Fourteen; You

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La puerta le es abierta por uno de sus criados y Stuart entra. Tiene la cabeza baja, porque no puede creer el fracaso del que acaba de regresar.
Tiene la capa de Murdoc con él, entre sus manos. Cuando bajó del caballo, el moreno le dijo que no se la quite hasta estar cerca de su hacienda, ya habría una ocasión en la que pueda devolvérsela. Con eso dicho, se fue cabalgando.

Harold tuvo que caminar unos metros hasta llegar, pero iba con el paso más lento que un caracol.

Se la pasó pensando todo el camino. Pensando si su plan funcionó, si Emily sintió culpa, o si habían metido la pata al dejarse llevar. La cara de la rubia fue tan vacía que ni el mejor conocedor de mujeres sabría adivinar lo que ella pensó.

Se lleva una mano a la cara, se siente una bazofia por no haber cumplido.

Desde el principio estuvo actuando por la ligera influencia del alcohol, desde que despertó en la casa de Murdoc se sintió con esa chispa de adrenalina que en años no lo abrazaba. Cuando tomó un baño se sintió renovado, nunca había tomado tanta libertad en casa ajena. Y cuando lanzó su pañuelo, el que tanto amó, se dejó llevar por lo que viniera. Siguió la corriente, borracho o no, tenía ganas de seguir hablando con Murdoc.

Lo siguió, entretenido con lo nuevo del día. Incluso inventó que no sabía montar para quedarse un rato más. Llevó su mentira tan lejos que tuvo que montarse en el caballo de Murdoc. En América había ganado varios premios en carreras, y era reconocido por sus admiradores como "el príncipe inglés". Por todo ese dinero propio que acumuló fue que volvió a su preciada Inglaterra.

No sabe por qué, pero quizás fue el hecho de que teniendo a Murdoc Niccals al lado, fue que logró sentirse golpeado por un espíritu libre y salvaje. Una sensación que no sentía hace mucho, de cuando andaba con Emily en su niñez...

Al haber sido criado bajo las altas expectativas de sus padres, jamás tomó un descanso. Simplemente no pudo evitar querer divertirse.

Sube las escaleras, una a una, con una lentitud desesperante para el criado que viene detrás y que también quiere subir.

-E-eh, patrón... -intenta llamar su atención pero Stuart le pide una cosa antes de que termine.

-Trae vino a mi habitación -musita, apenas girando la cara para hablar.

El criado se aleja de las escaleras y se mete al salón para buscar una botella.

Mientras, Stuart sube hasta su cuarto, con la capa prestada bien abrazada a su cuerpo.

...

El trote de Pickles es tranquilo, Murdoc no tiene prisa en realidad.

A pesar de que ese plan dio toda la pinta de haber salido mal, Niccals sonríe, disfrutando el paseo nocturno.

Saluda a un perro que se le cruza, recibiendo un ladrido como respuesta. Se despide, alegre, y fingiendo levantar el sombrero que no tiene.

Se ha divertido, tiene que admitir que fue entretenido matar una tarde con Stuart. Su canto aún resuena en su cabeza, y él va tarareando la canción, porque de verdad le ha gustado.

-Fue de mala educación que Emily se fuera así. ¿No lo crees? -Pickles bufa-. Tal vez deba volver a juntarme con Stu para planificar otra cosa. ¡No olvides que tiene mi capa, no se regalé! ¿Cierto? -Acaricia a su yegua, como si la felicitara por ser buena oyente.

Cabalga, admiramos las calles londinenses de noche. No lo había notado pero con los faros iluminando tenuamente, el lugar toma un bello y suave tono.
Suspira, pensando que es una agradable noche para cabalga.

-¿Crees que ya se haya ido a dormir? -Hay silencio-. Yo no... yo no estoy loco por hablarte, sólo aburrido...

Dice, para guardar silencio a partir de ese momento.

Creo que esto va a dar para más capítulos de los que pensé, alv

❝Cliché❞ 2doc/StudocDonde viven las historias. Descúbrelo ahora