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Al parecer, Alba se había tomado al pie de la letra la propuesta de continuar lo que habíamos empezado.

- Definitivamente para ti siempre estoy libre- alcé ambas cejas y volví a besarla mientras acariciaba su rostro. Sonreí al ver cómo ella se aferraba a mí, sabía que tenía tantas ganas como yo de dar el siguiente paso y eso me excitaba.

Volví a besarla mientras estrechaba su cintura, nos íbamos moviendo por todo el pasillo y de alguna forma acabamos en la zona de las habitaciones. Conseguí localizar mi habitación por intuición y la abrí con una mano a la vez que seguía disfrutando de las caricias y los besos de la chica, tenía demasiada experiencia haciendo aquello y no me sorprendí al encontrar perfectamente mi cama a pesar de que todos mis sentidos estuviesen puestos en otras tareas en aquel momento. Además, no olvidé poner el cerrojo porque si alguien volvía a interrumpirnos iba a ponerme la armadura y comenzar a disparar.

Mientras le besaba con ganas y con avidez, puse mis manos en su trasero para que pudiese rodear mi cintura con sus piernas, causando que ella gimiera contra mí.

- Si sigues así, vas a hacer que me vuelva loco- conseguí articular entre jadeos.

En unos segundos ambos estábamos desnudos y solo quedaba piel contra piel, por lo que me permití recorrer con mi mirada todas sus curvas y su cuerpo perfecto.

Joder, definitivamente era el hombre más afortunado del universo.

Me volví a colocar encima de ella, besaba sus labios mientras disfrutaba de todas sus caricias. Su comentario hizo que me detuviese, no quería hacer nada que ella no quisiese, de modo que pregunté.

- No tenemos por qué hacerlo- aclaré carraspeando, sí, estábamos en una situación comprometida e íntima pero iba a respetar su decisión fuese la que fuese. - No me importa, te quiero seas como seas- ella afirmó que quería seguir adelante, yo asentí mirándole a sus ojos.

Después volvimos a acariciarnos y la besé con suavidad mientras me introducía dentro de ella. Le pregunté si estaba bien, no quería hacerle daño, al ver su reacción de placer, no dudé en volver a repetir el movimiento. Me encontraba como en el paraíso. Ambos estábamos disfrutando del momento, no me cansaba de su cuerpo ni de ella en general.

Cuando los dos llegamos al éxtasis nos derrumbamos en las sábanas, pasé un brazo alrededor de su hombro para que se apoyase en mi pecho, acerqué su figura hacia mi y por último, le di un beso en su frente.

Estaba enamorado de ella y me sentía afortunado de que ella también lo estuviese de mi.

(...)

Cuando me desperté después de una pequeña siesta, miré a mi lado para encontrar a Alba todavía durmiendo.

Tomé un mechón de su pelo entre mis dedos y después de jugar un poco con él, lo coloqué detrás de su oreja. Mientras le miraba embobado los recuerdos de lo que había pasado entre nosotros comenzaron a inundar mi mente, no pude evitar sonreír al recordar un momento tan íntimo y significativo para ambos. Sin duda, estaba enamorado hasta las trancas de esta mujer y no había nada que pudiese hacer para remediarlo, aunque al fin y al cabo no tenía intención de intentarlo.

No quería despertarla así que mientras me levantaba de la cama y me volvía a vestir, intenté hacer el menor ruido posible. Me habría encantado seguir un rato más con ella pero por desgracia, en el mundo de los superhéroes, siempre había algo que hacer, una amenaza podría estar acechándonos para poder explotar en nuestras narices. Por lo menos, pude dejarle una nota avisando de que tenía que irme, además le recordaba lo bien que lo había pasado y lo mucho que la quería.

- Buena siesta, ¿no?- nada más salir me encontré cara a cara con Natasha, quién tenía una ceja alzada y una sonrisa burlona en su cara.

- La mejor en mucho tiempo- repliqué imitando su gesto y saliendo de allí.

- Hacía mucho tiempo que no te veía así de feliz, ¿sabes?- ella me siguió y me dio un golpecito en el hombro.

- Hacía mucho tiempo que no era así de feliz- comenté con seguridad mientras nos dirigíamos a la sala de mandos. - No sé, no esperábamos encontrarnos pero aún así siento que tenemos un vínculo especial, la quiero de verdad- no esperaba expresar tanto mis sentimientos, y menos con la Viuda Negra que era igual de repelente a semejantes muestras de afecto entre compañeros.

Aún así, Nat era de mis mejores amigas y esto significaba mucho para mí.

- Me gustaría decir que vosotros tortolitos me provocáis náuseas- añadió ella entrando al pasillo en el que se encontraban los demás- pero la verdad es que me alegro por ti, Tony- yo asentí, con aquel gesto le transmití toda la gratitud que pude.

Sin embargo, el momento fue interrumpido por el sonido de la televisión, que no decía nada bueno.

- ¿Qué es eso?- inmediatamente nos apresuramos hasta llegar donde estaban los otros miembros del equipo.

En las noticias hablaban de una gran explosión en Tennessee que había causado 10 muertos, todavía barajaban la posibilidad de un atentado pero las autoridades no se habían posicionado.

- ¿Debemos actuar?- pregunté con urgencia, no sabía si aquello se trataba de un ataque normal o si había sido provocado por alguien con habilidades sobrenaturales.

Cuando Steve dijo que SHIELD no debía actuar, no me relajé. Había algo de aquello que no me daba buena espina, no quería preocupar al resto del equipo pero sentía que algo iba muy mal.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐀𝐅𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐑 - Tony StarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora