𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐀𝐅𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐑 - Tony Stark

18.

TONY STARK POV

Me molestaba tener que despertarme ya que llevaba días sin descansar, pero al abrir un poco los ojos y ver la vista que tenía ante mí, todo mi posible enfado se desvaneció como el humo. Alba se había despertado de muy buen humor y estaba dejando varios besos alrededor de mi cara, yo no hice más que sonreír y con mis brazos, la acerqué más a mi cuerpo. Necesitaba aquello, necesitaba estar cerca de ella y al parecer, Alba también.

Acerqué a la chica hasta ponerla encima de mí, encajaba perfectamente en mi regazo y aquello me volvía loco. Comencé a besarla con ganas, ahora mismo no me importaba nada más que ella. Reí ante su comentario y mi risa sonó más grave de lo normal, todo empeoró cuando ella volvió a juntar sus labios con los míos, esta vez mordiendo mi labio inferior. Mierda. Necesitaba más y más, mis manos acariciaban todo su cuerpo y cuando mis manos encontraron el final de su camiseta, me dispuse a deshacerme de ella.

Sin embargo, toda la diversión se vio cortada cuando Pepper entró de repente en el salón.

- ¿Qué diablos?- no pude evitar decir mientras aún tenía el sabor de Alba en mi boca.

Ella se fue a separar de mí pero yo la sostuve cerca, no pensaba que a Pepper le fuese a hacer mucha gracia descubrir que había estado a punto de tener sexo con mi novia hace escasos segundos.

- Pepper, ¿qué haces aquí? ¿Qué quieres ahora?- nos recompusimos ambos cuanto podíamos, esta resultaba una situación violenta, rodé mis ojos ante su respuesta, podía habernos dejado tranquilamente pero había decidido interrumpirnos. Estaba irritado y por múltiples razones.

Escuché y contemplé el intercambio de palabras entre las dos mujeres, las contestaciones de Alba solo hacían que aumentasen las ganas de volver a sentirla tan cerca.

- Para empezar, no te quejabas tanto cuando iba a salvarte a ti, ¿verdad?- añadí a las palabras de la señorita Brooke, Pepper estaba que echaba humo y chispas de su enfado.

Carraspeé ante las palabras de Alba, besándola por última vez antes de separarnos, no podía esperar a que eso sucediese, literalmente no podía esperar más.

- Vamos, a ver que es eso tan importante que ha hecho que nos interrumpieses- seguí el camino de la mujer alta y rubia, que no hacía más que echarme sermones. - Alba es mi pareja ahora, Pep- añadí seriamente mientras la miraba fijamente- eso no va a cambiar espero que nunca, deberías superar lo nuestro, ¿no crees?. Entramos a nuestro despacho y la señorita Potts alegó que ya lo había hecho, yo comenzaba a dudarlo.

Por lo pronto, debíamos solventar algunos asuntos de trabajo porque ella seguía siendo una gran empresaria. Sin embargo, mientras firmaba papeles y leía inventarios no dejaba de pensar en Alba.

(...)

Después de una necesitada ducha fría, me preparé para afrontar el resto del día.

Caminé por la torre en busca de algo que hacer y como no encontraba a nadie, me retiré a mi taller para modificar algunas cosas de los trajes. Coloqué dispositivos comunicativos de más alto alcance de distancia y mejoré el rastreo GPS de los mismos, no quería que nadie del equipo volviese a desaparecer, en especial Alba.

Aquello no llevó mucho tiempo y como ya había modificado las últimas cosas de mi armadura, salí de allí buscando algo que hacer. Me encontraba recorriendo los pasillos de la base cuando Steve me llamó y me indicó que debía ir a la sala de control.

- ¿Qué ocurre?- pregunté mientras entraba en la habitación y miraba las pantallas que estaban observando.

- Es HYDRA- respondió él, inmediatamente le miré con urgencia por lo que se apresuró a añadir: - Tranquilo, no es nada serio pero debemos arreglarlo cuanto antes.

Le pedí que se explicase, no entendía que ocurría. Al parecer, nos habíamos deshecho de los dirigentes de la organización pero quedaba por resolver el problema de los robots y de la extremis, ¿habría más en otras partes del mundo? Debíamos estar preparados.

- Si entro en la base de datos de HYDRA, podría asegurarme de que no hay ningún peligro, pero debemos encontrarla primero- sugerí, sería un trabajo fácil teniendo a un soldado que había estado muy cerca de ellos.

Salí de allí y al hacerlo, me encontré con Alba. Inmediatamente, me acerqué a ella y pasé un brazo por su cintura, dándole un beso a la vez.

- Si Pepper vuelve a interrumpirnos me voy a encargar personalmente de que no vuelva a pisar este edificio nunca más- dije firmemente. - ¿Qué tal tu día? Yo te he echado de menos- terminé la frase mordiendo su labio inferior.