Vorfreude •SuperCorp• au

Epílogo

El siguiente febrero

–¿Pensé que estaba destinada a ser la nerviosa?– Lena se sentó en el frente, mirando a la derecha cuando habló. Estaba vestida con el mismo vestido cuando se presentaron formalmente en aquella boda. Cuando se lo puso antes, Kara se lo quitó con la misma rapidez. Ahora, Kara no se sentía tan relajada, sus dedos agarrando el asiento de cuero blanco.

Ella le dio a Lena una sonrisa tensa. –Lo sé, solo deja de mirarme–. Esta era la primera foto familiar de Lena. Sin embargo, de alguna manera, Kara era la que tenía el interior lleno de nervios, cada músculo que poseía le temblaba. Y no estaba muy segura de por qué. Después de todo, su familia amaba a Lena.

En la parte de atrás, Izzy estaba sujeta a su asiento, forzando el cuello al ver a un perro. Kara estaba luchando actualmente la batalla de conseguir uno para ellas.

–¡Perrito, mamá!

Kara miró a su hija por el espejo retrovisor. –Sí cariño.

Kara golpeó con los dedos el volante mientras el tráfico volvía a disminuir. Ella no quería llegar tarde por segundo año consecutivo.

Captó la mirada de Lena y la siguió hasta el volante. –¿A qué estás mirando?

–Tus dedos–, respondió Lena. –No puedo evitarlo. Mi mente todavía está estancada en esta mañana y lo que me hicieron. Debajo de todo este maquillaje, me estoy sonrojando.

Kara levantó una ceja y le dedicó una sonrisa. –Estuve bastante bien, te lo daré. Pero suficiente conversación sexual con Izzy en el auto. No queremos que recoja nada que pueda repetirle a mi madre, ¿verdad?

Lena extendió sus manos sobre sus muslos, sus piernas subían y bajaban al ritmo de la música en la radio. –¿Hay algo que necesite saber hoy? 

Kara apretó los frenos cuando se detuvieron en algunos semáforos, dándose la vuelta para ver a su hija. Sus ojos se estaban cerrando. Típico. –¡Oye, no te duermas, Izzy! Tenemos que estar despiertas para la fotografía, ¿recuerdas que mamá te lo dijo?

Izzy abrió los ojos. –¡Perrito!– dijo, señalando a un Boston Terrier que actualmente esperaba para cruzar la calle.

Kara volvió su atención a Lena. –Todo lo que necesitas hacer es ser tú misma y sonreír cuando Martha lo diga. Eso es. No podría ser más simple–. Pero Kara sabía que era más grande que eso. –Solo sé tu misma. Informal pero genial. Eres buena en eso. Eres la primera pareja que he tenido en una foto, no es gran cosa–. Ella comenzó a tamborilear sus dedos nuevamente.

–Prometo no maldecir o avergonzarte, ¿de acuerdo?

Kara puso su mano sobre la de Lena.

–Más que bien. Mil veces está bien–. Exhaló, la emoción burbujeando en ella. –Hoy solo significa mucho. Siempre he sido yo, ¿sabes? Y ahora estás aquí. Sinceramente, no podría estar más feliz, pero me siento un poco emocional. Pero no nos demoremos en eso, porque no quiero llorar y tener ojos de panda para la foto. No por segundo año consecutivo.

Lena sacudió la cabeza. –No, no lo harás. Pensemos en algo opuesto a los ojos de panda–. Se giró hacia Izzy. –¿Qué es lo contrario de los ojos de panda, Izzy?

La hija de Kara ladeó la cabeza. –¡Ojos de gato!– ella respondió.

Lena se volvió hacia Kara. –Ahí tienes. De la boca de una niñas de dos años.

Kara se echó a reír cuando entró en el aparcamiento del estudio. Por primera vez, tuvo la sensación de que hoy iba a ser bueno.

* *

–Te ves desanimada. ¿Qué estabas haciendo anoche?

Alex sacudió la cabeza y enterró la cara en el hombro de su esposa. –No preguntes. Alguien que permanecerá sin nombre decidió que sería una buena idea beber whisky.

Kara hizo una mueca. –¿Alguna vez es una buena idea beber whisky?

–He tratado de ocultarlo. ¿Ha funcionado?

–Puedes engañar a mamá, pero no me engañarás.

–Al menos me veo mejor que tú en el año pasado. ¿Recuerdas? Fuiste un desastre gracias a ese trabajo con gatos.

–No me lo recuerdes.

Los padres de Kara se acercaron, besando a Kara y Lena. –Encantada de verlas a los dos. ¡Y a mi hermosa nieta, por supuesto!– Eliza recogió a Izzy. –¿Qué has hecho hoy?

–¡Perrito!– Izzy pasó un brazo por los hombros de su abuela.

Su madre le lanzó una mirada a Kara. –¿Tienen un perro?

Kara sacudió la cabeza. –A Izzy le encantaría uno, pero es su palabra favorita actual. La semana pasada fue cacerola, así que espero que esta también pase.

Eliza se echó a reír. –Y te ves maravillosa, Lena. 

Lena se sonrojó. –Gracias. Te ves preciosa también.

El corazón de Kara se relajo y sus nervios se calmaron. Nunca debería haber dudado de que su familia o Lena no podrían manejar la situación. Juntas, eran un equipo formidable.

–Bien, voy a ver si Martha está lista, y luego podemos comenzar. He reservado el bar como de costumbre, así que ¿Están bien para venir después?

Kara asintió, mirando a Lena. –Sí, como siempre.

Su madre se escapó, dejando a Izzy en el suelo. Kara se inclinó para besar a Lena. –Creo que mi madre te ama. Ella no es la única.

Momentos después, Martha estaba aplaudiendo, agitándolas hacia el lugar frente a toda la iluminación.

–Tiempo de la funcion–. Kara le dio a Lena una sonrisa, luego tomó su mano. –¿Estás lista para venir y ser inmortalizada en la foto familiar de los Danvers? Porque una vez que estás dentro, es difícil escapar. Pregúntale a Maggie.

Lena le dio una sonrisa. –Parece que tendré que quedarme entonces, ¿no?– Ella bajó la mirada. –¿Qué piensas, Izzy? ¿Quieres que me quede?

Izzy levantó la vista con sus grandes ojos azules, antes de poner su mano en la de Lena.

El corazón de Kara se derritió. –Parece que eres un éxito con todas las mujeres Danvers.

Lena apretó la mano de Kara. –Suerte la mía.

Martha hizo unas indicaciones sacandolas de su charla mientras acomodaba al resto de su familia para poder tomar la foto. Cuando Alex pudo organizar a sus niños dio la indicación final.

–A mi cuenta, mírenme con sus mejores y enormes sonrisas  y digan: ¡San Valentín!– Martha levantó una mano. –¡Tres, dos, uno!. 

Kara hizo dio un vistazo a toda su familia deteniéndose en Lena que sostenía a una Izzy sonriente en sus brazos y les dio a ambas su mejor sonrisa.

La cámara hizo clic.

–¡San Valentín!