ALBERT
¡El día ha sido súper pesado! Entres las reuniones y firma del contrato con los clientes se me ha ido el día y ni siquiera he podido llamar a Patricia, debe de estar muy preocupada. Hace rato intente llamarla, pero cuando iba a hacerlo mi mamá me llamó y para cuando termine mi llamada ya tenía que volver a la reunión ¡Estoy tan desesperado porque esto termine!, ya quiero irme a mi cuarto y llamar a mi nena, la extraño muchísimo. Ayer compre el anillo con el que le propondré matrimonio. Ya quiero irme para estar el resto de mi vida con ella... Estamos en un restaurante esperando al último cliente que falta para la firma del contrato. Luego de eso podré irme a descansar y mañana a primera hora me podré ir a casa. Al fin llega el cliente que falta y viene acompañado de... Leidy ¡No puede ser! Leidy, era... ¿Como decirlo sin que suene feo? Era la chica con la que me divertía en la universidad antes de conocer a Patricia, y cuando la conocí y nos hicimos novios en un principio ella no lo tomo muy bien que digamos e hizo de todo para separarnos. Pero no lo logró, luego de un tiempo ella enloqueció y lo último que supimos fue que sus padres se la llevaron para internarla en un centro para pacientes con problemas psiquiátricos. Luego de eso nada más.
—Buenas noches, disculpen la tardanza, pero aquí mi novia hizo que me retrasará —dice el señor Anderes sacándome de mis pensamientos, ¿Es su novia? Muchas preguntas vienen a mi cabeza y no me gustan las respuestas de ninguna de ellas. Algo me dice que no es consciencia que ella este del brazo de uno de nuestros clientes y más tomando en cuenta quien soy. Es decir, ella debía de saber que su novio estaba haciendo negocios conmigo... Dejo de pensar en eso y me concentró en la firma del contrato. Quiero terminar lo antes posible para poder irme de aquí y alejarme de esta loca, que por la mirada que me da se que algo se trae entres manos... Firmamos el contrato y cenamos entre platicas de una cosa y de otra (nada importante) y todo iba bien hasta que Leidy, decide hablar.
—Albert ¿En cerio no me reconoces? ¿O es que te esta haciendo? —pregunta con una sonrisa de malicia en su rostro.
—No Leidy, no me estoy haciendo. Simplemente, te recuerdo que la última vez que te vida no terminamos en buenos términos y prefiero mantener las distancias —digo apretando los puño bajo la mesa recordar esa vez que casi mata a Patricia, me hace hervir de la rabia.
—Ya superalo fue solo una broma de adolescentes. Por cierto ¿Cómo está Patricia? ¡Espero que bien! ¿Le podrías decir que muy pronto nos veremos? —dice con una malicia y un tono de voz que no me gusta para nada. Los demás socios ni se han dado cuenta de nuestro pequeño cruce de palabra porque están muy metido en su conversación. Creo que ya fue suficiente es mejor que me valla.
—Bueno, señores, fue un placer hacer negocios con ustedes la pase muy bien, pero debo irme mi vuelo sale mañana temprano —le informo tomando la carpeta con el contrato y parándome de la mesa.
—¿Y porque tanta prisa por volver señor Lex? ¿Alguna dama que lo espere? —pregunta el señor Anderes haciendo reír a los demás.
—De hecho si señor Anderes. Mañana le propondré matrimonio a mi novia y estoy loco por llegar con ella —digo con una sonrisa en mi rostro y con el corazón lleno de felicidad estoy seguro de que seremos muy felices.
—¡Vaya!, pues, felicidades hombre —dice parándose de la mesa para felicitarme al igual que los demás. Luego que todos me felicitan Leidy, viene hasta mí y la mirada que me da no me gusta para nada.
—Muchas felicidades señor Lex espero que nada empañe su felicidad —dice abrazándome y su abrazo me da escalofríos.
—Muchas gracias señorita créame que lucharé con mi vida para que eso no suceda —digo alejándola de mi —Bueno señores que tenga linda noche es hora de irme —me despido de todos de un apretón de mano a excepción de Leidy que salgo del restaurante sin mirarla. Esa mujer me da mas miedo ahora que cuando estaba en la universidad y no se porque, pero algo me dice que complicara mi vida. Termino de salir del restaurante y tomó un taxi rumbo al hotel... Llegue al hotel hace media hora la recepcionista me dijo que mi nena me llamo, pero ya era muy tarde cuando llegue para devolverle la llamada. Así que me di un baño, me puse un pantalón de pijama negro y me tiro a la cama... Me estoy quedando dormido cuando tocan la puerta ¿Quien sera? ¡Es casi medianoche! Me paro de la cama y voy a abrir la puerta encontrándome con la persona que menos quisiera ver.
—¿Que quieres Leidy? ¿No te quedo claro en la cena que no me interesa ni siquiera hablar contigo? —pregunto enojado quiero tener esta mujer lo más lejos posible de mi y de mi mujer.
—Si lo sé solo vine a traer esto —me dice mostrando mi teléfono ¿Que hace ella con mi teléfono? —Lo dejaste en la mesa estaba muy impaciente por salir de ahí que lo olvidaste —me explica tendiendomelo.
—Gracias ya puedes irte —digo olvidando mis modales y mi caballerosidad.
—¡Wao! ¿Olvidaste tu modales, Albert Alex? Yo... Me siento... Me siento... Me siento... —y se desploma en mis brazos se desmayo y ahora ¿Qué hago? Como puedo la tomo en brazo y la llevó al sofá, voy por el botiquín por algo de alcohol para ver si reacciona o algo que se lo que quiero es que despierte y se valla... Regreso con ella, mojo un poquito de algodón y empiezo a pasarlo por su nariz, pero no reacciona mejor será que llame a una ambulancia para que se la lleven de aquí, no soy insensible, pero esta mujer no se merece nada. Voy por mi teléfono el cual está apagado trató de encenderlo pero no funciona ¿Sera que se daño? Cojo el teléfono del cuarto y cuando voy a marcar a emergencia, ella empieza a reaccionar.
—Aaaaah ¿Que me paso? —se queja agarrándose la cabeza.
—Te desmayaste ¿Te siente bien? —pregunto sin acercarme muchos a donde ella está.
—Me siento algo mareada ¿Me puedes regalar un poquito de agua? —me pide, asiento y voy por un vaso de agua, regresó y se lo tiendo ella lo toma y se lo bebe despacio.
—¿Ya te sientes mejor? —pregunto ella asiente —Bueno, pues ya te puedes ir —digo caminado a la puerta la abro y le indico que salga de mi habitación.
—¡Wao!, pero que poca humanidad tienes —dice parándose y caminando a la puerta se detiene y lo que me dice me deja frío —Esa felicidad que ahora tienes te juro que no te durara dos días —dice saliendo por completo del cuarto, esa mujer sí que está loca. Tendré que estar alerta no puedo permitir por nada del mundo que se acerque a Patricia ni a mi... Dejo de pensar en ella cierro la puerta y voy a guardar mi cosas al fin después de cuanto tormentosos días voy a poder volver con mi mujer. Guardó todo y me acuesto dejándome llevar por los brazos de morfeo.
¡AL DÍA SIGUIENTE!
¡Al fin estoy en mi tierra! El jet está aterrizando y estoy muy emocionado, en pocas horas estaré con el amor de mi vida. No pude llamarla para decirle que venía mi telefono se daño no se que le paso. Así que mi llegada será una sorpresa para mi nena... Llamo a mi secretaria para me ayude para hacerle una cena romántica a mi nena para pedirle matrimonio. Bajo del jet y ya el chofer de mi papá me espera con mi auto y con las llaves de mi casa y la de mi nena que como lo sospeche estaban en mi oficina.
—Gracias Carlos —digo tomando la llaves que me tiende —¿Como esta tu familia? ¿Te iras conmigo? —pregunto guardando mis cosas en la cajuela del auto.
—No señor, tengo algo que hacer antes, y la familia está bien señor. Los niños están muy traviesos, pero son mi vida —dice con una alegría y un gran brillo en sus ojos él ama a sus hijos, y yo quiero eso quiero formar una familia con Patricia. Siempre he deseado una familia grande, ya que soy hijo único y siempre me he sentido solo por esa razón quiero una familia muy grande.
—Me alegro saber que tu familia este bien. Bueno, me voy no aguanto las ganas de ir a ver mi bella dama —nos despedimos con un apretón de manos, me monto en el auto y arrancó ¡Muero por ver a mi amor!... Llegué a la casa de Patricia en tiempo récord. Maneje como loco por toda la ciudad ¡Estoy loco por verla!, estaciono el coche frente a la casa, salgo directo a la puerta y abro con mi llave, entró y la busco con la mirada y la encuentro en la cocina limpiando algo. Voy directo a donde esta y la abrazo por la espalda.
—Hola, mi amor ¿Como esta la mujer más bella y hermosa de este planeta? —pregunto besando su cuello y todo pasa en cámara lenta ella se gira y me da un golpe en la cabeza con algo que logra marearme por un segundo.
—NO ME VUELVAS A TOCAR NUNCA MÁS EN TÚ VIDA PERRO INFELIZ, ¡TE ODIO TANTO! Y ME ARREPIENTO UNA Y MIL VECES DE HABERTE CONOCIDO. ERES LA ESCORIA MÁS GRANDE QUE EXISTE EN ESTE MUNDO —me grita tan fuerte que estoy seguro de que lo escucharon en la quinta avenida y yo no entiendo lo que está pasando. Aun estoy algo mareado siento el líquido caliente bajar por mi mejilla y estoy seguro de que es sangre ¡Estoy tan confundido! No entiendo ¿Por qué me hizo esto? No sé ¿Que esta pasando? Enfoco mi vista para ver con que me golpe encontrándome con que me golpeó con un sartén, ¡El amor de mi vida me acaba de dar un sartenazo! Y lo peor de todo es que no sé ¿Por qué?
ESTÁS LEYENDO
La Boda Del Millón
Random-¿Esta loco papá?-le pregunto mirándolo a los ojos -¿Como puedes creer que me puedo casar con esa loca? ¡Esa mujer me odia! -exclamo tratando de hacerlo en razón. No entiendo como puede querer que me case con esa loca que casi me mata de un sartenaz...