Capitulo 11 Parte 1

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Allen y Yuuto realmente no sabían que decir ante lo que sus ojos estaban presenciando, era tan parecido a lo que les estaba pasando hace unos minutos, pero con un contexto muy diferente. Un chico que al parecer es del mismo año, estaba dando todo de si para es capar de las manos de un gran grupo de chicas, algo que les llamó la atención a ambos príncipes de la academia, es la ropa que estaban usando ese grupo de chicas, para Yuuto le fue fácil reconocerla debido que sabe muy bien del club que deben de pertenecer, pero para el peli blanco se extraño al verlas usar esa ropa en la escuela. Dichas jóvenes llevan puesto una chaqueta de algodón pesado, y una falda pantalón con 7 pliegues, dos en la espalda y cinco en la zona delantera, ropa que Allen ni tenia idea que eran exactamente, solo encontrándole parecido a la ropa tradicional japones el "Kimono", aparte que todas estaban sujetando en sus manos una espada de bambú.

Yuuto sabe que esa ropa solo la usa el club de Kendo, aunque no sabia que en estas horas el club de kendo tiene actividades, Allen quien apenas sabia que los clubes existen en las escuelas, ya que eso le dijo el mismo Maou mas fuerte, extrañamente también estaba sujetando ese libro con una extraña portada cuando se lo dijo. Cuando vieron al chico seguir corriendo como si su vida dependiera de eso, descartaron la idea que estaba siendo perseguido por la misma razón que ellos, y al ver las expresiones de gran ira y furia de las jóvenes comprendieron mejor la situación. Por lo que Yuuto pensaba que este seria el castigo que se merecía por hacer lo que sea que haya hecho mal, pero para Allen que igualmente comprendió la situación, no creía que esas chicas se iban a contener, todo lo contrario, cada vez se veían mas furiosas y sujetaban con mas fuerte ese palo de bambú.

Las chicas comenzaron a gritarle que se detuviera, además de insultarlo de diferentes maneras entre una de ellas estaba la mas que se repetía era "pervertido". Con esto incluso Yuuto se comenzó a preocupar por la salud del pobre chico de cabello castaño, Allen sin pensarlo más tiempo se levantó del césped y corrió a toda velocidad en dirección donde el chico estaba huyendo. Yuuto se sorprendió que su nuevo amigo no dudara en ir en su ayuda, al ver dicha acción lo convenció de también ir en su ayuda, lanzándose a correr a la par de su amigo Allen. Corrían tan rápido que, si un profesor de educación física los viera, tendría sus ojos brillando de alegría al ver como el récord de velocidad de esta Academia era roto tan fácilmente, por estos alumnos de primer año, por suerte nadie los estaba mirando, sino tal vez incluso serian buscados por varios clubes de deporte.

El pobre pervertido que estaba corriendo, ya había llegado a su límite desde hace unos minutos, su fuerte deseo de permanecer con vida le ayudaba seguir corriendo, o por lo menos eso fue hasta que sus piernas se doblaran por el gran cansancio, ante esto el chico cayo fuertemente de cara al suelo, aunque debería estar agradecido que el césped redujo un poco el dolor del golpe. Las chicas no se compadecieron del pobre peli castaño, al contrario sonrieron sádicamente al ver como su presa había caído.

La joven que estaba mas adelante liderando el grupo, fue quien se propuso dar el el primer golpe, sujeto con gran fuerza el mango de su espada de bambú y la alzo preparando un fuerte golpe, sin piedad al ver como apenas el chico apenas se levanto su cabeza, viendo como esta espada de bambú impactaría en su rostros. -Toma esto- Sentencio con un tono tan serio como el de ultratumba, con una expresión tan seria que realmente parecía que estaba dispuesta a romperle el cráneo, como una reina del hielo.

-¡Crash! Un fuerte ruido se escucho por todo el lugar, Issei quien apenas se había dado cuenta que sería golpeado, se cubrió el rostro con ambos brazos, pero nunca sintió el golpe, por lo que bajo ambos brazos y miro la razón del porque no fue golpeado, encontrándose en la situación más extraña de su vida.

-...¿Eh?- La chica dijo cambiando su tono de voz sereno y frió, a uno de gran sorpresa, apenas dándose cuenta que su espada de bambú fue detenida por alguien más, mirando el responsable de tal acción, analizando las posibles habilidades físicas que pueda tener, su rostro sin expresión y mirada tan fría que congelaría a cualquiera, se alteró por una leve sonrisa que se dibujó en su rostro, sus ojos inexpresivos brillaron con gran intensidad, como si un depredador hubiera encontrado su presa.

Un Contrato Entre un Humano y un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora