#16

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Lena llevaba un traje nuevo que había comprado en una boutique independiente. Lo había estado observando por un tiempo y había estado sopesando los pros y los contras. Pero ahora sabía que tenía que impresionar a la genial y sofisticada Veronica, así como a la aguda y adaptada Helena, había decidido mejorar su juego.

Cuando entró en la cocina de su piso compartido, Sam levantó la vista de su teléfono y su plato de comida. Luego hizo una doble toma.

Fue entonces cuando Lena estaba segura de haber acertado con esto.

–Emm, hola, señora vestida para matar–. Sam la miró fijamente. Luego se puso de pie, rodeando a Lena, queriendo una vista desde todos los ángulos. –¿De dónde ha surgido esta diosa magníficamente vestida?

Lena sintió que sus mejillas ardían bajo la intensa mirada de Sam. –Lo obtuve ayer de esa boutique en el camino. A la que siempre nos quedamos boquiabiertas, pero nunca entramos.

Ella y Samantha habían hecho eso bastantes veces. 

–¿Entraste?

–Eso es generalmente lo que tienes que hacer cuando quieres comprar algo.

–No puedo creer que hayas entrado sin mí. ¡Esa es nuestra tienda!

Lena sacudió la cabeza. –Todavía puede ser nuestra tienda–. Hizo una pausa y se dirigió al fregadero para servirse un vaso de agua. No quería arriesgar a mancharse en este atuendo.  Se había asegurado de cepillarse los dientes y maquillarse antes de vestirse. –Sin embargo, fueron encantadores allí. ¿Y recuerdas esto? Tocó la solapa de su traje a azul marino

–¡Por supuesto! Se ve aún mejor–. Sam sacudió la cabeza. –Lo estaré tomando prestado para mi próxima reunión de poder.

–¿Tienes reuniones de poder?

–Me aseguraré de tenerlas ahora–. Sam inclinó la cabeza. –Entonces, ¿para quién o para qué sirve esto?

–Es para la reunión con Helena. Necesito dejar una impresión en ella y Veronica para este proyecto, y espero que esto lo haga–. Lena se subió el cuello de su camisa, también azul marino. –¿Crees que la camisa está bien? ¿No demasiado?– También se había probado el blanco y el rosa, pero se había conformado con el azul. La mujer de la tienda le había dicho que complementaba bien, y en ese momento, Lena había quedado tan impresionada con el aspecto de todo, que había aceptado comprar cualquier cosa. 

–La camisa se ve bien–. Sam le levantó el pulgar. –Si no tienes éxito hoy en este atuendo, no hay esperanza para nadie.

–Espero que estés bien.

Sam hizo una pausa. –Pero este atuendo también funciona a la inversa, también. ¿Cómo vas a manejar la Helena? Porque odio decírtelo, pero te ves sexy–. Sam agitó una mano arriba y abajo de Lena, por si tenía alguna duda de lo que estaba hablando. –Este atuendo te puede otorgar el contrato, pero no va a enfriar el deseo de Helena de salir contigo

Lena hizo una mueca. –¿Por qué la vida es tan dura?

Sam le dio una cara que solo una amiga cercana podía dar. –¿Porque lo haces difícil?

–Cállate.

La verdad era que Lena se había estado posponiendo pensar en decepcionar a Helena. Primero tenía que pasar por la reunión. Entonces, ella trataría con Helena personalmente. Era aún más imperativo porque ella había dicho sí a otra cita con Kara. Aunque con todos sus compromisos de trabajo esta semana y el apretado horario de fin de semana de Kara, aún no habían logrado una cita. Lena estuvo de acuerdo con eso. Ella solo podía lidiar con una gran cosa a la vez. Una vez que esta reunión y  Helena estuvieran fuera del camino, ella planeó prestar toda su atención a Kara.

Vorfreude •SuperCorp• auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora