capítulo 7

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Capítulo 7

ALBERT

Salgo de su casa con el corazón en las manos tenerla tan cerca, su aroma, ver cómo su cuerpo vibra cuando estoy cerca ¡Me vuelve loco! Sé que me ama, sus acciones, su nerviosismo cuanto estoy cerca, me dicen que aun me ama y que algo malo está pasando para que ella me trate así y aunque sea lo último que haga lo voy a averiguar. Y cuando lo haga rodaran cabezas ¡Nadie le hace daño a las personas que quiero y sale ileso!... Me monto en mi coche y manejo hasta la empresa hoy tenemos junta de socios como cada mes para discutir sobre los clientes, tanto los viejos como los nuevos y eso incluye al señor Anderes ¡De solo pensar que vendrá pronto y que tendré que vendrá la loca de Leidy se me revuelve el estómago!... El día pasa muy rápido entres reuniones con algunos clientes, revisar algunos contratos y la junta con los socios el día se me pasó volando. Ni tiempo tuve de pensar en Patricia, ¿Cómo estará? ¿Habrá comido? ¿Y si la llamo? No, mejor no. No quiero presionarla. Además, quiero que la decisión sea solo suya, no quiero que de ninguna manera ella se termine de alejar de mí y es que ¡Joder! La amo cada día más y no sé como no me he vuelto loco sin ella. Soy Joven sí y sé que merezco a alguien que me ame de verdad, alguien que sin importar lo que pase esté dispuesta hablarlo y resolverlo, pero aun así y siendo tan joven siento como si llevara toda una vida con ella. Como si viniera amándola de otra vida, como si estuviéramos destinados a estar juntos y ahora que estamos separados la extraños como no tienen idea. Ella es todo mi mundo y siento que muero sin ella... Salgo de la empresa rumbo a mi casa tratando de no desviarme hasta su casa y es que ¡Dios! la extraño demasiado! El camino a casa me pareció relativamente corto, entro y la soledad me golpeó de lleno. Ver mi casa desolada sin rastro de ella me duele y mucho. Llamó a los chicos para invitarlos a cenar necesito salir de aquí porque si me quedo me volveré loco.

Ya es pasada la media noche y aun no he podido dormir. Desde que volví del viaje y mi vida se volvió un infierno es poco lo que duermo. La cena con los chicos me ayudó a distraerme por un rato, pero en cuando llegue aquí la soledad me abrazo nuevamente. No sé como podré vivir sin ella en mi vida y se que la codependencia no es sana para nadie pero ¿Que hago ? que hago, si cada minuto que pasa siento que la necesito mas? ¿Que hago con este amor que no cabe en mi pecho? ¿Que hago si siento que todo mi mundo comienza y termina con ella? «¡Dios!, tu que todo lo ve, que todo lo puedes, que para ti no hay imposibles, ayudadme para que podamos arreglar nuestras diferencias. Ayudadme a estar con ella y si no ayudadme a poder vivir sin ella. Ayudadme a entender ¿Que paso? Dios, ayudadme y dime ¿Que hago?, para que ella entienda que la amo, que sin ella estoy muerto en vida, que mi amor por ella es tan infinito y profundo como el mar. Ayudadme a comprender cuál fue el error que cometí y sobre todo ayudadme a repararlo.»

¡AL DIA SIGUIENTE!

No se a que hora me dormí anoche, pero debió haber sido muy entrada la madrugada, ya que si no es por la alarma me hubiera quedado dormido. Llegué muy tarde a la empresa me tocó prácticamente correr para llegar a tiempo para presentar mi proyecto para la publicidad de un nuevo cliente, su empresa es de ropa interior para hombres aun es muy pequeña ya ahora es que está empezando a salir al mercado pero quiero hacer un excelente trabajo, ya que si Patricia no acepta este podría ser mi último proyecto para la empresa que tanto amo.

Ya es medio día y Patricia no ha llamado me imagino que eso es un no y me duele, porque eso significa que ella en realidad no quiere saber nada de mi, que ya no me ama. Y eso duele como no tienen una idea... Me desplomo en el sofá de mi oficina sin fuerzas para seguir, ya no tengo ánimos de nada. No solo voy a perder la empresa por la que tanto he trabajado, sino que ahora si la perdí para siempre, porque pienso cumplir mi palabra y la dejaré en paz aunque con eso me condene a vivir en un infierno. Ya no volveré a buscarla, ni llamarla porque si ella no me llamo es porque de verdad ya no quiere saber nada de mi y mucho menos le interesa lo que pase con la empresa... No se cuanto tiempo llevo aquí y la verdad no me interesa, solo quisiera olvidarme del mundo por un segundo, así que me paró del sofá y voy por un vaso de whisky, tequila, vodka, lo primero que encuentre que sea tan fuerte como para hacerme olvidar hasta de mi nombre. Tomo la botella de whisky dispuesto a tomar de la misma botella cuando tocar la puerta, debe ser mi padre que viene por su respuesta, pero ahora mismo no quiero ver a nadie.

—¡NO QUIERO VER A NADIE! —gritó volviendo a sentarme en el sofá dispuesto a beber hasta morir si es posibles. La puerta se abre de golpe dejando ver a mi dulce infierno, que viene enfundada en un bellísimo vestido amarillo que le queda como una segunda piel, tiene un gran escote en forma de V que hace que sus maravillosos senos se vean mas grande, ¡Esta bellísima!, y viene dispuesta a matarme de un infarto. Eque ella es simplemente la mujer perfecta, debo de estar babeando de solo mirarla e imaginándome quitándole ese vestido y haciéndola mía en cada rincón de esta oficina.

—¿Ni siquiera a mi quieres verme? —pregunta sacándome de mis pensamientos.

—No sabia que era tu, estoy sorprendido de verte —confieso porque en realidad la última persona que pensé que sería es precisamente ella.

—Si te entiendo lamento venir sin avisar, pero pensé que era mejor decirte mi respuesta a la cara que por teléfono —dice bajando la cabeza.

—No te preocupes me alegra verte ¿Quieres que te pida un café o tu jugo favorito? —pregunto dejando la botella donde estaba y caminando al teléfono para llamar a mi secretaria —Por favor siéntate —pido.

—No gracias no piensos durar mucho. Vine a decirte que acepto el millón de dólares por la boda.

La Boda Del MillónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora