Lena se despertó sudando; había soñado que tenía una hija. La niña era rubia y corría hacia ella con los brazos extendidos. No necesitaba un intérprete del sueño para descifrarlo.
Kara.
Se dio la vuelta y sacó su teléfono de la mesita de noche, levantando la foto de ella y Kara que habían tomado en el festival. Una de las muchas que habían tomado después de beber demasiado vino, pero esta era la foto que Lena había visto una y otra vez. En la que la sonrisa de Kara y su espíritu saltaban de la pantalla. Estaba bastante segura de que la hija de Kara era tan linda como su madre.
En el sueño, Lena había recogido a la niña en sus brazos y la había besado. Nunca le había hecho eso a un niño en su vida. ¿Sam tenía razón? ¿Lena podría tener algo que ofrecer a los niños si les daba una oportunidad?
Siempre había asumido que su terrible infancia significaba que sería una pesadilla con los niños. ¿Pero era verdad? ¿Podría ser que solo tenía que intentarlo con niños y tal vez podría sorprenderse a sí misma?
Ella cerró los ojos y se imaginó a su abuela delante de ella. ¿Qué diría ella?
–Fuiste niña una vez, lo sabes. ¿Y qué hubiera pasado si no hubiera querido tener nada que ver contigo?– Eso nunca hubiera sucedido, pero su abuela tenía razón. Ella tampoco había terminado. –Juega con un niño y tendrás un amigo para toda la vida. Nadie olvida quién juega con ellos cuando eran pequeños.
Había pensado que era feliz de esa manera, sin niños, pero conocer a Kara la había hecho cuestionar eso. ¿Cómo había sucedido eso en tan poco tiempo? Ella y Kara habían pasado menos de 12 horas en compañía de la otra. Doce horas. ¿Era realmente suficiente para reevaluar lo que siempre pensaste, las reglas por las que viviste tu vida?
El hecho era que no podía dejar de pensar en Kara, y pensar en la futura cita con Helena hizo que su estómago se revolviera de ansiedad.
Lena tenía que salir de esta cita, ¿no? Pero primero, tenía que impresionar a Helena con su destreza publicitaria y luego decepcionarla suavemente. Eso requeriría todas las habilidades de relaciones públicas de Lena. Su vida no era normalmente tan complicada, pero habían pasado cosas extrañas desde que conoció a Kara.
Kara había desbloqueado una parte del Lena que había mantenido bajo estrictas órdenes de no mostrar. Pero ahora el genio estaba fuera de la botella, y no podía volver a meterlo por mucho que lo intentara. Ahora una cosa estaba clara. Aunque Kara tuviera una hija, Lena quería volver a verla. Ahora, solo tenía que entrar en acción.
Lo que era más apremiante era su necesidad de levantarse de la cama y ponerse a trabajar. La competencia de chocolate para untar estaba en su apogeo, con todo el país hablando de ello y las redes sociales enloqueciendo. Ya se habían encontrado dos de los discos faltantes, y estaban esperando a que se reclamaran los cuatro últimos antes de poder acostarse con ese triunfo de relaciones públicas.
Si tan solo la vida personal de Lena pudiera resolverse tan fácilmente.
* *
–¡La tercera y cuarta personas han reclamado sus premios! Hasta ahora, nadie ha muerto o cortado una mano. Trabajo casi terminado–. Andrea caminó hacia su escritorio, desabrochando los dos botónes superiores de su camisa. Lo había estado haciendo y deshaciéndolo todo el día, sin decidir qué aspecto le gustaba más.
Lena levantó la mano y chocó los cinco, sus palmas se conectaron con un golpe satisfactorio.
–El desastre de relaciones públicas se convirtió en un triunfo de relaciones públicas–. Andrea agregó.
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Vorfreude •SuperCorp• au
FanfictionLa fotógrafa Kara Danvers está lista para volver al juego de citas ahora que su hija, Eliza (Izzy), se acerca a su segundo cumpleaños. Ha pasado mucho tiempo desde que ha estado en una relación, y está buscando una mujer especial que la ame a ella y...