho a la niña entre sus brazos –Pórtate bien con papa preciosa
-Ve –Damián extendió los brazos y cargo a su hija
Refugio inspiro profundamente tratando de calmar las lagrimas que amenazaban con salir. Nunca había estado lejos de su sobrina y su hermano, siempre habian estado juntos y ahora tenia que irse.Sin siquiera saber exactamente cuando volvían, había mucho trabajo en Acapulco.
Dionisio la observaba de reojo mientras caminaban de nuevo hacia la puerta de embarcación, entregaron sus billetes a la azafata y subieron al avión.
Ella se sentó en la ventanilla y el a su lado, estar tan cerca no era algo que había pensado en el vuelo.Sus piernas se rozaban y estaba seguro de que si se apoyaba en el reposabrazo todo seria aun mas complicado.Cerro los ojos para tratar de relajarse y cuando volvió a abrirlos el avión ya estaba en el aire. Miro a su derecha y se encontró con una Refugio pensativa, miraba fijamente por la ventanilla del avión con su rostro serio.
-No te gusta alejarte de ellos ¿verdad? –Dionisio se acomodo para poder mirarla a la cara
-Nunca he estado mas lejos de lo que nuestros apartamentos estan –Refugio giro su rostro para mirarle –Desde que Sophia nació siempre he estado a su lado
-¿Qué le paso a su madre? –sentía cierta curiosidad por conocer algo mas de su vida
-Alison murió en el parto –cerro los ojos como si le doliera recordar el pasado –Desde entonces me convertí en una madre para Sophia
-¿Tu hermano no ha conocido a nadie? –Dionisio frunció el ceño pensativo
-No quiere rehacer su vida –Ella suspiro –Creo que piensa que traiciona a su esposa con ello
-Quizás aun no esta preparado –la miro a los ojos con admiración, estaba claro que ella había sido el pilar de esa familia. Ella les había sacado adelante.
-Nunca se esta preparado para perder el amor –Refugio respondió con la vista perdida en el asiento de delante
Dionisio apretó la mandíbula mientras volvía a acomodarse para fijar la vista en el asiento de delante ¿Nunca se esta preparado para perder el amor? ¿Acaso ella lo había perdido?
Cada día se daba cuenta que sabia muy poco de esa mujer y lo peor era que quería saber mucho, demasiado.
En el resto del vuelo ninguno de los dos volvió ha pronunciar palabra, Refugio se relajo en su asiento y termino quedándose dormida y Dionisio aprovecho eso para poder mirarla con toda tranquilidad. Trataba de gravarse su rostro en la memoria, pero contra mas la miraba mas ganas tenia de tocarla.El piloto anuncio por megafonía que estaban a punto de aterrizar y ella se removió despacio en su asiento y abrió los ojos.
-¿Cansada? –Dionisio sonrió de medio lado
-Un poco –ella se recoloco inmediatamente en su asiento nerviosa, ¿se había quedado dormida?
Mientras caminaban por el aeropuerto de Acapulco, Dionisio no hacia mas que pensar en como podían complicarse las cosas en aquel lugar ¿Tenerla todo el día tan cerca? ¿podría resistir eso?
-Dionisio –Un hombre vestido con traje chaqueta se acerco a el con una sonrisa
-Raúl –el estrecho su mano asintiendo, después coloco su mano en la espalda de Refugio –Ella es mi secretaria, la señorita Chavero
-Un placer, señorita –Raúl tomo su mano y la beso mirándola sonriente, después volvió a ponerse recto ante ambos -¿Qué tal el vuelo?
-Como todos –Dionisio suspiro -¿Cómo va todo?
-Bien –comenzaron a caminar hacia la salida –Mañana en la tarde se comenzara a preparar la campaña con el director del hotel.Tienen reservadas las habitaciones allí igual que todo tu equipo y esta noche cenaras con los directores de la agencia de turismo para comenzar a debatir.
-Pues ahora los ahí, así que cambia tus planes –Dionisio le miro a los ojos de forma penetrante –Estas aquí para trabajar, no para divertirte.
-Muy bien –Refugio apretó sus manos molesta –Si me disculpas voy a descansar un poco, esta noche tengo trabajo.
Y se marcho dejándole con la palabra en la boca y por una extraña razón el se sintió mal después de verla marchar ¿Por qué había sido tan brusco?
A las nueve de la noche Dionisio se encontraba en la puerta del restaurante esperando a Refugio ¿se atrevería a dejarlo tirado? No, era trabajo. Aunque en verdad no la necesitaba allí para nada.
-Hola –Ella se paro frente a el mirándole de forma fría
-Hola –Dionisio frunció el ceño, ¿ropa de trabajo? Un pantalón, camisa y chaqueta a juego. Estaba claro que esa mujer estaba dispuesta ha hacerle pagar lo de esta tarde, pero el no podía imaginar hasta que punto –Vamos
Dionisio trato de ser cortes y fue a abrirle la puerta para que pasara, pero Refugio se adelanto y entro al restaurante ignorándole.El la siguió molesto, pero su enfado no había hecho mas que empezar . Durante la cena ella se mostró fría y distante, por supuesto totalmente profesional, tomaba notas de los datos mas importante y asentía a todo sin siquiera pronunciar palabra. A el no le gustaba verla así, quería que hablara, que diera su opinión, que discutiera ¡¿Quería esa lengua venenosa que ella era capaz de tener?!
-Bien señor Ferrer entonces cuando tenga listo las cosas estamos a su disposición –Uno de los directores se levanto de la mesa y le estrecho la mano, después se giro hacia Refugio –Un placer señorita Chavero
En cuanto se quedaron solos en la mesa, ella se puso en pie y tomo su bolso para marcharse, pero Dionisio se lo impidió poniéndose en su camino .
-¿Necesitas algo mas? –Levanto una ceja observándole
-Tomate una copa conmigo –Dionisio la miraba a los ojos con las esperanza de que aceptara
-Lo siento pero no puedo –Refugio sonrió con superioridad –Estoy aquí para trabajar no para divertirme
Y se marcho del bar dejándole de nuevo con la boca abierta, subió a su habitación y nada mas entrar se deshizo de la ropa que llevaba. Por suerte había conseguido meter en su maleta ese traje, pero era el único Suspiro frustrada ¿Cómo se le había ocurrido dejar a Camila arreglar su maletea? Prácticamente todo lo que llevaba era nuevo, la ropa que se había comprado con ella, Lucia, Melanie y Merianne. Y aunque debía admitir que todo era precioso y muy elegante, ella no pensaba ir tan arreglada. Vestidos de todo tipo, largos, cortos, faldas, camisetas con escote, shorts y por supuesto tacones volvió a revolver la ropa y apretó la mandíbula nerviosa ¿Ropa interior? Si es que se le podía llamar así .
-¡Camila te voy a matar! –apretó entre sus manos la lencería, toda de encajes, negra, blanca, roja. Ni siquiera recordaba tener esto en su armario y entonces frunció el ceño, no lo tenia en su armario ¡Ella lo había comprado! Todo menos un conjunto en azul, que el día que fueron de compras Melanie insistió en que le quedaría genial.Nunca se había sentido tan incomoda como ese día, ¿probándose lencería con la madre y la hermana de su jefe?
Dionisio subió a su habitación molesto ¿Por qué no quería tomar una copa con el? Sin embargo con Mark estaba muy dispuesta ¡¿Por qué Diablos esa mujer tenia tanto genio?! Su teléfono comenzó a sonar y suspiro cansado, ahora su hermana
-¿Qué quieres Camila? –Se sentó en la cama con el teléfono en su oreja
-No has llamado –por algún extraño motivo ella estaba feliz -¿Estabas ocupado con Refugio? La he llamado y tiene el teléfono apagado
-¿Y tu por que tienes que llamarla a ella?-Dionisio se levanto de la cama de un salto
-¿Entonces estas con ella? –Su hermana le ignoro, estaba dispuesta a conseguir una respuesta
-No –El inspiro aire tratando de tranquilizarse –Tuvimos una cena de negocios con los directores de turismo de Acapulco y ya se ha retirado a su habitación
-Oh que lastima –Pero su voz seguía sonando divertida –Y yo que tenia la esperanza de que estuvieras disfrutando de ese conjunto de lencería azul que Refugio se compro
-¿Qué? –Dionisio trago saliva despacio -¿Por qué demonios me dices eso Mel?
-Lo siento ¿te molesta? –Ella seguía claramente divertida –Es que era tan bonito y le quedaba muy bien, un conjunto de encaje azul eléctrico. No te puedes imaginar lo bien que se veía.
-Buenas noches Melanie –Dionisio colgó el teléfono ¿Buenas noches? No para el, no ya
Estaba seguro de que ahora no podría quitarse de la cabeza la idea de Refugio con ese conjunto.Lanzo el teléfono en la cama y se dirigió al baño, una ducha de agua fría, eso era lo que ahora necesitaba.Comenta y dale like 🥰🥰
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La Secretaria
RomanceBueno aquí les traigo esta nueva historia espero que les guste y es una adaptación