Nine; Drunk

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Esa tela amarilla, hecha de seda y brillante siempre acompañó a Stuart desde su partida. Fue cuidado, lavado, doblado y usado hasta ahora. Tras diez años de pura estimación a esa tela, Stuart piensa en desecharla, pues sus sentimientos ya no son los mismos.

-Este pañuelo, me lo dio ella cuando cumplí once años. Más tarde me tuve que ir a América pero, ella me lo entregó de una manera tan dulce y especial que no olvido -Mira a Murdoc-. Es por ese recuerdo que detesto hacer esto, aunque sé que lo merece.

El dueño de casa deja de regar las plantas de su jardín y toma asiento a su lado. Luego del desayuno, Murdoc decidió llevarlo a su jardín personal para seguir la charla. Apenas habían intercambiado ideas, ya que la comida estaba tan buena que se concentraron mucho más en ella.

A Murdoc se le antoja algo de tabaco pero nada anuncia estar en sus bolsillos. Después será, se dice.
Masajeando sus cienes, se prepara para aclararle algunas cosas a Stuart:

-No puedes pensar en herirla así nada más. Alguna vez la amaste, ¿no? Es una mujer, y tú un hombre. ¿Dónde está tu caballería? -Stuart lo mira, aburrido.

-Eres alguien muy anticuado, ¿no?

-Que sea mayor no significa que lo sea -Cierra sus ojos, algo cansado, fingiendo haberse ofendido.

-N-no me refería a eso -Evita el impulso de preguntarle su edad y continúa-. Quise decir que no son sólo sus sentimientos, ¿los nuestros importan? No es justo que nosotros, los hombres, tengamos que pelear y ver por cuál se decide. No somos carne de res.

-¿Y? Sólo deja que alguien más se le acerque-Murdoc se oye fatigado y desinteresado, como si anoche no hubiera dormido.

-Eso planeo, ¡pero quisiera que comprenda que esto es una gran traición! ¿Tú no? -En cambio, Stuart suena energético, como si la energía de Niccals hubiera sido chupada por él.

-Ese pañuelo, ¿lo seguirás usando? -Lo señala. Evade lo de antes para tomarse su tiempo y pensar, aunque Pot no se da cuenta.

Con la mirada abierta, Harold baja la mirada a su propio pecho, donde el pañuelo amarillo reposa.

-N-no... ¡No! -exclama intentando quitárselo. Deshace el nudo que rodeaba su cuello y lo aleja de él.

-¿Qué harás con eso?

-¿Acaso lo quieres? -Murdoc niega-. ¡Pues lo lanzaré!

Niccals alza sus cansados párpados y observa atentamente a Stuart; se levanta de golpe y pone el pañuelo en su mano derecha. Toma impulso con su brazo y lo libera. La tela no va muy lejos, pero para Harold se siente como lo más liberador de su vida. El pañuelo yace en el suelo, desecho. Mientras su anterior sueño celebra esa ligera libertad que cree haber alcanzado.

-Buen tiro -Aplaude Murdoc.

-¡Lo sé! -confirma emocionado.

Stuart sigue con restos de su borrachera, actuando como imbécil y de forma impulsiva. Murdoc lo entendió hace rato. Y cómo no. Él mismo pasó ese estado tantas veces que reconocer uno era pan comido. Aunque le sorprende que el sueño tan pesado que tuvo, y el café, no hayan anulado ese comportamiento.

-Pero dime, ¿me darás una mano sí o no? -Vuelve a sentarse al lado de Murdoc.

-Déjame preguntarte qué tienes pensado para Emily -El razonamiento ebrio de Harold lo tiene con basta intriga.

-Algo de chantaje emocional. No lo he pensado mucho. ¡Se me ocurrió en tu baño! -La verdad que le daba gracia hablar con Stuart. Le traía recuerdos de cuando le tocaba hablar con familiares borrachos en las reuniones.

-Bueno, ambos podríamos rechazarla.

-Muy simple -Se echa para atrás y queda mirando el techo de madera del porche.

-¿Qué sugieres, entonces?

-Qué te parece... hmm... volverla loca con su decisión -Hace una pausa-. Hacerle ver lo mucho que nos odiamos y a los extremos que podemos alcanzar. Para que se sienta culpable. Pero, obviamente estará todo arreglado entre nosotros. Suena bien, ¿no?

-Muy elaborado... -Su actual cansancio no le permite imaginarse en algo requiriendo mucho más esfuerzo.

-¡Ohh, vamos! ¡No seas amargado! -Levantándose, le suplica a Murdoc seguir su idea.

-C-creo que si no me hubieras ofrecido este trato, estaría odiándote de una manera muy seria -Aleja las manos del peliazul de su rostro y lo mira, aceptando su propuesta.

-Já, chistoso. Ahora somos socios. ¡Boom!

Ebrio o no, Stuart le parece un chico muy especial, a su modo.

¡Boom, nena!

Ni siquiera le había puesto título y ya lo estaba publicando xD


❝Cliché❞ 2doc/StudocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora