Kara respiró hondo y llamó a la puerta roja de Lena. Esto era todo, ¿no? La noche para avanzar. Habían estado bailando la una alrededor de la otra durante tanto tiempo, haciendo demasiados comienzos falsos. Pero ahora, ella estaba para la cena que Lena iba a preparar, y el final de esta noche no parecía dudar.
Izzy se estaba quedando con sus abuelos. Si todo saliera bien, Kara no estaría en casa esta noche. No había estado desnuda con nadie desde que estaba embarazada de tres meses. ¿Cómo reaccionaría Lena a eso?
Ella no iba a pensar en eso todavía. Primero, tenían una comida para comer.
Cando Lena abrió la puerta momentos después, Kara trató de bloquear la idea de presionar a Lena contra la pared del pasillo y besar sus labios, pero Lena no lo estaba haciendo fácil. Con su falda ajustada y su camisa azul de manga corta, se presentaba como la candidata ideal para los planes de Kara.
Lena recorrió con la mirada a Kara, antes de que se posara en su rostro. Sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas mientras se inclinaba hacia adelante, tomando la mano de Kara entre las suyas, antes de plantar un beso en sus labios. Un breve beso, pero ayudó a poner una letra mayúscula en este momento de reconexión a domicilio. Lena la atrajo hacia adentro, una vacilación en sus pasos, una oscuridad en sus ojos normalmente verdes.
La química se arremolinaba entre ellas, rozando la piel de Kara y atravesando su cuerpo. La atrajo, la atraía hacia Lena. La fuente de su atracción era más que física, pero eso era todo lo que Kara podía ver. Ella aspiró el aroma de ajo, cebolla y tomate de la cocina. Pero ya no tenía hambre. De lo único que tenía hambre era de Lena. Había esperado lo suficiente.
Estaba a punto de decírselo a Lena justo cuando sintió algo rozar su pantorrilla. Miró hacia abajo para ver un pequeño gatito blanco y negro corriendo por el pasillo. Lena sonrió, tirando de Kara a la sala, antes de recoger a su mascota.
Una alarma se deslizó a través de Kara, porque sabía cómo era esto.
Esto no estaba en el guión de esta noche.
–Déjame presentarte a Dusty, llamada así por su inclinación por ser una aspiradora improvisada en nuestros pisos laminados–. Lena movió una de las patas de Dusty en dirección a Kara. –Dusty, conoce a Kara.
En respuesta, Kara se preparó, luego comenzó a estornudar. Una vez, dos veces, tres veces. –Lo siento–. Dijo y trató de recomponerse. –No mencionaste que tenías una gatita.
–Solo la recogí la semana pasada. Tiene diez semanas de edad–. Lena entrecerró los ojos. –¿No eres fanática de los gatos?
Kara hizo una mueca, antes de estornudar de nuevo. –Soy alérgica, como probablemente puedas notar. Teníamos un gato cuando crecía, pero mi cuerpo ya no está acostumbrado a ellos. Entonces, aunque me gustan, mi cuerpo tiene otras ideas–. Miró a su alrededor, con los ojos llenos de lágrimas. –¿Tienes un pañuelo?
Lena frunció el ceño, puso a Dusty en el suelo y agarró un puñado de pañuelos. –Esto va a ser un problema, ¿no?– Puso sus manos sobre la cintura de Kara mientras se limpiaba los ojos. –Y ahora también vas a untar tu maquillaje cuidadosamente hecho.
–¿Lo viste cuando entré? Porque pasé mucho tiempo en eso–. Kara se alegró de poder oler los deliciosos aromas que rodeaban el piso, porque no podía ver nada. Sus ojos eran solo un río de lágrimas inducidas por gatos.
–Lo hice. Y es precioso–. Lena hizo una pausa. –Está bien, este es el universo que nos lanza otra bola curva. Tenía grandes planes para esta noche. Te iba a sorprender con mis habilidades culinarias, luego te sorprendería en el dormitorio. Pero no podemos hacer eso si eres un desastre de estornudos–. Se se aclaró la garganta. –Y ahora realmente no debería tocarte porque he estado sosteniendo a Dusty–. Dijo y apartó las manos de Kara.
Kara extrañó el contacto tan pronto como se fue. –Está bien. Si tienes pastillas para la alergia, podría tomarlas y espero que se solucione–. Todavía le tomaría un tiempo a su cuerpo aclimatarse, e incluso entonces, podría no funcionar. La lujuria dentro de ella ahora estaba golpeando sus pies. Exhaló, poniendo sus manos en sus caderas.
Lena levantó una ceja. –Tengo una idea. ¿Qué pasa si conseguimos un taxi y vamos a tu casa? ¿Dijiste que Izzy estaba con tus padres?
Kara asintió, parpadeando para quitarse las lágrimas. –¿No necesitas quedarte aquí con Dusty?
Lena frunció el ceño nuevamente.
–Déjame enviar un mensaje de texto a Sam. Ella debería estar en casa pronto ¿Qué opinas?–. Lena la miraba fijamente a los ojos, la concentración arrugaba su rostro.Kara vaciló. ¿Había cambiado las sábanas recientemente? ¿Había dejado algo incriminatorio por ahí? No tenía idea. –Si queremos salvar esta noche, diría que tomar un taxi hasta la mía podría ser la única opción disponible–. Kara arrugó la frente mientras las lágrimas aún caían. –Siempre y cuando ignores las cosas que cubren el piso, incluidos los juguetes y la ropa.
Lena se rió entre dientes. –Mientras la ropa en el piso incluya la que llevas puesta en algún momento de esta noche, no me importa mucho qué más hay.
Esa frase fue todo lo que Kara necesitaba escuchar. –En ese caso, empaca la comida y vámonos.
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Vorfreude •SuperCorp• au
FanfictionLa fotógrafa Kara Danvers está lista para volver al juego de citas ahora que su hija, Eliza (Izzy), se acerca a su segundo cumpleaños. Ha pasado mucho tiempo desde que ha estado en una relación, y está buscando una mujer especial que la ame a ella y...