Capítulo 34

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Jimin mantenía su mirada fija en aquel hombre, quien parecía muy atento a sus acciones, le estaba incomodando, pero no sabía que hacer ene se momento.

—¿Demoraras mucho? —. Pregunta Yoongi, quien se encuentra en aquella silla frente a Youngsoo, quien parece enfrascado en comer el plato de fruta picada, pero que en realidad mantiene la mirada lasciva en Jimin.

—Ya casi esta—. Le dice al alfa, refiriéndose al café que se encuentra preparando.

—Date prisa—. Apura. —El ambiente realmente es tan simple y desagradable —. Youngsoo deja los cubiertos al comprender que la ofensa va para él.

Yoongi, aunque ni le ve, mantiene su rostro en la dirección que considera en donde se encuentra su tío. El alfa está cansado, si bien Youngsoo no tiene algún aroma, o no demuestra sus acciones mediante feromonas perceptible para su nariz, la clara incomodidad en Jimin, el sentimiento que puede percibir en su esposo, ese en el que se siente una pequeña presa, aquello si deja a Youngsoo al descubierto, y hace imaginar a Yoongi las basuras que deben de estar pasado por la cabeza de aquel hombre, la forma irrespetuosa en la que debe de estar soñando con Jimin le produce nauseas, y ganas de acabarlo, pero prefiere sólo ignorarle, ahora mismo es lo mejor que puede hacer.

Cuando Jimin pone las tazas de bebida humeante sobre la mesa, Youngsoo observa confundido, pues una de esas es dejada a su lado.

—Vamos hyung —. Ayuda Jimin a poner en pie al alfa, para dejar así la habitación.

Youngsoo observa a los dos jóvenes dejarle solo, mientras toma con delicadeza aquella taza, sonriendo un poco al sentir el aroma del café entrar en su interior para de alguna forma tranquilizarlo.

Es el ese momento, que, al dejar la taza de nuevo sobre la madera, un recuerdo llega a su mente...

...—Gracias—. Responde aquel chico, de cabello oscuro y ojos brillantes ala ver la taza de café sobre la mesa de madera en aquella biblioteca. —Hoy luces muy bien—.

—¿Supongo que debo decirte gracias también? —.

Un beso me gustaría más Suhyun—. La chica sonríe tomando lugar frente a Daeho, un joven tan diferente, tan alegre y sin odio en su interior.

—Aquí no—. Le susurra la chica. —Aún debo estudiar—.

—¿No es muy exigente que un omega deba estudiar leyes? —. La chica le mira seria por unos segundos.

—¿Estas subestimando mis capacidades nuevamente? —.

—No—- Responde nervioso. —Yo sólo... sólo hablaba—.

—Luce lindo cuando me apoyas, no cuando hablas como tu padre—.

—No me compares con papá—.

—Bien, entonces no luzcas como él. Alfa, beta, omega, Da igual ¿no? —.

—Da igual—...

Daeho apretó sus puños ante el recuerdo de aquellas palabras. —Pequeña mentirosa—. Susurro. —¿Da igual? Y me dejaste por ese alfa mediocre—. Es el sonido de la porcelana rompiéndose lo que parece hacerle volver en sí, en aquel ser tan oscuro y bastante enojado con la vida, con la luna, con todo el mundo.























...

El ambiente del lugar se sentía pesado, como si a cada persona en aquella mesa el respirar del prójimo le molestase. Daeho dio un ligero mirar a cada persona, encontrando miembros que no deseaba allí, pero que por obligación debía soportarlos.

Cuando te vea (YOONMIN)omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora