Capítulo 23

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PATRICIA


Dos semanas, dos semanas eso es exactamente lo que llevo encerrada aquí ya estoy loca por irme para mi casa no aguanto más este encierro, nunca he sido de esas mujeres que se quedan en casa a elegir el menú, la decoración, manteles, tapices, cuadros, etc, a mí siempre me ha gustado trabajar soy de las personas que piensan que lo que realmente vale la pena es aquello que te cuesta conseguir, aquellas cosas que sin importar la marca, el diseño, el modelo o el precio para ti son las más caras y valiosas porque te costaron conseguir y es por eso exactamente que ya quiero salir de aquí necesito sentirme útil, productiva y aunque sé que no debo trabajar por un tiempo por lo menos en casa puedo, ayudar a cuidar a mi mamá, hacer la cena de vez en cuando, no sé algo que me ayude a sentirme útil y no estar todo el día aquí hecha dota en esta cama que solo me hace sentir el cuerpo entumecido, ya necesito salir de aquí, necesito cumplirle la promesa que le hice a mi papá debo desconectarlo para que pueda descansar en paz y aunque me duele me siento en paz, tranquila porque al menos me pude despedir, no todo el mundo puede hacerlo, además también debo cumplirle el de luchar día a día por mi felicidad y eso incluye salir de aquí para ahora sí poder empezar a disfrutar mi vida de esposa y madre, madre qué bien se siente todo los días le hablo a mí bebé y aunque mucho dicen que es muy pequeño, que no me escucha yo sé que si lo hace, mi bebé, mi pequeño guerrero que nos aferró a la vida a ambos, Dios aun recuerdo ese momento y me dan ganas de llorar, ese pequeño pedacito de mí tiene unas ganas de vivir inmensa su corazón es fuerte y potente como el de su padre, hablando de él, hace rato que se fue para la casa a cambiarse de ropa hoy tiene una reunión importante en la empresa y aunque no quería irse tuve que convencerlo para que lo hiciera, ya que desde que estoy aquí solo va un rato en las tardes y el resto lo pasa aquí conmigo, la verdad no me ha querido dejar sola un segundo aunque Adamaris insiste el cuidarme ella el no quiere dice que él es mi esposo y que solo el debe cuidarme, lo sé muy de las cavernas, pero así lo amo es un hombre único y maravilloso, como el no existió, ni existe, ni existiera otro en este mundo, solo lo habrá si existe la reencarnación... El doctor entra al cuarto interrumpiendo mis pensamientos.

—Buenos días señora Lex ¿como se siente el día de hoy? —me pregunta como siempre con esa peculiar sonrisa que siempre adorna su rostro.

—Bien doct, estoy loca por salir de aquí, por favor dígame que ya me puedo ir a mi casa verdad ¿que si? —pregunto haciendo puchero.

—Vamos a revisarla, le haremos unos estudios más y si todo sale bien hoy mismo se podrá ir a casa, claro deberá mantenerse en reposo unos días más para evitar complicaciones fracturas.

—Lo que sea doctor solo quiero salir de aquí.

—Muy bien vamos a revisarte —me dice antes de empezar a tomarme, el pulso, la temperatura, etc...

Luego de hacerme infinidad de análisis y estudios al fin me dieron el alta, al fin podre salir de aquí, aunque debo volver en la próxima semana para revisar que todo esté bien con mi hígado que fue el que más daño recibió con los disparos y para hacerme una ecografía para ver a mi bebé, estoy tan feliz y emocionada de saber que todo está bien con él, acabo de escuchar su corazón y fue maravilloso, su corazón es fuerte estoy segura de que mi bebé será el ser más valiente y fuerte que exista sea hombre o mujer (aun algo me dice que es un niño) pero bueno para saberlo aún falta mucho.

—Acabo de firmar el alta, ya podemos irnos —me dice Adamaris entrando al cuarto con una bolsa con ropa que le pedí temprano ella Maria, Lucy, Carla y Samantha vienen todas las tarde para acompañarme mientras Albert va a la empresa, (aunque solo va un par de horas) Albert la llamó temprano hoy para que viniera a acompañarme mientras él iba a la reunión.

La Boda Del MillónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora