Capítulo 51

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Era como si el tiempo hubiese hecho una tregua con el odio que Daegu y Busan tenían el uno por el otro, pero la realidad era otra, a decir verdad, simplemente ambas manadas habían tenido un tiempo fuera. Busan se había mostrado amigable al ayudarles a superar tal tragedia económica a causa de lo que ellos mismo le había causado a la ciudad enemiga. Por otro lado, Jimin estaba en el último trimestre de gestación y todo marchaba muy bien, hasta ahora.

Chaerin conocía la regla, dejar la habitación después de la media noche era algo que enojaba a su esposo, pero, la curiosidad de saber porque este si podía fue más esta vez y fue así como tomando la bata para cubrir su ropa de dormir le siguió, siendo cautelosa, y todo se mostraría como una simple visita a la cocina hasta que tal escena se mostró ante ella.

Frente al refrigerador utilizando una llave un pequeño tablero con números se mostró, observo detenidamente lo que marcaba su esposo y cuando el último digito fue introducido allí, el refrigerador hizo un sonido conocido para ella, era el mismo que hacia la caja fuerte de su habitación cuando la contraseña era la correcta y luego, Daeho tomo la puerta de este y lo abrió, pero no fue comida lo que ella vio, si una escalera de madera. Chaerin quiso irse, fue criada así, no quería problemas, pero algo en su interior le decía que debía ir. Aprovechando que el tablero seguía allí corrió, anotando la clave y abriendo el refrigerador para ver de cerca aquella rustica escalera, con peldaños pequeños; era oscuro y no podía ver hacia donde iba, pero si una luz amarilla, la cual siguió. Nunca había sido una mujer aventurera, sumisa e ingenua sería una descripción correcta para ella, pero en ese momento no lo estaba siendo, y menos cuando al terminar las escaleras con 35 escalones los cuales conto para calmar su miedo observo un pasillo levemente alumbrado con pequeños focos, quito sus pantuflas y las guardo dentro de su bata, no deseaba ningún ruido, no quería advertir a Daeho de su presencia.

...

Como todas las noches Daeho bajo, aunque no siempre era él, en ocasiones era Youngsoo quien se encargaba de bajar el plato con pan y leche para aquel prisionero.

-Despierta-. Dijo pateando un poco la celda en donde el sujeto con la espesa barba, el rostro algo sucio, las uñas largas y el cabello igual le miraron.

Chaerin sintió su boca secarse cuando pudo descifrar de quien se trataba, y es que su rostro no lucía igual, tal vez por los daños del encierro, o de aquel accidente en donde ella creía que este había muerto. -Seuncheol-. Susurro sabiendo que ya había visto de más, no podía acercarse, no podía ayudarle y fue así que devolvió sus pasos para volver a la cocina. Temblaba sin poder controlarlo, quiso llorar, pero sus ojos observaron su ropa sucia por lo que corrió a su habitación para cambiarla y aun así limpia, la suciedad que se impregno en su alma no desapareció u no lo haría hasta que solucionara esto.

...

Cuando la mañana siguiente llego con ella la hipócrita rutina de tomar el desayuno juntos también. Jimin hablaba con Taehyung mientras el resto continuaba sumido en sus platos. Chaerin se mostraba nerviosa y eso era algo obvio para su esposo.

-¿Esta algo mal con tu comida? -. Le pregunto en un tono bajo a la mujer.

-No, creo que he pescado un resfriado-. Miente, pues evidentemente su cuerpo está débil a causa del asco de la situación que vio anteriormente. Daeho la ignoro, pues algo llamo su atención y fue su hermano siendo obvio al mostrar su interés por ese pequeño omega.

-Hoseok-. Daeho decidió hablar para así llamar también la atención de su hermano. -¿Has hecho los preparativos para ir a Japón ya? -. Bien, Busan les había ayudado a expandirse un poco más en cuanto al mercado textil se tratase, por lo mismo el alfa líder debía ir a cerrar un contrato.

Cuando te vea (YOONMIN)omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora