Capítulo 28

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Cuando solo los separaban unos pocos metros del grupo la voz de Violetta se había detenido y segundos más tarde también lo hizo la guitarra.
El grupo de amigos intercambió miradas debatiendo en silencio si debían o no acercarse pero antes que pudiesen decidir el sonido de la guitarra volvió a escucharse. Dirigieron su mirada más a abajo de aquella especie de colina en la que se encontraban; la guitarra ya no estaba en manos del mismo chico que habían visto al llegar, ahora el responsable de la nueva melodía era el rubio sentado junto a Violetta. No podían alcanzar a ver por completo los rostros de ninguno de los integrantes del grupo, sin embargo cuando la chica volteó ligeramente para tener una mejor visión del guitarrista quedó al descubierto la mitad de su sonrisa.
La voz del chico se unió segundos más tarde a la guitarra y supieron que debían mantener su distancia, no parecía correcto para ninguno de ellos acercarse y decidieron escuchar la canción desde su lo alto.
Escucharon y observaron en silencio. La letra los tomó por sorpresa y les fue inevitable no prestar aún más atención; vieron como todos los chicos, excepto el guitarrista, observaban a la chica e intercambiaban miradas, como Violetta en ningún momento dejó de mirar y sonreírle al chico que cantaba, parecía no importarle que él no volteara ni una sola vez hacia ella.
La canción llegó a su fin, el joven volteó hacia Violetta y se sostuvieron la mirada sin pronunciar palabra. El corazón de León comenzó a acelerarse y supo lo que sucedería antes de siquiera ver como ella se inclinaba. Lo iba a besar. Se quiso obligar a apartar la mirada pero no fue lo suficientemente rápido, terminó por presenciar como la chica a la que había amado besaba a otro y sin conocer ni su nombre sintió cómo comenzaba a odiarlo.

— Supongo que eso significa que no estuvo tan mal. — Dijo Joaquín una vez se separó de la chica.
— ¿Bromeas? Cantas increíble y la canción...
— Creo que tenemos público. — La interrumpió Marco.
Violetta dirigió su mirada hacia el mismo lugar que su amigo. El asombro se asomó en el rostro de ella y se forzó a hacerlo desaparecer para dedicarles una sonrisa.
— Son sus excompañeros del Studio. — Les informó Iván.
— Diles que se acerquen. — Le propuso Lucas a la joven. Violetta asintió levemente y le hizo una seña al que fue alguna vez su grupo.
— Hola Vilu. — La saludó Maxi una vez llegaron junto a ella.
Ella le devolvió la sonrisa. — Hola.
El silencio se instaló junto con incomodidad.
— Vilu… — Francesca llamó su atención. — ¿No nos presentarás a tus amigos?
— Oh, claro. Lo siento. — Se disculpó rápidamente intentando ignorar los nervios. Violetta forzó una sonrisa y prosiguió a presentar a cada uno de los jóvenes.
— Así que tú eres Maxi. — Observó Marco.
El chico le dirigió una mirada seria. — Así es ¿Por qué?
— Tranquilo, solo escuchamos mucho de ti. Vilu nos ha dicho que sois como hermanos. — Explicó Joaquín.
Maxi clavo su mirada en el rubio. — Así es, la quiero y la cuido como un hermano. — No hizo falta que dijese más, todos habían notado la advertencia implícita en aquellas palabras.
— Bueno. — Javier alargó la palabra. — ¿Por qué no se quedan un rato? — Sugirió con amabilidad.
El grupo parado frente a ellos intercambió miradas.
— Claro. — Camila se encogió levemente de hombros en un intento por restarle importancia al asunto.
El grupo de chicos en el césped se separó dejando lugar para que los nuevos integrantes pudiesen tomar asiento junto a ellos.
— Nunca mencionaste a Fede o a Diego. — Mencionó Lucas en un intento por romper el silencio incómodo.
— Ellos ingresaron después de que yo me fuera. — Explicó Violetta aún hecha un manojo de nervios.
— Pensé que habías dicho que debías estudiar. — Ludmila le dirigió una mirada acusatoria a Violetta.
Hay cosas que nunca cambian’ Pensó Violetta y quiso reír por lo irónico de su pensamiento.
— Y lo hicimos. — Afirmó con firmeza y sin apartar la mirada de la rubia. — Pero ellos querían despejarse un poco, no me pude negar. — Finalizó con voz más suave.
La tensión se hizo más fuerte. Nunca había sido su intención que aquello sucediera pero su nueva personalidad la hacía defenderse de cualquier provocación, sin importar que viniese de su muy antigua enemiga y ahora antigua amiga
— ¿Alguien quiere pizza? — Samuel estiró el tupper dónde se encontraban porciones de pizza. — Violetta hace las mejores.
— Yo si quiero. — Dijo Maxi tomando una porción. Luego todos imitaron su acción.
— Es realmente buena. — Broduey habló luego de saborear el primer bocado.
Violetta sonrió tímidamente. — Gracias.
— Nunca habíamos probado tus pizzas. — León dirigió su mirada hacia la chica.
— No puedo creer que los privaras de esta delicia. — Violetta volteó a ver a Joaquín y puso los ojos en blanco por sus palabras sin dejar de sonreírle.
— Ella nunca cocinaba en Argentina. — Señaló Andrés.
Violetta volvió su atención al frente. — Olga no me dejaba. — Se encogió de hombros. Una parte de ella comenzaba a cansarse de tener que dar tantas explicaciones por tan poca cosa.
— Nos sorprendió escucharte cantar, creímos que ya no lo hacías. — Natalia cambió de tema.
Violetta respiro hondo. — Y no así era hasta recién, ellos insistieron y no me pude negar.
Era la segunda vez que admitía haber cedido a los pedidos de aquel grupo, era evidente para sud antiguos amigos que les tenía mucho aprecio y no sabían cómo sentirse al respecto.
— ¿Qué es lo que quieren preguntarle y no se animan? — Lucas sorprendió a todos con su pregunta.
— ¿Cómo lo supiste? — Francesa lo miró incrédula.
— Es muy intuitivo. A veces parece que puede leer la mente.
Marco rodó los ojos. — ¿Qué dices David? Es imposible que alguien les la mente.
— ¿Y tú qué sabes? Qué tú no seas capaz de hacerlo no quiere decir que no se pueda.
— Chicos… — Ambos chicos dirigieron sus miradas a Violetta y le dedicaron sus usuales sonrisas de disculpa. — Discúlpenlos, siempre tienen esa clase de discusiones. — Les explicó al resto.
— Lo qué sucede es que David cree en cosas… poco probables y Marco es más racional. — Joaquín complementó la explicación de la chica.
Todos asintieron en compresión.
— ¿Qué querían preguntarme?
— ¿Ustedes dos — Ludmila pasó su mirada de Violetta a Joaquín. — están juntos?
El corazón de Violetta se detuvo por un segundo y volvió a latir con mayor intensidad. Le fue inevitable dirigir una mirada hacia León, estaba serio, observándola.
Violetta separó los labios para responder pero Joaquín la interrumpió.
— Sí, somos novios.
— ¿En serio? ¿No es una broma como antes? — Broduey los analizó con la mirada.
Violetta apartó la mirada de León. — No, está vez es cierto. Joaquín es mi novio.
— ¿Qué otra broma? — El chico rubio centró su mirada en Violetta.
— Iván les hizo creer que él era mi novio. — Le explicó con tranquilidad.
— Dime qué no te besó. — Dirigió su mirada al chico en cuestión. — Porque te juro que si lo hicisteis, está vez nadie te salvará.
Violetta posó su mano en el hombro del chico. — Tranquilo, no lo hizo. — Joaquín la analizó por un segundo y luego relajo sus hombros.
Maxi frunció el ceño. — ¿Dijiste esta vez? ¿Ya la ha besado?
— Eso ya fue aclarado. — Iván se apresuró a decir.
— A Iván le gustaba una chica, por alguna razón creyó que sería buena idea darle celos y terminó besando a Vilu. — Javier contó con diversión.
Las caras de asombro y ceños fruncidos no se hicieron esperar.
— Tengo que admitir que no fue mi mejor idea, casi me muero ese día.
— No fue para tanto. — Se quejó Joaquín.
Lucas reprimió una pequeña risa. — ¿Hablas en serio? ¿Necesitas que te recordemos lo que hiciste?
— ¿Qué hizo? — Fede preguntó curioso.
Violetta fue el centro de las miradas. Sabía que sus amigos, tanto los viejos como los nuevos, querían oírlo de ella. — Joaquín lo salió a correr, cuando por fin lo alcanzó lo arrinconó contra la pared. — Los ojos del grupo del Studio se abrieron por completo. No dijeron nada pero todos compartían un mismo pensamiento ‘¿Qué hacia Violetta con él?’ Nadie lo entendía, había mucho entorno a ella que no terminaban de comprender. — Tranquilos, llegamos a tiempo para evitar que pasará algo realmente grave. — Lejos de llevar tranquilidad a los jóvenes, su aclaración los sorprendió más. Optaron por guardar silencio.
— ¿Nada grave? Por su culpa me suspendieron una semana. — Les recordó Joaquín.
— Claro porque eso es peor a que estén a punto de matarte. — Iván habló con ironía.
— Por suerte eso quedó atrás, ya está todo aclarado ¿No chicos? — Violetta les dirigió una mirada severa a ambos y ellos asintieron.
— ¿Y hace cuánto están saliendo? — Diego preguntó en un intento por cambiar de tema.
— Un mes. — Respondió rápidamente Violetta.
Cuando el silencio volvía a hacerse presente Maxi aclaró su garganta y habló.
— Nosotros deberíamos volver al hotel.
Violetta le dedicó una sonrisa de agradecimiento.— Si, nosotros también tendríamos que descansar. En dos días es nuestro examen.

Violetta, una historia no tan feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora