Twenty two; Your lips

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Su primer beso se lo robó a Emily cuando eran niños. Fue algo muy bobo e infantil, pero los dos se sonrojaron y se sonrieron mutuamente cuando se separaron. Estaban en el jardín de los Pot, sentados sobre el césped.
Luego su mano fue tomada y la rubia besó su mejilla. Stuart se estremeció, y Emily se burló.

—Eres muy adorable —sinceró ella.

—¡E-eso debería decirlo yo! —reclamó él.

Para ese momento, ambos sabían que estaban enamorados, así que no hubo drama cuando Stuart arrebató ese primer toque de sus labios.

El segundo se lo dio una novia que tuvo en el colegio, en América. Fue bajo un árbol pero una nuez que cayó sobre su cabeza arruinó el momento. No duraron demasiado, porque Stuart no estaba del todo enamorado, él amaba a Emily. Se disculpó muchas veces con la chica.

Su tercer beso, el menos especial, fue el que una admiradora suya le quitó cuando se distrajo. Habían muchas chicas a su alredeor y ella tomó ventaja, las demás, indignadas, quisieron intentar lo mismo pero Stuart se subió a su caballo antes de que pasara, y se despidió.

El cuarto fue hace poco, una mujer había intentado seducirlo en la flota en la que venían, pero Harold escapó de ella, con mucho lápiz labial embarrado en sus labios.

El quinto, está sucediendo en este momento.

Murdoc no es su amor de la infancia, una novia, una admiradora o una mujer coqueta, es el hombre con el que tuvo la rivalidad más corta del mundo.

Él lo acercó a su cuerpo y antes de que pudiera comprender, acercó también su rostro.

Se inclinó un poco para atrás, doblando su cintura hacia abajo. Murdoc se sobrepuso en su pecho y lo rodeó con el brazo. Empezó a sentir cómo se le salía el sombrero de lugar, así que puso su mano para que no se cayera. Unos mechones de la frente se escaparon.

El azabache cerró los ojos y Stuart comprendió mientras veía su boca acercarse a la suya. No tuvo tiempo para reaccionar, pero lo hizo como si fuese un imán, porque se sintió atraído a Murdoc. Cerró igualmente sus ojos y con su mano tomó de la nuca a Niccals, hizo presión allí.

Se halla besando esos varoniles labios. Una de sus manos tiene la palma abierta, sobre el cabello carbón de Murdoc, y la otra reposa en su espalda.
Él también tiene una en la espalda, y otra más abajo, arrugando el nudo del moño de su vestido.

Sellan el espacio abierto de sus bocas, encastrando sus labios en un lento movimiento.

Es obvio que el de más experiencia es Murdoc, él ha besado a más de cuatro personas en toda su vida, aunque es la primera vez que lo intenta con un hombre.

¿Cómo podría explicar su felicidad? Las mejillas le arden y está maravillado con la suavidad de esos pequeños labios. Stuart actúa muy tímido, pero intenta seguirle el ritmo, eso encanta a Murdoc.

Emily. ¡Se ha olvidado de ella! Tal vez se ha pasado un poco, pero en realidad no sabe cuánto tiempo han estado así...

Con mucho dolor, se separa de la boca de Stuart y alza la cabeza.

...

Ella volvía del mercado, pensando en el delicioso pay que más tarde obtendría.

Mira su canasta algo melancólica, le han dado ganas de ir a visitar a Murdoc, y llevarle algo de fruta y pay. Sonríe ante el encuentro que se imagina. A pesar de haber actuado de una manera anormal esa noche junto a Stuart, olvida la situación y se dispone a mostrarle que está lista para ser una buena esposa.

Cruza la calle junto a Alice.

—¿Crees que podrías enseñarme a hacer estos pays? —pregunta a su amiga.

—¡Claro, señorita! —contesta.

Emily sonríe antes de doblar a la esquina, porque cuando lo hace, su sonrisa desaparece.

Reconoce la cabellera pelinegra de Murdoc y su ropa, pero no reconoce a la chica que se encuentra entre sus brazos.
Sus pupilas se contraen y se detiene totalmente. Alice se lleva las manos a la boca, atónita.

Pasan unos segundos así, hasta que Murdoc se separa de su amante.

Mira a Emily a los ojos, quien no tiene palabras. Ella sólo está concentrada en la desconocida a la que besaba Murdoc, tiene rasgos muy lindos; y no tarda en sentirse traicionada.

—Se-señorita —pronuncia Alice, rompiendo el incómodo silencio de cuatro.

Samantha se reincorpora y se coloca inmediatamente al lado de Niccals, escondiendo su rostro en su hombro. Está seguro de que su sombrero se ha movido, pero sin querer ha provocado una escena más comprometedora entre ambos.

—Murdoc... —dice con el tono quebrado.

—Emily, ya no te amo —sentencia como un duro eco—. Ahora mi corazón le pertece a ella, ¡ella será mi esposa! —Stuart escucha atónito el discurso hasta que el azabache toma su mano y la eleva, sacándolo de su escondite y mostrándolo ante la rubia.

¡Eso no estaba en el plan!

es normal que yo misma me emocione con lo que escribo? xd

❝Cliché❞ 2doc/StudocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora