Capítulo 3.

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— ¿Cómo que nos mentiste? ¿Con qué? — La seriedad, y podrías decirse que también la molestia, de León se había intensificado.
— Yo… en realidad… — No estaba acostumbrado a mentir, mucho menos a sus amigos. — Violetta y yo… nosotros…
El tartamudeo del chico fue interrumpido por Andrés. — Creo saber que sucede.
— ¿En serio? — Parpadeó sorprendido. — ¿Có-cómo te enteraste? — No lo entendía, su amiga le había dicho que nadie más lo sabía, le había hecho jurar que guardaría el secreto ¿acaso le había mentido? No tenía sentido.
— Por Dios. — Murmuró Ludmila cubriéndose la boca con sus manos. — ¿Cómo no me di cuenta?
Camila miró a la rubia. — ¿Alguien podría explicarme de que hablan? — Volvió su mirada hacia Maxi. — ¿Qué sucede entre Violetta y tú? — Le exigió saber. Comenzaba a molestarle no saber qué ocurría.

Violetta fue directo a su habitación, necesitaba hablar con su madre.
Se sentó sobre su cama y comenzó a escribir en su diario, ella ya no estaba así que Violetta escribía en el diario todo lo que le hubiera gustado contarle, de alguna forma la hacía sentir mejor.
<<Mamá, hoy le conté la verdad a Maxi y al hacerlo me sentí un poco mejor. Tal vez mí padre y Angie tenían razón y necesitaba contarlo, tener alguien más que esté junto a mí pero aun así no creo poder decirle a alguien más, con él siempre ha sido diferente. Confío en Maxi, sé que va a entender mis razones y, aunque no esté  de acuerdo, me va a apoyar, siempre lo hace. Siempre está para mí y yo siempre voy  a estar para él, sin importar que mí siempre sea diferente al suyo.
¿Y León? Con él las cosas son totalmente diferentes, son imposibles. No puedo hacerlo pasar por algo así, no quiero que sufra cuando>> Su mano dejó de escribir al mismo tiempo que una lágrima caía sobre aquel papel <<cuando pase lo inevitable. No quiero que ninguno de ellos sufra por mí, por eso sigo buscando la manera de evitarles el dolor o que al menos no sea tan grande.>>
Un leve golpe en la puerta interrumpió su escritura, pronunció un breve “adelante” mientras guardaba su diario.
Una vez estuvo sentada frente a Violetta, Angie habló. —Vilu, me dijo tu papá que hablaste con Maxi. — Su voz era suave, siempre lo era.
— Si pero no pudimos terminar de hablar así que va a venir en la tarde.
— No logro entender porque no se lo quieres decir a los demás, son tus amigos, te van a apoyar.
— No puedo hacerlo, simplemente no puedo. — Nunca le había dicho a ninguno la verdadera razón, su padre no lo entendería pero su tía… ella era muy diferente a él, tal vez podría entenderla. Suspiró. — No quiero que las cosas cambien, me tratarían distinto y yo no quiero eso, no lo soportaría, quiero que todo sea lo más normal posible. Además, solo causaría más dolor para todos y no quiero, no hasta que sea el momento y, si puedo evitarlo, tampoco ahí.
Escucharla hablar de esa manera la asombraba, había aceptado lo peor, parecía ya no tener esperanzas y aun así pensaba en los demás. En lugar de enfocarse en su dolor pensaba en como evitarlo para sus amigos. Ella merecía más y si todo lo que podía darle era su apoyo, así lo haría. — Está bien. — Le dedicó una sonrisa. — Mejor duerme un poco ¿si? Cuando llegue Maxi yo lo hago pasar.
— Gracias — Le dio un breve abrazo y una vez estuvo sola, se dispuso a dormir.

— Lo que pasa es que Violetta y Maxi están saliendo. — Andrés soltó las palabras sin más, dejando a todos sin saber como reaccionar.
— ¿Eso es verdad? ¿Tú y Violetta están juntos? — Los celos estaban presentes, eso era obvio, pero contrario a lo que todos esperaban, la tristeza también se hizo notar.
— Lo siento *Lion pero creo que es más que obvio.
— Por favor Ludmila, eso no puede ser verdad y lo sabes. Ella no puede estar con Maxi porque ella esta enamorada…
— ¡Fran! — El grito de Camila calló a Francesca y esta sonrió apenada. León las miró confundido, separó sus labios pero antes de que pudiese decir algo Broduey se apresuró a hablar.
— Maxi ¿estás o no saliendo con Violetta?
— No, claro que no.
Natalia, que hasta el momento se había mantenido en silencio, habló— Entonces, si no estáis saliendo, ¿qué es lo que estáis ocultando?
— Está bien, se los diré. Lo que ocurre es que… — Con todo el alboroto se había olvidado de inventar algo, ahora tendría que improvisar lo mejor posible. — Violetta está componiendo una nueva canción y yo estoy haciendo la base pero no queríamos decir nada hasta que estuviese lista. — Sus amigos parecían conformes con aquella respuesta. — Y ustedes ¿para qué me buscaban?
— Oh, sí. Estuvimos hablando y pensamos que era buena idea hablar con el padre de Vilu, ya sabes… para averiguar si sabe qué es lo que le sucede. — Le explicó Camila
— Exacto y veníamos a buscarte para que vinieras con nosotros. — Continuó Francesca.
— Eh, no yo… perdón pero no puedo. Mejor vayan… vayan ustedes y después me cuentan. — Que sus amigos fueran a su casa complicaría su encuentro, con ellos allí no podrían hablar. También le preocupaba lo que le dirían al señor Germán, ni siquiera sabía si estaba al tanto, suponía que si porque era su padre pero no estaba seguro de nada.
— De acuerdo. — León le dirigió una mirada dudosa pero no dijo nada más.
Cuando se aseguró que sus amigos estaban lo suficientemente lejos como para no oírlo, tomó su teléfono y tecleó rápidamente.
Sonó un par de veces antes que una voz adormilada contestara — ¿Hola?  
— Vilu, soy Maxi
— ¿Maxi? ¿Pasó algo? Creí que nos veríamos en un rato.
— Sí, sí. Es que creo que... que surgió un problema. — Sentía que de alguna manera estaba traicionando a sus amigos pero sabía que ella debía saberlo.
— No me asustes ¿qué pasó? — La voz de Violetta se tiñó con preocupación.
— Tranquila, no es nada grave… creo. Lo que pasa es que los chicos van a ir a hablar con tu padre, quieren saber si él sabe algo de lo que te pasa.
— ¿Qué? — El miedo y preocupación se apoderó de ella. — Bueno, mm… yo voy a hablar con mi papá pero tú no puedes venir a casa, no podremos hablar si con ellos al rededor.
— De acuerdo, hagamos una cosa. Después de que hables con tu padre nos vemos en la plaza, ahí vamos a estar más tranquilos.
— Está bien, nos vemos en la plaza en un rato. — Se despidieron rápidamente y finalizaron la llamada, Violetta debía salir de su casa antes de que ellos llegaran.

Violetta, una historia no tan feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora