Creo fielmente que nada de lo que sucede es coincidencia.
Todo tiene un valor mucho más profundo y sagrado en el que estamos interconectados, y que podemos sentir cuando entramos conscientemente en esa conexión. Creyendo y creando.Descubrí hoy muchas cosas y es agradable empezar a notar, en el día a día, que todo lo que uno aprende y disfruta se da en grandes cantidades, solo que nos hemos acostumbrado a no prestarle tanta atención, a no celebrar su valor, a darlo por hecho. Y, gran error, porque cuando no están, son una de las primeras cosas que notamos y que sentimos que nos hace falta.
Hoy descubrí, con total claridad, mis ganas incontrolables de amarme a mí misma en todos los sentidos. Y amarme implica muchas cosas, pero creo que la que más me resulta mágica es algo tan simple que parece no ser tan importante, y, al contrario, lo es totalmente.
Conocerme. Y es que, sin conocerme, no puedo amarme.
Fue justo en ese momento, hoy, de manera más explícita, en que entendí todo: entendí que no me servía de nada decir a palabras sueltas que me quería, si al día siguiente volvía a caer en la misma rueda de negación, de destrucción, de inseguridad, de autosabotaje, de negatividad. Y creo que más allá de la mente y de las creencias adquiridas de hace mucho tiempo atrás, está también mi falta de conocimiento sobre mí misma, porque si me conociera realmente, entendiera el poder de cada parte que está dentro de mí y no dudaría ni un solo segundo sobre lo que soy.
Sobre lo que puedo hacer.
Sobre lo que puedo dar.
Sobre la magia que está impregnada en cada célula, en cada pieza.
S-e-r total libertad, total amor, total pureza, total magia. S-e-r completa, sentir sin miedo, hablar en amor, actuar en paz.
Así que hoy, en palabras dispersas y sin un motivo tan gigante, suelto mis pensamientos con el ánimo de celebrarme y celebrar mi entendimiento, que paso a paso se va moldeando y materializando sobre una base cada vez más firme, más fuerte y más duradera.
Hoy, en palabras dispersas y sin importar mucho qué puedan pensar de mí, me prometo a mí misma lealtad y atención: esa que desde hace mucho mi cuerpo me pide a gritos y que he ignorado por miedo a atenderla como es debido.
Hoy, en palabras dispersas y desde el amor del corazón, expreso mi felicidad, que casi no me cabe en el pecho, porque es un paso gigantesco para mí. Incluso si parece pequeño a quien me lee. Es inmenso; algo que mi yo de hace cinco o seis meses atrás no hubiese siquiera podido imaginar como posible.
Hoy le digo que sí, que hay posibilidades infinitas, y que voy bien.
Voy integrándome y conectándome. Fusionándome con el todo y permitiéndome sentir y entenderme.
Y así, el amor propio que antes se me hacía incómodo y hasta egocéntrico, ahora lo encuentro totalmente mágico e inexplicable con palabras, pero justo y necesario para lo que siento.
Totalmente expansivo y en crecimiento.
Eterno.—Silvia R.
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Diario mágico
PuisiUn poco de mí. De mis días, de lo que siento, de lo que vivo. Un poco de lo que soy. Para ti.