Confesión sin decirla.

31 0 0
                                    


¿Cómo te hago saber que te extraño si no puedo decírtelo? Si cada vez que se me quiere salir una palabra de la boca sobre lo que siento por ti, me tengo que morder la lengua y aguantarme. Quedármelo para mí porque ya no puedo confesarte cómo me haces sentir.
¿Cómo te hago saber que te extraño? Si parecemos dos desconocidos que nunca cruzaron ni miradas, ni palabras entregando nuestra parte más débil y nuestra, ni risas, ni roces sobre la piel, ni noches de desvelos donde solo nos alumbraba una luz tenue, desnudos en la cama, escuchando nuestros suspiros, risas y corazones latir por el otro.

Te quiero decir que te extraño, sí, pero no debo. Entonces, me hago creer que tampoco puedo y que no es posible.

Mi mente me juega sucio otra vez. Me dice que no me extrañas y luego lo conecto con tu actitud indiferente hacia mí, que trata de alejarse, y me lo creo. Me vuelven las inseguridades de no ser suficiente y ser fácil de olvidar. ¿O es que nunca sentiste todo lo que me decías?
De pronto, recuerdo de nuevo tus caricias y el brillo que reflejaban tus ojos cuando me mirabas... lo nervioso que te ponías a veces cuando estábamos juntos, todo el cariño que me dabas, y tus maneras no tan secretas de observarme mientras dormía. Y me confundo entre tantas ideas porque quiero que me extrañes, que sea cierto, pero jamás lo voy a saber.

Entonces, el tiempo vuelve a pasar lento.
Tan lento que duele.
Tan lento que siento un puñal en el corazón a cada segundo, cada vez más adentro, recordándome tu partida.
Y todos mis sueños y todos mis planes contigo se volvieron nada.
Polvo.
Como tú y como yo.
El nudo en la garganta persiste. Te quiero. Te quiero conmigo. Sí, amor de mi vida... ojalá hubiésemos bailado para siempre.

Diario mágicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora