Al día siguiente Jimin fue el primero en despertar, se estaba acostumbrando a dormir un poco más, quizás no era una gran diferencia, pero por lo menos media hora les había agregado a sus horas de sueño.
Bajo a la cocina con la intención de preparar los desayunos de Yoongi y los dos adolescentes, además de sus respectivos almuerzos, claro, que, al entrar en esta, una tenue luz iluminaba ya el lugar.
- Buenos días-. Jimin sintió su garganta cerrarse, pero fingió que aquella mirada sobre su cuerpo no le aterraba en lo más mínimo.
- Buenos días-. Saludo con una pequeña reverencia.
-¿Trabajas aquí? -. Le pregunto aquel hombre cuarentón, de belleza exorbitante.
-Sí señor, soy el cuidador del joven Min Yoongi-.
-Ah, ¿su omega? -. Jimin asintió, era obvio que Youngsoo lo sabría, ese hombre estaba enterado siempre de todo. -Suertudo-. Escucho el susurro y trato de evitar el asco al sentir la mirada deseosa que este le lanzo.
-¿Desea que le prepare algo?--Lo odiaba, aborrecía a ese hombre incluso más que a Daeho, pero con tal de que se marchara dejándole en paz, fingiría amabilidad.
-Eso sería fantástico-. Dice el beta. -Intente preparar café, ¿pero adivina qué? -. Pregunta mostrando una brillante sonrisa, que si Jimin no estuviese enterado de las atrocidades que podría cometer, juraría que el hombre era un buen ser. -Me ha salido horrible, demasiado dulce para mi gusto -.
-Descuide, intentaré hacer mi mejor esfuerzo-. Jimin se abre paso entre los muebles para llegar a la cafetera, siendo sincero agradece ver el café allí, pues sería extraño para Youngsoo el verle abrir botes para ver que es, cuando estos tienen todos sus nombres marcados en los recipientes.
Se sintió observado, y claro que lo estaba siendo, Jimin era un chico bello, con un tipo de belleza cautivante ante cualquier género o raza, por lo mismo, algo pésimo sucedió ese día, las ganas de Youngsoo por tener algo que no le pertenecía.
-Supe que saliste con mi sobrino en la universidad-. Le habla el hombre, Jimin mantiene sus ojos en el artefacto del café.
-Así es señor-. Se limita a decir.
-No veo alguna marca en ti? ¿Te marco? -. Jimin intimidado sube el cuello de su camisa sintiéndose desprotegido.
-No señor-.
-Realmente un imbécil-. Dice mientras va hasta la isla de la cocina, sentándose allí, para poder quedar lo suficientemente cerca de Jimin. -Dejar ir alguien tan bello-. Jimin no responde nada, él solo ruega porque el café termine de hacerse pronto y pueda marcharse, esta incómodo y como no sentirse de tal manera si los ojos de Youngsoo no dejaban de viajar por todo su cuerpo, deteniéndose en el bien que el trasero le Lucía en aquel pantalón de chándal. -¿Jimin no es así? -. Le pregunta.
-Si señor-.
-Si mi sobrino te lástima no dudes en acudir a mí, voy ayudarte-. Jimin asiente, pensando que en el último que recurría sería aquel demonio con cara celestial, porque si, aquel hombre realmente era atractivo.
Cuando el café estuvo listo Jimin no tardo en ponerlo frente al hombre, que lo tomo con una amable mueca en su rostro. -Me marchare ahora-. Le dice Youngsoo. -Y sé que sólo te compete Yoongi, pero si puedo tener otro de estos-. Dice levantando la taza de café humeante. -Seré realmente feliz-.
-Así será señor-. Jimin le ve alejarse, siente su pecho relajarse y esfumar el abismo en la boca de su estómago, estaba aterrado y se alegra de haber sobrevivido a ese encuentro.
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Cuando te vea (YOONMIN)omegaverse
Fiksi PenggemarPark Jimin es un chico que nunca tuvo nada, que desde muy joven comprendió lo rudo que puede tratarte la vida, aun así, nunca se rindió, y ahora, con la idea de curar a su hermano menor de aquella tormentosa enfermedad, decide buscar un empleo mejor...